Para llevar agua de riego al interior de los establecimientos

Buscan financiar obras “intrafinca” para pequeños cañeros

Desde el Centro Operativo Experimental Tacuarendí señalaron que estudian diseñar un mecanismo de asistencia crediticia a través de la Mesa Azucarera. Estiman un costo de u$s1.000/1.500 por hectárea para integrarse al plan de irrigación.

Buscan financiar obras “intrafinca” para pequeños cañeros

A medida. El financiamiento estará en relación a la cantidad de hectáreas que tenga cada productor y la tecnología de riego que adopte: goteo, aspersión o inundación. Foto: Archivo/Juan Manuel Fernández

Campolitoral/El Ocampense

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Los profesionales que trabajan en el proyecto de la megaobra de riego para 10.000 hectáreas de la cuenca cañera santafesina gestionan financiamiento para las inversiones intrafinca (dentro de sus campos) que deberán realizar los productores beneficiarios.

La ingeniera Elena Sandoval, del Centro Operativo Experimental Tacuarendí (COET), informó que se encuentran analizando qué tipo de obra serán necesarias, así como la ingeniería financiera que se les dará para que puedan tomar el riego, “ya que la obra va a pasar por su tranquera y el productor tiene que utilizar esa agua, porque sino no es operativo el sistema”. En tal sentido se estudia la posibilidad de encuadrar a los más pequeños productores (Modelo Productivo1) para que puedan tener un financiamiento seguro. “Debemos tener en cuenta que la provincia no tiene un banco de fomento que se pudiera utilizar para esos fines”, aclaró, por lo que se analiza la posibilidad de ofrecer un plan crediticio a través Asociación Mesa Azucarera y de Desarrollo Regional, que es la que está reciclando los fondos destinados a siembra o insumos de los cultivos. “Ese capital será volcado en apoyo a los productores del Modelo Productivo 1 para el riego intrafinca”.

Se potencia el cultivo

Sandoval también indicó que, por pedido de la provincia, se realizará una última asamblea informativa sobre las inversiones necesarias tranqueras adentro “para que el productor sepa realmente lo que sale el proyecto, lo que tiene que devolver y lo que tiene que invertir”. El total de la obra será financiado en un 80%, mientras la provincia aportará el 20% restante, “pero después de cinco años de gracia, el banco propone un repago de la obra por parte de los productores, que estaría entre un 30% y 40%, porque la relación costo beneficio redunda como para que el productor pueda pagar ese porcentaje”, aclaró la profesional.

No obstante, agregó que la prioridad es acercarle financiamiento al productor para la obra en su campo, que estará en relación a la cantidad de hectáreas que tenga y la tecnología de riego que adopte (goteo, aspersión o inundación). “Estimativamente se está analizando un costo de inversión de entre un u$s1.000/1.500 por hectárea”, precisó la profesional, y agregó que personal del Ministerio de Economía ya recorrió la zona “tratando de ver cómo se elabora un modelo de financiamiento a través de la Mesa Azucarera y de Desarrollo; para después, con los números en mano, poder reunirnos con los beneficiarios, ya que la idea es que ningún productor chico quede fuera del proyecto”.

Por otra parte, los productores que reúnen requisitos deberán tomar créditos bancarios para hacer esas inversiones. “Es un costo importante, pero eso el productor lo sabía desde un principio. No obstante este modelo, para la producción de caña de azúcar, cierra perfectamente; porque ahora estamos con 40 toneladas promedio, por hectárea, en un año sin sequía extrema, que con un riego seguro estaremos elevando a 80 y 85 toneladas por hectárea, se duplica la producción y estamos alargando a dos años más las cepas (actualmente tienen una duración de entre cuatro y cinco años), que es un plus de dos años más por cada siembra”, detalló Sandoval.

El rinde lo paga

La ingeniera remarcó que “el proyecto tiene muchos beneficios anexos que no se dicen”, como por ejemplo la “ respuesta impresionante al efecto riego” que tiene la caña. En ese aspecto, “nuestro proyecto cierra perfectamente, cosa que no sucedería con otros cultivos de la zona”. Aunque reconoció que se trata de “una obra cara”, consideró que la utilización de ductos subterráneos para transportar agua desde el Paraná tiene un menor impacto ambiental. “El otro plus del proyecto -agregó- es que se trata de producción de caña, no solamente para elaboración de azúcar, sino principalmente de etanol para biocombustibles, con una rentabilidad a futuro que no tiene límite”.

Sandoval sostuvo que el proyecto transita “los pasos finales” y se espera que este año se licite la obra. “Hay mucho trabajo por hacer aún, hay mucha tarea de capacitación para que el productor pueda conocer la tecnología de riego; una vez que se licite la obra, los productores van a tener dos años de capacitación para que hagan un uso eficiente de este recurso”, informó. A su vez destacó que el plan tiene “un marco de apoyo para el productor, de capacitación y transferencia de tecnología, como así también mucho fortalecimiento de todas las instituciones que van a estar abocadas al tema riego”. Por ello se buscan experiencias en otras regiones para ver cómo se van a organizar los productores para el control y manejo del riego, pero “también en la zona tenemos dos cooperativas de servicios públicos muy buenas (COTELVO de Villa Ocampo y CODESELT de Las Toscas) que serían muy útiles para administrar este servicio, y la conformación de un consorcio de productores para maquinarias, recursos humanos y capacitación”, terminó diciendo la especialista.


Etanol con sorgo

El Grupo Vicentín anunció que construye en Avellaneda, departamento General Obligado, la primer planta de bioetanol a base de sorgo del país. Lo confirmó en Rosario el director Roberto Gazze y detalló que el objetivo es aprovechar la disponibilidad zonal del cereal para abastecer su planta (que también puede procesar maíz) y las perspectivas de crecimiento del cultivo tanto en el norte de Santa Fe como en Chaco.