Médicos rurales: generalistas todo terreno

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“La salud rural es un tema que está invisibilizado”, advirtieron los profesionales que se desempeñan en ese ámbito. Están de guardia permanente pero no reciben las compensaciones económicas ni cuentan con la capacidad para dar respuesta a las necesidades sanitarias de la población. El Dr. Arturo Serrano reflexionó con Nosotros sobre esta problemática.

TEXTOS. MARIANA RIVERA. FOTOS. GENTILEZA UNL Y EL LITORAL.

Desde hace 25 años, el Dr. Arturo Serrano se encarga de preservar la salud de los pobladores de Santo Domingo, una comunidad rural de 2.000 habitantes, ubicada en el departamento Las Colonias.

No es una tarea sencilla y -lo peor- no hay horarios para su actividad, tal como ocurre con todos los médicos rurales: además de estar a cargo del hospital rural, a su domicilio particular también concurre la gente ante una urgencia o emergencia, como son los accidentes fatales en las rutas cercanas, hechos que lo alarman porque son cada vez más frecuentes en los últimos tiempos.

Ocurre que su tarea integra todo, no solamente la atención de una persona sino su familia y la comunidad donde vive. Esto implica -remarca- encarar una serie de acciones ambientales vinculadas al hábitat, el cuidado del trabajo, la salud ocupacional, entre otras cosas.

Los 80 kilómetros que separan a Santo Domingo de nuestra ciudad se pueden recorrer en poco tiempo pero marcan una cruda realidad -que se repite en todo el país- que pocos advierten. Según sus palabras, “vivimos en condiciones de inequidad, de injusticia social, de avasallamiento, a pesar de que la población rural -que representamos casi el 11% del total de los argentinos- produce casi el 40% del producto bruto interno. Una paradoja”.

Y resume: “En los pueblos no tenés colectivos y el remis sale 15 pesos, el gas no es natural y la garrafa vale 280 pesos, los alimentos son más caros, para usar el celular te tenés que agarrar de un cable para obtener señal, Internet se corta o es lerdísima. Esas son las dificultades y ahí está lo paradójico: el ámbito rural produce el 40% del PBI y, sin embargo, le pagan con el 5%”.

Esta situación que viven a diario los médicos rurales -“un trabajo muy arduo, difícil y que hacemos muy en soledad, aunque estamos acompañados por el equipo de salud: enfermeras, médicos, el chofer, el administrativo”- preocupa y ocupa a Serrano, motivo por el cual recientemente fue el anfitrión del Foro de Expertos sobre Salud Rural en Sudamérica, que debatió en nuestra ciudad, a fines de 2011.

En diálogo con Nosotros, sintetizó la situación que atraviesan los médicos rurales de la provincia -que se refleja en sus colegas de toda Sudamérica- en su actividad, la que pretende “visibilizar porque nos unió el espanto y por eso empezamos a trabajar juntos hace un año”.

- ¿En qué consiste el trabajo de un médico rural?

- Tenemos que resolver todo lo que viene y ésa es la gran diferencia con el médico urbano, quien tiene todo a cinco minutos, la complejidad y los servicios para atender. Casi todos tenemos relación de dependencia con el Estado pero nos pagan 24 ó 30 horas. Sin embargo, estamos de guardia permanentemente: si un paciente que no tiene cobertura, un carenciado, o cualquier persona tiene un accidente o fiebre, toca timbre en el domicilio del médico rural a las 10 de la noche, las 3 de la mañana, el domingo o en el momento en que lo necesita. La salud es muy pesada para que sólo esté en la mochila de los médicos. Tiene que estar el Estado como responsable y tener un equipo de trabajo para poder brindar salud en el ámbito rural.

- ¿Por qué empezaron a unirse en este planteo?

- Una vez que comenzamos a movernos y se promovió una ley de médicos rurales, que tiene media sanción de Senadores, aunque después vamos a impulsar otra para el equipo de salud. Avanzamos con algunas negociaciones con el Ministerio de Salud para tratar de que -por lo menos- nos pague guardias pasivas. No nos podemos tomar vacaciones porque no conseguimos reemplazos. El pago es el mismo pero ningún médico va a ir a hacer 10 días de reemplazo por 2.500 pesos cuando en Santa Fe por una guardia se paga esa cifra. Allá tendrían que hacer 10 días seguidos de guardia.

- ¿Qué otras cuestiones les preocupan?

- La educación continuada, porque no tenemos acceso a capacitación. A cada población rural le toca en suerte un médico, y si éste está quedado, no tiene iniciativa y no se actualiza, pobre de esa población. Tampoco tenemos acceso a la carrera hospitalaria: a fines del año pasado salió una ley por la que podemos acceder a pasar a planta permanente porque ni siquiera la integrábamos. Además, se debería permitir que un médico rural pueda migrar, posibilidad que tiene cualquier trabajador estatal (como los maestros o los bancarios). Por eso, no se consiguen médicos para recambio y el problema pasa a ser más grave.

NUEVAS GENERACIONES

- ¿Cómo surgió su vocación por este trabajo?

- Soy oriundo de San Juan e hice mi residencia en Medicina Generalista en Santa Fe. Desde entonces, participo en actividades que apuntan a la profesionalización de la especialidad: la salud rural. Fui presidente del Centro de Médicos Residentes y habíamos impulsado una serie de proyectos para mejorar el hospital público y las residencias. Eso me marcó y vi que no tenía cabida en la ciudad. La decisión de ir a un pueblo ya estaba tomada porque la Medicina General en la ciudad no tenía mucha cabida, estaba todo atomizado y fragmentado en los especialistas. En Santo Domingo encontré un lugar en el mundo. Pero siempre he sido muy proactivo: fui docente de la Universidad de Rosario en Santa Fe en Epidemiología y Preventiva, y este año la idea es hacer una cátedra electiva de salud rural (está todo presentado). Hay que motivar desde la universidad.

