Indignación mundial

Siria: nueva masacre del régimen de Al Asad

De la Redacción de El Litoral

[email protected]

DPA

Los pequeños cuerpos sin vida de niños están cubierto con hielo, para conservar los cadáveres de las víctimas más jóvenes de la masacre de Al Qubair en el lugar exacto donde vivieron los últimos y horribles minutos de sus cortas vidas. Así lo hacen los activistas para que los observadores de la ONU puedan documentar las nuevas atrocidades cometidas supuestamente por las milicias fieles al régimen e intentar que la comunidad internacional expulse por la fuerza al presidente, Bashar al Assad.

La oposición publicó en la noche las primeras imágenes de video: el ataque a las afueras del pueblo de Marsaf ocurrió siguiendo el mismo patrón que en la masacre de Al Hula en mayo, afirman los activistas: primero, el Ejército bombardeó el lugar durante una hora y después llegaron los milicianos del pueblo vecino de Al Asile para exterminar todo lo que encontraban a su paso.

“En Al Haffa, en la provincia de Latakia, tuvo lugar ayer una operación muy similar. Allí los combatientes de la resistencia lograron herir a varios milicianos, por lo que la acción fue interrumpida”, explica un general jubilado simpatizante de la oposición.

Durante su época en el Ejército reunió experiencia propia con las milicias Shabiha fieles al gobierno. “Vivían principalmente del contrabando. Ocasionalmente asaltaban granjas y violaban a las mujeres”. El militar canoso que ya enciende su cigarrillo con el primera café de la mañana, añade: “Sus barbas eran tan largas como si quisieran limpiar el suelo”.

Las noticias de Al Qubair llegan también al palacio de Dolmabahce en Estambul, donde coinciden los principales ministros de Exteriores del grupo Amigos de Siria para deliberar sobre una salida de la crisis en el país. La secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, el nuevo jefe de la diplomacia francesa, Laurent Fabius, y el alemán Guido Westerwelle están allí.

Las informaciones actuales sobre Siria hacen crecer la preocupación y la frustración de los ministros sobre la falta de éxito de los esfuerzos. Incluso Westerwelle ya no oculta su insatisfacción por el fracaso del plan de paz del enviado especial de la ONU y la Liga Árabe, Kofi Annan. “La situación evoluciona de cualquier forma menos positiva”, reconoció. “Por todas partes aumentan las dudas”.

Sobre todo Estados ricos del Golfo como Qatar exigen continuamente ataques aéreos y armas para los opositores. Los alemanes siguen siendo de los más firmes opositores a una solución militar. Se sigue teniendo la esperanza de que Rusia retire su apoyo al régimen de Al Assad, lo que podría dejar libre el camino a una solución al estilo de Yemen, que supondría a la marcha de Al Assad al extranjero y la transferencia del poder a su número dos.

Entre tanto, Annan invitó a un encuentro a los cinco países con poder de veto en el Consejo de Seguridad de la ONU con otros Estados importantes, en el que podría prepararse una resolución basada en el capítulo VII, artículo 41 de la Carta de Naciones Unidas que contemplaría no sólo sanciones regionales, sino internacionales contra el régimen, pero excluyendo la violencia de las armas.

En cualquier caso deben cumplirse dos condiciones: Pekín y Moscú deben estar dispuestas a la marcha de Al Assad al exilio, a Rusia o a Irán.

La oposición siria lo considera poco realista. Un disidente que huyó a la provicia de Hatay, fronteriza con Turquía, afirma: “Un presidente que mantiene en secreto incluso la muerte de familiares cercanos sólo para no hacer peligrar su imagen de hombre fuerte no estaría dispuesto a un paso así”.