Para no paralizar la obra pública

Cheques y efectivo, la promesa

para las empresas contratistas

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Las obras en el Cemafé, de madrugada.

Foto: Amancio Alem

El gobierno ofertó a las constructoras un mix de pago para empezar a regularizar la deuda generada hace varios meses. La propuesta es cancelar parte en cheques de pago diferido y parte en dinero contante y sonante. Se demora la emisión de Letras del Tesoro.

 

De la redacción de El Litoral

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El gobierno provincial decidió echar mano a una de las herramientas financieras que habilita la Ley 13.261, que también autorizó la emisión de Letras del Tesoro. Se trata, en este caso, del empleo de cheques de pago diferido, con los que se cancelará parte de la deuda que mantiene el gobierno con las contratistas de obra pública. La emisión será, en principio, por 105 millones de pesos. Según dijo a El Litoral el secretario de Finanzas de la provincia, Gonzalo Saglione, los vencimientos operarán en diferentes términos: algunos, dentro de treinta días; otros, en septiembre o noviembre.

—¿Cómo se emplea este mecanismo de pago?

— Nosotros tenemos deuda por certificados de obra pendientes de cancelación con las empresas contratistas. Y en lugar de esperar hasta disponer de los fondos líquidos para hacer el pago, le anticipamos a través de la entrega de cheques a pago diferido la cancelación de la obligación. Lo anticipamos respecto del momento en que hubiéramos cancelado sin posibilidad de emitir cheques.

—¿Las empresas aceptaron esta metodología?

—Para que tal cosa sea posible, se tienen que dar dos condiciones: por un lado, tuvimos que obtener la autorización legislativa que la logramos con la Ley de Letras; por otro lado, tenemos que contar con la conformidad expresa de las empresas de que aceptan esta metodología. Por eso lo primero que hicimos fue presentarlo ante las cámaras de la Construcción; después, cada repartición tiene los contratos específicos con las empresas según las deudas que se fueron generando, y proponen el sistema a cada una de las empresas en particular. Las empresas que están de acuerdo firman un convenio diciendo que aceptan esta modalidad de pago, y ahí se terminan de definir los detalles de la operatoria.

—¿A cuánto asciende la deuda por este concepto?

— La deuda con las contratistas es variable en cuanto al tiempo de generación. Hay algunas deudas más recientes y otras más atrasadas. Lo que estamos cancelando vía cheque, aunque esto también va a depender de la final aceptación de las empresas, ronda los 105 millones de pesos. En paralelo, la propuesta fue acompañada de una promesa firme de cancelación de parte de la deuda en efectivo, con un compromiso de una fecha cierta de cancelación. Lo que se conviene es la entrega de pago diferido, pero por fuera de eso, pagar en efectivo otra parte en los próximos meses.

—¿Prevén usar este mecanismo por única vez o podrían sistematizar su uso?

—Nosotros tenemos el plazo de la ley que nos establece el 30 de noviembre como máximo para el rescate de las letras o de los cheques. Eso de alguna manera condiciona la posibilidad del monto a emitir. A la hora de utilizar estas herramientas financieras, tenemos que tener la certeza de que vamos a contar con los fondos en el momento de devolver el dinero. Jurídicamente, estamos habilitados para que el monto sea superior (a los 105 millones), pero lo haremos en tanto y en cuanto tengamos en nuestra programación financiera la certeza de que podremos devolverlo. Hoy arrancamos con este primer paquete de cheques, lo cual no significa que no pueda ampliarse en el futuro.

—¿Cuándo operarán los vencimientos?

—Para las deudas que son más atrasadas, estamos cancelando con vencimiento en julio, es decir, cheques en veinte o treinta días. Y los certificados más recientes los estamos previendo cancelar para septiembre, octubre, noviembre. Hay un criterio general pero depende de cómo cada repartición define el monto por cada obra y los plazos de vencimiento. No podríamos emitir un cheque a pago diferido con vencimiento en diciembre.

— El monto a emitir está contemplado dentro de la cifra global de 556 millones que autoriza la Ley de Letras?

—Sí. La reglamentación de la ley establece que el monto que autoriza la Legislatura es lo que se conoce como el valor nominal en circulación, con lo cual uno puede pensar que si emitimos cheques por veinte millones con vencimiento en julio y levantamos esos cheques, esos veinte millones vuelven a estar disponibles. Pero si tuviese los cien millones de pesos emitidos y ninguno levantado, entonces el monto para emitir Letras se reduciría a 456 millones. En la medida en que vamos rescatando los cheques, vamos generando nuevamente la capacidad de emitir. En ningún momento podríamos tener en la sumatoria de instrumentos que nos habilita la ley y en circulación, una deuda superior a los 556 millones de pesos.

Letras, con cautela

Mientras se pone en marcha el mecanismo para la emisión de cheques, la provincia avanza -pero lentamente- con el procedimiento administrativo para emitir letras del Tesoro. La primera colocación dependerá de encontrar el momento propicio en el mercado.

“En estos días -dijo Saglione-, estamos adjudicando el contrato de organización del programa con el Nuevo Banco de Santa Fe. Y estamos viendo en función de las condiciones del mercado y de nuestra programación financiera, la real conveniencia para saber en qué momento usar esta herramienta. Y mientras evaluamos este tipo de cuestiones, sí avanzamos de lleno con los cheques a pago diferido que es lo que nos permite alivianar una buena parte de las deudas con las empresas contratistas, sin tantas intermediaciones”.

— Habían estimado que en junio se daría la primera colocación. ¿Ahora lo descartan?¿Definieron la tasa a utilizar?

— La primera colocación no se podrá dar en los próximos días. Junio no. Con respecto a la tasa, es otro de los elementos de análisis que tenemos en cuenta a la hora de decidir la operación. Las tasas han subido un poco según las emisiones que han hecho otras provincias; han estado un poco por encima de las que se venían manejando meses atrás. Pero están en el orden del 14 y 17 por ciento de interés anual. No vamos a salir nunca a emitir con una tasa que no sea aceptable. Santa Fe tiene una calificación de riesgo muy buena, que la pone en una situación muy favorable al momento de salir con emisión al mercado de capitales, y creemos que esa buena calificación tiene que estar reflejada en la tasa que se vaya a emplear. Dado que no tenemos una premura tal en la gestión del financiamiento que nos obligue a convalidar cualquier tasa, lo vamos a hacer valer en el momento de la emisión. Vamos a colocar en la medida en que consideramos que haya una tasa que sea acorde al riesgo que supone la provincia de Santa Fe, que es muy bajo, según dicen los expertos que están fuera de la administración pública provincial.

Rascar la olla

El gobernador Antonio Bonfatti se refirió el estado de las finanzas públicas y graficó de qué manera las administran para poder cancelar las obligaciones corrientes. “Estamos rascando la olla porque la Nación no nos paga lo que nos debe. La provincia está pagando los sueldos y se apresta a pagar en tiempo y forma los aguinaldos. El sueldo a los empleados públicos se está abonando con el 21 por ciento de aumento otorgado. Pero a la provincia le entraron menos recursos porque los ingresos propios han caído y no se incrementaron los recursos porque no hubo reforma tributaria, esto genera un desequilibrio”, dijo el mandatario en declaraciones a medios rosarinos.