- ¿Qué ocurre con los nuevos médicos?

- Las nuevas generaciones de médicos tienen otros valores: no hay tanta dedicación a este tipo de cosas, ni apasionamiento. No hay médicos que quieran ir al campo. Hay muchos pueblos que no tienen médicos porque no se consiguen, a pesar de que en la ciudad hay una gran plétora médica. Todo esto nos empezó a motivar, a establecer contactos con colegas. Elegir este tipo de profesión es una cuestión vinculada a una satisfacción personal y a lo vocacional. Sería más que interesante que aparecieran más jóvenes con interés en poder ejercer una medicina actual e integral, plena, en un lugar rural. Por supuesto, la formación tiene que ser mucho más intensiva, abarcativa, tener muchos procedimientos y prácticas que para la ciudad no son tan importantes.

AGROQUÍMICOS

- Un tema que les preocupa es la aplicación de agroquímicos en zonas rurales y sus consecuencias en la salud de esas poblaciones.

- El presidente de Médicos del Mundo dio datos atroces de lo que están haciendo los agroquímicos, es decir, cómo los cánceres empiezan a crecer exponencialmente y paralelamente al crecimiento de todos los monocultivos. Se han incrementado hasta 20 veces algunos tipos de cánceres donde antes no había y vinculados con el tema de la sojización. No estamos en contra de la explotación (necesitamos del agro para el movimiento de la economía del país) pero hay prácticas con agroquímicos en países desarrollados que no se realizan en el nuestro. Todo lo inútil se vende aquí y en otros lugares no. Este tema se conoce pero se lo trata de ocultar. Es un problema grave la explotación intensiva, con la expulsión de la mano de obra. Muchos pobladores rurales vienen a zonas periurbanas porque en el campo no tienen trabajo y viven en peores condiciones de las que tenían, en la miseria y con enfermedades de la pobreza. A través de la declaración que firmamos los médicos rurales, quisimos visibilizar (no denunciar) este tipo de cosas, para tratar de que esto llegue a la prensa y a las autoridades.

- ¿Cómo es la situación en Santo Domingo?

- La exposición a los tóxicos es un problema crónico y a largo plazo y, por eso, es muy difícil vincularlo en el corto plazo. Por ejemplo, en Santo Domingo yo tenía uno o dos cánceres por año, ahora tengo cuatro, cinco o seis. El cáncer subió en todo el mundo, tanto en lo urbano como en lo rural, pero en este último tiempo muchísimo más. Esto está vinculado -sin duda- a los agroquímicos porque lo tenemos en la mesa todos los días. Aspiramos más partes por millón de agrotóxicos que los que puede haber en la zona urbana.

ACCIDENTES FATALES

- ¿Cuáles son las enfermedades propias de la zona rural?

- En el campo, las patologías no varían mucho de las urbanas: el médico rural tiene que tener una formación muy particular; es un generalista todo terreno. Tenemos que hacer acciones de saneamiento ambiental, de promoción de la salud, charlas en las escuelas, asistencia, exámenes preventivos.

Una cuestión que más nos complica y desborda es la accidentología: hoy en día, los accidentes en la ruta son mucho mayores que en la ciudad y mucho más peligrosos y graves, con pacientes críticos, que terminan siendo situaciones catastróficas: nos desbordan porque no tenemos la capacidad instalada para dar respuesta. Un paciente grave, con un médico, se equilibra, pero dos pacientes graves con un médico ya es una situación catastrófica; no necesita ser la Amia para serlo. En los pueblos, contamos con una ambulancia, una o dos enfermeras (dependiendo de la cantidad de población), un ambulanciero, que están de guardia permanentemente. Por lo general, en los accidentes siempre van tres o cuatro cuando chocan dos o tres vehículos y ni qué hablar de cuando hay víctimas múltiples, cuando el accidente ocurre con un colectivo.

La comunidad rural vive en condiciones de inequidad, de injusticia social, de avasallamiento, a pesar de producir el 40% del PBI.

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Serrano fue el anfitrión del Foro de Expertos sobre Salud Rural en Sudamérica, que debatió en nuestra ciudad a fines de 2011.

La salud es muy pesada para que sólo esté en la mochila de los médicos. Tiene que estar el Estado como responsable y tener un equipo de trabajo

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Breve currículum

El Dr. Arturo Serrano viene desempeñándose -desde hace más de 25 años- como médico rural en el samco de Santo Domingo. Nació en San Juan hace 57 años y se graduó como médico generalista, tras lo cual se especializó en Medicina Rural.

Se convirtió en un estudioso de la alarmante situación que soportan los médicos rurales, motivo por el cual fundó y preside la Asociación de Medicina Rural (Amer) y fundó y presidió -a nivel nacional y santafesino- la Asociación Médica Generalista y Familiar (AMFG).

Enviudó a mediados del año pasado y vive con su hijo discapacitado. “Todos tenemos alguna cruz pero estoy bien integrado. Lo bueno de lo rural es la cotidianeidad, la familiaridad, uno conoce a todas las personas del pueblo, lo que es una ayuda a la hora de la contención de la discapacidad”, aclara.

Consultado sobre cuándo se jubilará, Serrano dice satisfecho: “Santo Domingo es paradigmático porque residentes de todo el país que están cursando el último año de la carrera vienen a rotar electivamente. Muchos de ellos se quedaron en pueblos cercanos y a mediados de 2011 llegó una médica más al pueblo. Ésa es la frutilla del postre”.

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los accidentes fatales en rutas del interior preocupan a estos profesionales.

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los cánceres empiezan a crecer exponencialmente y paralelamente al crecimiento de todos los monocultivos.