Falleció Miguel Romano

Falleció Miguel Romano

El destacado periodista, en oportunidad de visitar la redacción de El Litoral. Foto: Flavio Raina

Ayer se produjo el deceso del periodista Miguel Romano, quien dejó una riquísima trayectoria de 30 años por distintos medios del país, siempre reflejando todo lo que ocurría en el básquetbol argentino e internacional.

Escribió para el diario La Nación y su portal deportivo canchallena.com y justamente, Romano murió en días de instancias finales de una Liga Nacional de Básquetbol.

Sergio Hernández, técnico de Peñarol, que se está jugando el tricampeonato ante Obras, lo despidió con dolor y respeto desde su cuenta de Twitter.

“Tristeza por la noticia del fallecimiento de Miguel Romano. Mis condolencias a su familia y mi eterno reconocimiento a un luchador”, escribió Hernández.

También el más grande basquetbolista de la historia argentina, Emanuel Ginóbili, inspirador del libro de Romano, “Dos veces 10”, homenajeó al periodista al destacarlo como uno de los principales difusores de ese deporte: “Triste por la muerte de Miguel Romano. Gran difusor y fana de nuestro deporte. Mis condolencias a toda su familia”, publicó “Manu” en su cuenta de Twitter.

Miguel Romano fue una de las primeras caras y voces experimentadas en presentar el TNA por las pantallas de TyCSports. Llegó desde su Coronda natal a los 17 años a Capital Federal, para estudiar en el Círculo de Periodistas Deportivos y se ganó el peso trabajando para revistas partidarias de clubes y fue corresponsal de LT9 Radio Brigadier López de Santa Fe.

Hasta que llegó primero a Crónica, en 1979 y un año después a La Nación. Según publicó el portal canchallena.com, Romano “cubrió siete mundiales consecutivos (desde España 1986), tres Juegos Olímpicos (Barcelona 92, Atenas 2004 y Pekín 2008); siete premundiales; seis preolímpicos; cinco finales de la NBA y cerca de 100 partidos del mejor básquet estadounidense”.

Escribió el libro “Dos veces 10”, sobre la vida de Emanuel Ginóbili. Parecía tomar luz la tinta dejada por Romano cuando se refería a sus “dos amores”: Estefanía, licenciada en Comunicación Social y Salvador, estudiante de derecho y jugador de básquetbol.

Miguel recordaba la canchita de básquetbol de la escuela donde empezó su amorío con ese deporte que le marcó su vida allá frente al Paraná en su Coronda natal, el pueblo que lo despide tras dejar una maravillosa huella en la profesión de periodista.