La devaluación del vecino grande

Brasil desacelera su economía pero sale del atraso cambiario

 
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Moreno. con industriales paulistas. Viajó la semana pasada para mejorar el comercio; un día después Brasilia puso trabas a las manzanas de Río Negro.

Foto: Télam

Las expectativas privadas del principal socio del Mercosur se han achicado. Pero con menos inflación y devaluaciones, recupera competitividad; el contraste con el atraso cambiario argentino.

 

Por Ramiro Castiñeira (*)

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DyN

Brasil creció 7,5% en 2010, 2,8% en 2011 y en febrero de este año la economía creció sólo 0,9%, interanual. En el caso de la industria, en 2010 creció un 10%, se estancó en 2011 (creció 0,1%) y en el primer trimestre de 2012 reflejó una caída del -3% interanual.

Dentro de la industria, la producción automotriz reflejó una merma del -7,5% en abril último y acumula una baja del -10,1% en el cuatrimestre. Los malos datos del nivel de actividad económica en Brasil finalmente empezaron a mellar las expectativas privadas.

El año arrancó con expectativas de crecimiento cercanas al 3,5% para este año, en tanto que ahora las proyecciones privadas esperan un crecimiento similar al 2,8% del año pasado. Las expectativas todavía advierten que se espera un inminente rebote económico, apoyado principalmente en la drástica baja de tasas que está haciendo el gobierno, con el doble objetivo de estimular el consumo local, y al mismo tiempo devaluar la moneda para favorecer a la industria local.

En efecto, la tasa Selic pasó de un máximo de 12,5% anual a mediados de 2011, a 9,0% en la actualidad. La baja de tasas se trasladó al rendimiento de los títulos públicos, mermando la entrada de capitales a la economía. Ello permitió que la moneda se debilite un 25% en igual período, al pasar de 1,55 reales por unidad de dólar, a 1,95 actualmente.

La devaluación en términos reales supera el 20% dada la inflación menor al 5% los últimos doce meses. El atraso cambiario terminó ahogando la industria brasileña, que no crece desde el 2010 y, peor incluso, todavía no logró superar su máximo de 2008.

Los efectos del atraso cambiario tardan en advertirse ante una economía que crece impulsada por el consumo de servicios financiado con entrada de capitales, mientras la producción de transables se estanca, o se achica.

Brasil está lejos de una trampa como la convertibilidad de la Argentina, como también fuera del corsé que implica el euro para Grecia y España, entre otros. La baja de tasas y la devaluación permiten corregir el desequilibrio cambiario que registra la economía.

Por ello las expectativas privadas son optimistas para Brasil, pese a los malos datos que registra. Mientras Brasil busca salir del atraso cambiario, Argentina entra. En 2011 se agotó el colchón cambiario tal como advierte la pérdida del superávit en la cuenta corriente del balance de pagos. La inflación local y la devaluación del principal socio comercial profundizan la pérdida de competitividad este año.

(*) Economista en jefe de Econométrica.

Manzanas

Esta semana Brasil pagó con la moneda de Moreno. “Demoró” la importación de manzanas argentinas mediante “licencia no automática”. Ahora son los exportadores argentinos los que sufren las políticas comerciales del polémico secretario de Comercio, que acaba de encabezar una misión comercial al vecino país, tras lo cual el gobierno aseguró haber liberado las importaciones de naranjas desde Brasil para avanzar en la exportación de otras frutas al vecino país. Sin embargo los hechos muestran que se entornaron las puertas del principal cliente de la fruta de Río Negro.

0,57 %

se devaluó el Real

en 10 días de mayo, y podría alcanzar hasta 2 % en un mes. Eso complica más los términos de intercambio de la Argentina con su gran vecino.