Ganados y carnes

La reconversión de la industria exportadora

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Juega en contra de la demanda la incertidumbre sobre el futuro de la economía mundial y la fuerte volatilidad en los tipos de cambio, con una tendencia a la valorización del dólar, circunstancia adversa para el valor de las commodities.

Foto:Campolitoral

Los frigoríficos están en proceso de adaptar toda su producción al mercado interno. La demanda tiene exigencias, plazos de pago y riesgos diferentes al comercio exterior.

 

Ignacio Iriarte

En los primeros cinco meses del año, las exportaciones de carne vacuna no superarían las 75 mil toneladas (equivalentes res con hueso).

El volumen comercializado equivale a un 31 por ciento menos que el año pasado y un 52 por ciento menos que en mayo de 2010. La participación de la exportación en el total de la demanda está hace meses estabilizada en un siete por ciento, contra un 20 por ciento de participación en 2009 y un 25 por ciento en 2005, momento en que el Gobierno decidió perfeccionar el funcionamiento del mercado ganadero.

Siguen muy bajas las exportaciones de enfriado Hilton (quedarán unas 12,5 mil toneladas sin cumplir) y han caído muy fuerte los embarques a Rusia y Venezuela. Merca que con este tipo de cambio no pueden competir con el consumidor local argentino.

Pocos destinos

A causa del problema de residuos de ivermectina en carne, los embarques de termoprocesados a Estados Unidos se han derrumbado a la décima parte de lo que eran a principios del año pasado. El 78 por ciento de las exportaciones actuales se concentra hoy en la cuota Hilton, Israel, Chile y Rusia.

Todo apunta a que este año se exportarán unas 190 mil toneladas (res con hueso) por valor de unos 950 millones de dólares. Las empresas exportadoras están en pleno proceso de adaptar toda su producción a la venta al mercado interno, que tiene otras exigencias, plazos de pago y riesgos que la exportación.

“Hay muchos factores que juegan en contra: la escasez y alto precio del novillo, la ociosidad, el costo de salarios y energía en dólares, la barata, entre otras. Pero lo que más nos afecta, al menos psicológicamente, es la absoluta incertidumbre en que se mueve desde hace dos años este negocio. No sabemos si lo que faenamos y producimos lo podremos exportar en tiempo y forma; así las cosas, seguirán cerrando plantas exportadoras”, advierten en la industria exportadora.

El precio resiste

Pese a la fuerte baja del precio de la hacienda en dólares en Brasil, no hay evidencias todavía de una baja significativa en los valores FOB a los cuales vende el Mercosur.

La demanda internacional (Europa, Rusia, por ejemplo) sigue debilitada, pero los frigoríficos brasileños, que controlan la mayor parte de la oferta exportable de Sudamérica, se resisten a la baja.

Juega en contra de la demanda la incertidumbre sobre el futuro de la economía mundial y la fuerte volatilidad en los tipos de cambio, con una tendencia a la valorización del dólar, circunstancia adversa para el valor de las commodities.

Pese a cierta tendencia a la baja en el precio internacional de la carne, y a una baja significativa en el precio del novillo en pie en el Mercosur, la evolución de los valores FOB a los cuales está vendiendo Argentina, Uruguay, Brasil y Paraguay, dista del comportamiento que tuvo en el 2008/2009, cuando el valor FOB del Uruguay, por ejemplo, cayó en un 40 por ciento en menos de un año.

Gregg Anderson, el editor del Drovers Journal, se pregunta en su última editorial, porqué con los altísimos precios actuales del ganado en Estados Unidos no se detiene la liquidación en curso y no se desencadena un proceso de reconstrucción del rodeo.

La ganadería estadounidense ha declinado a una tasa sin precedentes, amenazando a toda la infraestructura del negocio ganadero. El stock a enero último, con 90,8 millones de cabezas, es el más bajo desde 1952, y una oferta muy baja de carne amenaza a feedloteros, frigoríficos y minoristas.