Sus abogados apelarán la sentencia

Ex presidente egipcio Mubarak fue condenado a cadena perpetua

Ex presidente egipcio Mubarak fue condenado a cadena perpetua

El ex presidente Hosni Mubarak asiste, tras las rejas, a su juicio en El Cairo. Foto: EFE

Fue encontrado responsable político de la muerte de más de 800 manifestantes en 2011. Es el primer presidente juzgado luego de la “primavera árabe”.

 

De la Redacción de El Litoral

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DPA

El ex presidente egipcio Hosni Mubarak fue sentenciado a cadena perpetua por la muerte de más de 800 manifestantes durante las protestas que llevaron a su destitución en febrero de 2011, decidió hoy la corte que lo juzga en El Cairo.

El juez Ahmed Refaat consideró probado que Mubarak tiene la responsabilidad política por los disparos contra los manifestantes. La fiscalía pedía la pena de muerte para el ex mandatario, cuyos abogados pueden apelar ahora la sentencia.

Mubarak es el primer jefe de Estado árabe que responde ante la justicia de su propio país tras las revueltas de la “Primavera Árabe”. El ex ministro del Interior Habib al Adli, juzgado en el mismo proceso, también fue condenado a prisión perpetua. En cambio, la corte desestimó los cargos de corrupción contra Mubarak y sus dos hijos, Alaa y Gamal.

También declaró inocentes a seis ex jefes de seguridad por las muertes, alegando que se limitaron a cumplir órdenes.

Fuera de la sala, los opositores estallaron en júbilo en un principio al conocer el veredicto. Sin embargo, dentro del tribunal se produjeron escenas de tumulto y caos porque algunos opositores esperaban la pena de muerte, y sobre todo tras el anuncio de que quedaban libres de culpa Alaa y Gamal, muy impopulares entre la población.

El público presente en la sala en una academia de policía de El Cairo gritó “inválido” como protesta contra el fallo.

Decenas de seguidores del ex presidente, que también se encontraban fuera de la corte, se enfrentaron con las fuerzas de seguridad.

El proceso fue transmitido en vivo por la televisión estatal. Mubarak, de 84 años, siguió la audiencia desde una camilla y llevando unas gafas de sol. Cuando fue anunciada la sentencia permaneció tranquilo.

La sesión se celebró en medio de fuertes medidas de seguridad. Opositores a Mubarak llevaban carteles con fotos de los manifestantes muertos en las protestas.

El juez Ahmed Refaat inició la audiencia con un discurso en el que calificó los casi 30 años de gobierno de Mubarak como una “era oscura” y a la llamada “Revolución del 25 de enero” como el “amanecer” de una nueva etapa.

Mubarak fue trasladado a la unidad de cuidados intensivos de la cárcel de Tora, a las afueras de El Cairo, tras la lectura de la sentencia que lo condenó a cadena perpetua, informa la emisora Al Arabiya.

/// análisis

El faraón testarudo

Anne-Béatrice Clasmann - DPA

Antes de convertirse en el primer gobernante árabe en prisión, Hosni Mubarak gobernó Egipto durante casi 30 años con mano de hierro.

Tras hacer carrera militar, el comandante de la fuerza aérea ascendió primero a la vicepresidencia, donde se ganó el apodo de “La Vache qui rit” (la vaca que ríe), al aparecer la mayoría de las veces junto al entonces presidente Anwar al Sadat con una sonrisa tonta dibujada en el rostro. Tras el asesinato de Sadat el político pasó a ser jefe de Estado en 1981.

Mubarak fue considerado pronto un presidente sin visiones: apostó por la apertura económica sin democratización. Y apartó enseguida a los políticos que le parecía que se hacían demasiado populares, como el entonces ministro del Exterior, Amre Musa.

A sus dos hijos Alaa y Gamal les proporcionó puestos en el partido y lucrativos negocios, pero lo que le dio la puntilla fue, según creen diplomáticos extranjeros, la exagerada ambición de su mujer Suzanne, que al parecer fue la impulsora de la idea rechazada por muchos egipcios de que su hijo Gamal se convirtiera en su sucesor.

Mubarak, apodado “el faraón” y que a los 84 años se seguía tiñendo el pelo de negro intenso, fue obligado a dimitir en febrero del año pasado por el Ejército. Antes, inspirados por la revolución en Túnez, decenas de miles de egipcios salieron a la calle para pedir su marcha al grito de: “¡Desaparece!”. El 11 de febrero del año pasado dejó El Cairo y se marchó a su casa vacacional en Sharm el Sheij. Pero su estancia allí no duró mucho.

Mubarak fue detenido y acusado de corrupción y de responsabilidad en la represión y los disparos a los manifestantes de la plaza Tahrir. Debido a su supuestamente mal estado de salud, se le permitió pasar el periodo de prisión preventiva en un hospital.

El 1 de agosto de 2011 comenzó el proceso en su contra en El Cairo y desde entonces, Mubarak, que proclamó continuamente su inocencia, comparece en camilla ante el juez.

Como presidente del país árabe, Mubarak entendió rápidamente la necesidad de solucionar conflictos regionales y se convirtió durante décadas en mediador en el contencioso palestino-israelí, un papel alabado por muchos gobiernos occidentales que después le dejaron caer.

En sus visitas a El Cairo, los representantes de gobiernos occidentales solían callar sobre violaciones a los derechos humanos, aunque el presidente estadounidense Barack Obama, tras su llegada al poder, intentó en varias ocasiones sin éxito convencerlo de la necesidad de reformas políticas.

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