Verdades y falacias acerca de la explotación minera (II)

Los impactos económicos directos

Alberto E. Cassano

Uno de los aspectos más importantes a tener en cuenta es que no es posible generalizar los juicios porque existen disparidades considerables entre las distintas explotaciones conocidas, que se hacen todavía más evidentes si se analizaran todas las regiones de América desde México para abajo.

Los aspectos financieros

Por ejemplo, Pascua-Lama entre San Juan (Argentina) y Chile, demanda una inversión de 4.500 a 4.700 millones de dólares y ninguno de los dos países los posee. Ni el BID o el Banco Mundial les van a dar préstamos al Estado argentino o chileno para hacerlo. No obstante, financian la actividad si está a cargo de empresas privadas. Si se conocen las reglas del juego, uno se pregunta: ¿Para qué se creó el Banco del Sur entre algunos importantes países latinoamericanos (seguramente muchos han olvidado que existe)? ¿Fue simplemente una fórmula declamatoria o peor, fue una nueva promesa de políticos? Las inversiones bien administradas (que significa sin corrupción) se recuperan en, a lo sumo, cuatro o cinco años de actividad luego de la puesta en marcha.

Por lo tanto, si las empresas multinacionales se aprovechan de una Ley de Minería y un Código Minero que sancionaron los propios argentinos en la época de Menem, me parece que la culpa es de muchos de mis connacionales. Y por otra parte, todo perdura porque ningún gobierno posterior ha hecho algo por corregir lo existente. Por el contrario, uno podría pensar que dichas empresas -que ciertamente no están dirigidas por ángeles (y si no, basta con mirar la intensa propaganda que están haciendo en estos días en los distintos medios de comunicación)-, han ayudado a que los argentinos nos demos cuenta que la minería en el país puede ser importante. Aunque no era necesario tener tanta sabiduría para pensarlo, si se sabía que del otro lado de la cordillera, en todos los países lo era.

Los aspectos tecnológicos

La minería requiere maquinaria de alta tecnología que está protegida por licencias que pertenecen a las empresas multinacionales que la practican. ¿Puede ser esto un obstáculo para una alianza, por ejemplo, entre la Argentina y Brasil? Ciertamente que no. Si no se hace es porque no se piensa o no se quiere. Basta mirar lo hecho en materia nuclear, aeroespacial, de aeronaves, turbinas de alta potencia y plataformas off-shore de petróleo, para sólo citar algunos casos. Con lo que, en este caso, vale el mismo argumento que en el punto anterior. Fueron muchos argentinos (no todos; y me incluyo entre estos últimos) los que regalaron los tesoros o, lo que sería peor, los entregaron por unas cuantas monedas que, ciertamente, no fueron a parar al Tesoro Nacional.

El impacto sobre el empleo

Es una actividad capital intensiva que, en proporción, ocupa poca mano de obra. En Chile, país minero por excelencia, sólo uno por cada setenta trabajadores está en esta actividad. Tiene un impacto no despreciable, pero una parte importante de los cargos jerarquizados son rotaciones de las propias dotaciones de las empresas desde distintos sitios del mundo, por lo que recurren en menor medida de la deseada a profesionales locales. Pero además, en la mina Veladero de la provincia de San Juan, donde el salario mensual promedio era en 2011 de $ 6.500, la mayor parte de los trabajadores subcontratados perciben salarios que no superan los $ 3.000 y trabajan bastante más de ocho horas diarias.

Aunque los responsables de la mina La Alumbrera afirman sin probarlo valores mucho más altos, se estima que los empleos indirectos que genera la actividad, multiplica los directos por aproximadamente tres o a lo sumo cinco. Pero esto tiene sentido si hay actividades significativas en el lugar donde está la mina, tales como servicios de comida, transportes, limpieza, etc. Indudablemente, siempre representan un aporte, pero no significa un empleo genuino y estable, salvo que se trate de emprendimientos de largo plazo. En otras palabras, si estas actividades no se estabilizan, se corre el riesgo de que mueran cuando se cumple el ciclo de explotación minera. Se trata de una forma de empleo que utiliza la mano de obra y luego, cuando no la necesita más, la descarta. Pero esto no es un hecho único de la minería. En general la forma de capitalismo neo liberal vigente a nivel continental, no ha logrado evitar la inestabilidad laboral ni generar paliativos. La movilidad del empleo y el desempleo estructural están para quedarse y sólo se atenúan sus efectos negativos con educación, que es donde más debe intervenir el Estado y no lo hace.

Las exportaciones

Son muy importantes, pero en su mayor parte los materiales no son procesados en la dimensión necesaria y posible en la Argentina. Y se exporta material bruto o apenas concentrado, dejando el refinamiento de mayor valor agregado y mucho más limpio para hacer fuera del país. Pero además, en casos como La Alumbrera de Catamarca, no sólo exporta oro, plata, molibdeno y cobre (que es lo que declara) sino que, se disimulan bajo esta operación otros metales valiosos que no figuran en las declaraciones juradas y que en trece años, según estimaciones de expertos responsables, han hecho omisiones por valor de muchos miles de millones de dólares. En cualquier caso, la gran importancia que estas exportaciones tienen en países como Chile o Perú (60-62% del total) que los hace muy dependientes de esta producción (como ocurre en la Argentina, en parte, con la soja) no existe en nuestro país por el momento, ya que las exportaciones mineras no superan el 5% del total.

Hasta hace muy poco las empresas transnacionales “exportaban” también cuantiosos beneficios. Hace sólo dos años se le aplicaron retenciones a las exportaciones que oscilan entre en 5 y 10% del valor declarado, cifra que se puede comparar, como referencia, con las retenciones que se aplican en el agro (y sobre las cuales no estoy abriendo un juicio de valor). También, en el año 2011 se dispuso que liquidaran sus divisas obtenidas por exportaciones, a través del Banco Central, dado que anteriormente lo hacían con entera libertad. Y para completar, y en relación a la balanza comercial, todas las maquinarias de procedencia extranjera que importan, nuevas o usadas, lo hacen sin ningún recargo aduanero, cuando el resto de la actividad industrial argentina no goza de estos beneficios.

¿Y la renta, dónde va?

A la mayor parte de la masa de producto generada, se la asigna un “Valor Bruto de Producción” (que es el precio multiplicado por cantidad producida) que queda en su mayor proporción en las transnacionales. Si se toma por ejemplo el caso de Pascua-Lama, suponiendo que el precio del oro sea de US$ 1700 la onza y el de plata US$ 38 se han hecho estimaciones sobre la base de las existencias conocidas, que como mínimo produciría 46.800 millones de US$. La inversión, se dijo antes que es de aproximadamente US$ 4.500 - 4.700 millones. Las mismas estimaciones con respecto a la utilidad, después de descontar costos, retenciones, regalías e Impuesto a las Ganancias arrojan un valor de aproximadamente 30.000 millones de US$. Es decir que la Barrick Gold, titular de la concesión, se quedará con casi el 65% del beneficio que proviene de un recurso no renovable y cuyos impactos sociales y ambientales, ni siquiera hemos mencionado todavía. Es cierto que pagan una suma significativa de Impuesto a las Ganancias, pero siempre dentro del muy inequitativo sistema tributario argentino. Y a eso, tampoco nadie lo toca.

(Continuará).

Los impactos económicos directos

Mina de Río Turbio. La minería es una actividad intensiva que en proporción ocupa poca mano de obra directa e indirecta. Foto: Archivo El Litoral