Cepo cambiario

“Con devaluación no se ganan elecciones”

“Con devaluación no se ganan elecciones”

Sin ayudas. El analista calcula que no habrá devaluación ni políticas directas que ayuden al agro. Foto: Archivo

Carlos Seggiaro, economista de la Fundación Fortalecer, considera improbable que el Gobierno convalide la disparada del dólar informal. “El productor debe mirar hacia adentro y a su estructura de costos, ya que de afuera la ayuda no va a llegar”.

 

Campolitoral

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—¿Qué está ocurriendo con el dólar? ¿Podemos hablar de una corrida cambiaria?

—Está ocurriendo un fenómeno con características que hacen recordar lo sucedido en octubre del año pasado. En aquel entonces hubo una corrida que presionó sobre la cotización del dólar. Y el Gobierno reaccionó a través de una batería de acciones, como el control fiscal sobre el mercado de divisas, con lo que se controló la situación. Después, en los siguientes meses tomó otras decisiones que parecieron aisladas pero que eran parte de un paquete, como el control de importaciones (en febrero), la reforma de la carta orgánica del Banco Central y de la Ley de Convertibilidad. Todas esas decisiones (desde octubre a marzo) le dieron un mayor control sobre el mercado. Ahora vemos un proceso que se parece a una corrida, pero no lo es. Se da algo inédito, que es que el Banco Central en vez de liquidar divisas, sigue comprando dólares en el mercado. Esto es raro, porque en cada corrida el Banco Central sale a vender, pero ahora, al tener un control muy férreo sobre la demanda y el mercado, es el único comprador importante en el mercado.

El control de divisas aumentó el margen de rentabilidad de la marginalidad. Al acotar la marginalidad, su precio aumentó por ser un mercado más chico.

Hay una gran disparidad del dólar formal y del paralelo o marginal. Cada mercado mueve distintos números. El formal, con las importaciones y exportaciones mueve U$S 500 millones por día (dependiendo si los exportadores liquidan o no). El paralelo, en cambio, mueve un promedio de U$S 10 millones por día, muy inferior y sin relevancia en relación al anterior. Eso explica el diferencial de precios y la capacidad del Central de mantener el mercado legal. Pero no lo veo al Gobierno nacional convalidando un aumento de la cotización del mercado formal en el corto plazo, teniendo la capacidad operativa para hacerlo. Mi impresión es que la cotización del dólar se ubicará en un rango entre $ 4.80 y $ 5, de acuerdo a lo que pase con la cotización del real en Brasil. El Central va monitoreando esa situación y actuando en esa relación. Con el mercado informal no puede hacer nada porque es un mercado ilegal. Pero para convalidar un salto devaluatorio también pesan razones políticas.

—¿Cuáles son los alcances de la política para reformar la situación?

—Si la presidenta quiere reformar la Constitución para la reelección necesita dos tercios de los votos, que hoy no tiene en el Congreso, y una victoria electoral rotunda en las próximas legislativas. Y devaluación mediante no se ganan las elecciones. Nadie sobrevivió un golpe devaluatorio en el país.

Es un disparate político, el tema es saber hasta dónde lo puede sostener, y la respuesta es que efectivamente sí lo pueden hacer, porque tiene una gran control sobre el mercado de cambio para mantener estas cotizaciones. En octubre del año pasado creíamos que se iba a devaluar después de las elecciones y eso no pasó. Si sigue este control férreo de la situación, lo que digan los medios no afecta.

—¿Cómo golpea esto a la producción?

—Hay una pérdida progresiva de la competitividad. Si el dólar sigue a $ 5 a fin de año estaríamos en una devaluación del 15 % pero la inflación estará entre el 25 y el 30 %. Y si la inflación sube más que el dólar tendremos inflación más en dólares, tal como tenemos desde hace 4 años, y que golpea a todos los segmentos productivos, donde los aumentos de los costos de producción se dan en dólares, y esto se traduce en una pérdida de competitividad que seguiremos teniendo hasta el año que viene, es una señal de alerta para las empresas que deben tomar decisiones. No lo veo al Gobierno tomando una decisión en este sentido, mas allá de proteger eventualmente a algunos sectores puntuales castigados por esa pérdida de competitividad.

Respecto al precio de la soja en Chicago arriba de los U$S 500 no era solamente por el clima de Sudamérica; había un componente especulativo muy fuerte, tal como en 2008, y eso tiene que ver con la crisis europea, los problemas de las tasas de interés. Hay mucha volatilidad, pero el clima en EEUU y en Sudamérica pintan bien, con una recuperación de la soja, por lo que los fondos ya cambiaron su eje.

—¿Qué va a pasar con lo campos alquilados?

—Cuando veo un productor agrícola en campos alquilados veo un escenario muy complicado. A ellos los números no le cierran y claman por una devaluación, algo que no va a pasar. Entonces claman por un cambio de la política para el sector agropecuario, y eso es algo que tampoco va a ocurrir. Al menos hasta el año que viene. Entonces el productor debe mirar hacia adentro y a su estructura de costos, ya que de afuera la ayuda no va a llegar. Y al mirar las estructura de costos en la región pampeana, los valores de los alquileres de los campos sobresalen. Y lo que pueda ocurrir con este tema es central. En algunas regiones he visto productores trabajando con un margen estrecho que dependen de un buen rinde. Ante cualquier eventualidad climática, esos productores se van a ir a la banquina (tal como ocurrió), y muchos se quedaron sin capital de trabajo para la próxima campaña.

