Volver a las fuentes

El pastizal natural vuelve a cobrar interés para la producción ganadera, de la mano del corrimiento de la actividad y los beneficios para una producción más sustentable.

Federico Aguer

[email protected]

El pasto, ese eterno insumo para la alimentación animal, vuelve a ser tenido en cuenta a la hora de rediseñar la actividad ganadera en la Argentina. Por distintos motivos, ya sea climáticos, políticos y de mercado, el corrimiento de la actividad ha obligado a los productores a reinsertarse en este nuevo escenario más rápido de lo que los tiempos de la actividad conlleva.

Por eso, luego del furor del feedlot y el cierre del grifo de los subsidios, se vuelve a poner la lupa sobre las pasturas propias y ajenas, las que encierran -tal vez- un secreto que puede resolver el eterno problema de la eficiencia.

Esta semana hubo dos eventos relacionados con el tema, ampliamente apoyados por una masiva convocatoria de asistentes.

El primero, cuyas conclusiones se detallan en nuestra página 10, se desarrolló en San Cristóbal, y dejó de manifiesto algunas claves de manejo tendientes a valorar el pastizal natural como suministro básico en la alimentación. Además, puso sobre el tapete algunas herramientas tecnológicas y de manejo como el alambrado eléctrico para ser más eficientes. También se planteó el enorme potencial de nuestro país para retomar su legado exportador de carne en base a los requerimientos nutricionales del mundo.

Ayer, fue el turno de Reconquista, donde el tema se abordó bajo la siempre interesante mirada de los grupos CREA. Allí, más de 200 productores abordaron temas fuertes y sugirieron muchas conclusiones para potenciar la actividad, en un marco donde la agricultura se está complejizando. Los temas rondaron sobre los rodeos de cría y su manejo, con mucha atención al estado corporal de la vaca durante todo el año, “para destetar el ternero lo más pesado posible, cuidando el vientre, y conociendo mejor los sistemas forrajeros del campo natural”, dijeron los organizadores. Y agregaron con preocupación: “creemos que la gente no conoce los sistemas naturales, no sabemos cuánto pasto producen, qué época es la de mayor oferta y cómo potenciar esos sistemas forrajeros”. A mayor carga , mayor producción, y la carga va de la mano de la oferta forrajera. Estamos en un ternero por vaca cada dos años de promedio y esto se puede -se debe- mejorar. El tema se traslada el próximo 14 de junio a Entre Ríos, donde los productores se reunirán en el marco de un proyecto que impulsa la ganadería sustentable en pastizales naturales. Volver a las fuentes parece ser el camino.