Con las raíces muy presentes

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El reconocido folclorista santafesino Dante Maldonado recorre, en una amena charla, su paso por Los del Brigadier, su regreso a los escenarios como solista y los proyectos que lo mantendrán ligado a su guitarra, inseparable compañera de ruta.

TEXTOS. JUAN ROBERTO ALMARÁ.

Sentados en el living de su casa, y mientras el calor de enero no da tregua, las primeras palabras del entrevistado salen entremezcladas con los acordes de una guitarra criolla. Y eso ya es un signo distintivo de su mundo personal.

Desde hace muchos años, Dante Maldonado transita el sendero de la música. Más específicamente del folclore. Aquí repasamos su historia, sus recuerdos y su futuro.

Dante revuelve el cajón de la memoria y las imágenes de la infancia cobran fuerza y color al retornar en forma de palabras: “Me compraron mi primera guitarra a los 9 años. No tenía idea de cómo se tocaba. Al poquito tiempo se me cortaron todas las cuerdas: un accidente hogareño -comenta entre risas- Entonces empecé a buscar profesor para aprender. Fui a tomar clases y vi que me gustaba”.

Pero ese envión inicial poseía su origen: “En casa tenía la influencia de mi familia. Se escuchaba folclore todo el día. La radio que más se oía era Nacional. Después vino la danza. Fui parte de la Compañía Argentina de Danzas y del Instituto Santafesino de Danzas”, comenta.

Y esta perseverancia trajo sus frutos: “Seguí con la guitarra cantando como solista y en coros durante mucho tiempo. Hasta que un día aparecieron Los del Brigadier, a los que se les había ido la primera voz, y entré yo”.

Con Los del Brigadier grabó cuatro discos: “Hoy canto por cantar” (1988), “A mi Santa Fe” (1989), “Integración” (1991) y un inédito.

- ¿Qué hechos rememorás de esa etapa?

- Las anécdotas son lindas y numerosas. Recuerdo los nervios de la primera vez con el conjunto. Fue un Recreo, en un escenario montado con tachos de 200 litros que arriba tenían tablones. Me temblaban las piernas de los nervios y las maderas se movían todas. Ese primer momento fue terrible. Pero pasó, y a partir de ahí grabamos cuatro obras musicales y recorrimos muchísimos lugares del país.

Hacíamos giras en las que salíamos un jueves y volvíamos un martes. Y la persona que más se extraña es el fallecido Jorge Maciel (integrante fundador de la agrupación). Cuando él murió, en 1999, fue un golpe muy duro para el grupo. Justo estábamos terminando de grabar un disco que quedó inconcluso. Está registrado completo pero sin editar, es un inédito.

LA VUELTA

La muerte de Maciel alejó a Dante de los escenarios en 2000. Pero lo que nace del corazón es difícil de abandonar. Es así que cuatro años después, todo volvió a empezar: “Había una persona (Víctor Luesma) que no conocía pero que todos los sábados me veía a donde tomaba un café a la salida de misa. Un día se acerca y me dijo: ‘Así que vos sos Dante Maldonado. Tengo una peña en tal lugar y quiero que vayas a tocar’. Yo ya me había retirado de la música, solamente estaba en un coro parroquial. Cantaba en las misas y en los casamientos. Pero me insistió tanto que un día fui.

Me alentaron a subir al escenario, y ahí volví a meterme. Arranqué nuevamente en 2004. Y en 2005 di un par de recitales para ver cuál era la respuesta. Por suerte fue muy buena. Me decidí y en 2006 saqué mi primer disco como solista: ‘Sencillito nomás’, como para probar. Tuvo mucho éxito, afortunadamente se vendió bien. Y eso me dio ganas de seguir haciendo cosas”.

Y esta vez, no hubo pena que detuviera a los acordes. En 2009, editó de forma independiente (al igual que el primero) su segundo disco solista “Sigo el mismo camino”, que presentó en su ciudad y en escenarios de la región. No puede dejar de agradecer a los compañeros de ruta de los últimos años: Emilio “El Chango” en guitarra, el percusionista Tomás Escobar, el guitarrista Juan Pablo Brambilla, y los tecladistas Esteban Machado y Mariano Berisvil.

LO QUE SE VIENE

-¿Qué proyectos tenés en mente para los próximos meses?

- Estamos preparando temas nuevos. Vamos a ver qué hacemos, si cambiamos el repertorio o grabamos un nuevo disco. Los músicos con los que estoy tocando ahora son Juan Castaño con su bandoneón sachero, Juan Isso en la guitarra, y Darío Zinni en percusión, bombo y arreglos musicales. Ellos me acompañan, me bancan en este desafío diario de mostrarle a la gente lo que quieren decir los autores. Hay una propuesta de una gira por el sur en junio o julio, y otra para noviembre, siempre por la zona de Comodoro Rivadavia, Caleta Olivia y Puerto Madryn. Tengo otros proyectos relacionados con la música, y eso me ha implicado brindarles muchas horas.

Dante comenta que lleva adelante una productora discográfica independiente: PANDE Producciones. Con ella apunta a que los artistas locales -de cualquier estilo- puedan editar sus discos sin la necesidad de viajar a Buenos Aires. PANDE se encarga del diseño gráfico, el estampado y el encefalonado. También gestiona la difusión y la distribución del material.

ANTE TODO, LA MÚSICA

La charla va llegando a su fin y las reflexiones más hondas se reservan para este momento: “La música es algo que uno lleva adentro. No puedo vivir si no estoy cantando, silbando o tocando la guitarra. Siempre ando buscando y escuchando discos. Pero el género que me hizo querer la música fue el folclore. Más allá de que el tango también me gusta mucho, creo que la música folclórica ha tomado una posición muy importante dentro de la escena argentina”.

Y ya no queda mucho más para decir. La noche se adueña de la ciudad y las cuestiones hogareñas lo reclaman. Pero queda la certeza de haber pasado una tarde con un hombre que respira el folclore de su tierra, como si fuera su propio aire vital.

EL INTÉRPRETE

Dante Maldonado se especializa en dar vida a canciones ajenas. Y eso lo hace feliz: “Intento expresar lo que dice el autor. No es cuestión sólo de cantar. Hay que darle el énfasis que cada compositor le quiere poner al tema. Los autores de Santa Fe están contentos con lo que he hecho con sus versos. Algunos hasta me han dado composiciones inéditas, como José Luis Morelli, Luis Ferreyra y el Chango Funes. Me dijeron: ‘Tomá, esto tenés que hacerlo vos’. Y eso es un orgullo”.