Si van por financiamiento, deberán agregar a sus costos de producción los costos financieros, acotando aún más los números, agregando mayor concentración de productores y un debate sobre el tema de los alquileres, donde alguna flexibilización de la modalidad (como el renacimiento de la aparcería) puede resurgir, sobre todo en zonas marginales.

Soja Chicago, un refugio

Esta semana el Mercado a Termino de Buenos Aires (MATBA) presentó en Rosario su producto Soja Chicago, un contrato de 136 toneladas que podrá comercializarse en dólares sólo en plataforma electrónica para los meses de enero, marzo, mayo, julio, agosto, septiembre y noviembre. Se liquidará sin entrega física por diferencias de precio contra el ajuste final de Chicago Mercantil Echange (CME).

“Por las normativas cambiarias y restricciones que hoy hay para el giro de divisas, éste contrato permite cubrirse con valores internacionales sin tener inconvenientes operativos”, dijo el presidente de MATBA, Ricardo Valderrama, al portal rosarino Puntobiz.

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Ganadería: repercusiones en el mercado

“La producción ganadera ha sentido el impacto del cerrojo definitivo del mercado cambiario, que si bien no es la moneda de transacción habitual no deja de ser un refugio de atesoramiento de los ahorros”, señaló el director Ejecutivo de Rosgan, Raúl Milano, al término del 40º remate del Mercado Ganadero de la Bolsa de Comercio de Rosario.

La subasta se realizó entre el 15 y el 18 de mayo pasado, con la particularidad de haber colocado el 75% de las 34.000 cabezas ofertadas. Las categorías de vientres y de novillos de invernada (más pesados) fueron los menos vendidos, “volviendo a mostrar como las preocupaciones de la actividad económica impactan inmediatamente en la expectativa de los compradores”, explicaron desde el mercado. Los precios promedios solamente sufrieron pequeñas correcciones hacia la baja en las distintas categorías: en terneros y terneras apenas algunos centavos, al igual que los novillos de 2 a 3 años.

Como productor, Gustavo Zenklusen -ganadero de ciclo completo en Ambrosetti (San Cristóbal)- le dijo a Campolitoral que el cerrojo cambiario y la volatilidad del dólar aún no tiene impacto directo tranqueras adentro, aunque sí consideró que es un elemento que suma incertidumbre frente a la pérdida de competitividad de la ganadería. “Genera desconfianza. Aunque nuestra moneda de cambio no es el dólar, es el kilo de ternero o novillo; o sea que ahorro y crezco en carne. Tenemos el problema del estancamiento desde 2010 del valor de la hacienda en un contexto de inflación en dólares del 25%”. Mencionó que la semilla de alfalfa que el año pasado valía 9 o 10 dólares hoy se paga 12 o 13, mientras el kilo de novillo de exportación que un año atrás los frigoríficos pagaban $17 ahora vale $15. También señaló el costo el gasoil, que pasó de $4.50 a $6.50 o la semilla de sorgo que saltó de u$s80 a u$s110.

En la misma zona, el asesor Matías Sara comentó que “el tema de insumos está muy complicado. Tenés todos los tipos de cambio, desde oficial hasta blue, que puedas imaginar”. Para él el dato preocupantes es que “los plazos de pago de cría, que suelen ser largos (30, 60, o 90 días) te dejan con un deudor en pesos y el dólar volando”.

Agricultura: nada nuevo bajo el sol

La coyuntura político-económica no es materia opinable para las empresas proveedoras de agroquímicos. Desde Casafe (Cámara de Sanidad Agropecuaria y Fertilizantes) respondieron, ante la consulta de Campolitoral, que la entidad “no hace declaraciones porque es un tema muy sensible”.

De todos modos, un distribuidor zonal confió que “por ahora no hay complicaciones con el dólar”. Los fabricantes toman la cotización oficial (Banco Nación - vendedor) para facturar la venta y el pago se realiza en pesos. Aunque comentó que “algunas compañías de commodities podrían estar teniendo problemas para ingresar productos”. Esa -especuló- podría ser la razón por la que la atrazina “está aumentando demasiado, alrededor del +20%”.

“Está todo parado”, señaló la comerciante, al referirse a las operaciones para la próxima campaña. Incluso señaló que, a causa de los perjuicios de la sequía, “está costando cobrar”. Aseguró que hay “mínimas consultas por trigo y muchos van a probar alternativas como cebada o garbanzo”.

La remanida inflación en dólares mete miedo, sobre todo a medida que empiezan a conocerse los precios de la nueva campaña. “Uno de los principales semilleros ya anunció la bolsa de maíz a u$s220... totalmente inviable en campo alquilado”, sentenció. Aunque el insumo que más creció es el gasoil, razón por la cual “mucha gente usa la tarjeta para comprar 20.000/25.000 litros por la incertidumbre frente a los próximos meses”.

Si el dólar sigue a $ 5 a fin de año estaríamos en una devaluación del 15 % pero la inflación estará entre el 25 y el 30 %. Y si la inflación sube más que el dólar tendremos inflación más en dólares.

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Mala espina. “En campos alquilados veo un escenario muy complicado”

Foto: Archivo