MUESTRA DE VITRALES DE FABIO HUSER

Un oficio milenario, un joven que lo ejerce

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Fabio tiene su taller hace 5 años. Fue seducido por el vidrio, el color y las formas y decidió dedicarse a ellos.

 

Ana Laura Fertonani

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El taller es amplio con formas en luces y colores en los distintos lados y pilas de vitrales en pleno territorio de trabajo. Es el ámbito de Fabio Huser (31), el autor de lo que se podrá conocer y apreciar desde este viernes, a las 20.30, en la sede de Vialidad Nacional 7º Distrito Santa Fe (27 de Febrero y Salta). La muestra se titula “Vitrales. Una pasión por colorear la luz” y mucho de eso hay. Fabio conoció el oficio hace diez años. Piensa que antes, quizás siempre, le sedujo el vidrio, inclusive coleccionaba objetos de vidrio de colores poco comunes. Inducido por ese gusto fue a un curso que dio “una señora de Santo Tomé” y desde ahí comenzó a confeccionarlos “por hobby” para él.

“Un día llevando una ventanita bajo el brazo me detuvo una señora y me dice ‘qué lindo’, me insistió para que le haga uno hasta que me convenció y se lo hice, ahí empecé”, cuenta en el taller, mientras Mauro y Nehemías están trabajando sobre uno de los vitrales que deberá ser entregado antes del fin de semana en Paraná.

En la muestra se podrán ver vitrales e imágenes de obras realizadas en distintos tipos, sus procesos, fabricaciones y restauraciones, inclusive la utilización del vitral en el arte contemporáneo.

—¿Para vos es un arte o un oficio?

—Para mí es un oficio, pero es un arte.

EL OFICIO

Actualmente Fabio se encuentra trabajando junto al artista Andrés Dorigo: “Estamos preparando un vitraux para Casa de Gobierno, el fue seleccionado por el Ministerio de Innovación y Cultura para la plástica y el diseño y yo para hacer el vitraux. Tiene mucho trabajo artístico. En el Salón de Mayo, en el Rosa Galisteo, mostramos lo que hicimos para llevarlo adelante y también una parte”.

El joven vitralista había ya tenido oportunidad de hacer un par de vitrales para artistas plásticos de la ciudad. “Tengo la dicha de que lo dejan en mis manos. No es que me piden una cosa determinada, mucha gente se acerca con la inquietud de tener un vitral y queda en mí -en la formación que tengo de arquitectura, que estoy estudiando y en el manejo del tema- encontrarle la combinación. A la gente le gusta lo que ve terminado”.

Según Huber desde Vialidad Nacional lo que pretendieron con esta muestra es revalorizar el oficio: “Quieren mostrar esto como el taller de vitrales pero también como el vitraux contemporáneo. Esto de usar técnicas tradicionales, milenarias con mejoras tecnológicas: antes se usaba un horno a leña, ahora un horno eléctrico pero el proceso es el mismo”.

“No pensé que una valijita y tres herramientas me permitirían estar donde estoy”, dice. Las obras de Fabio estuvieron expuestas en distintas ferias de la zona a través del Ministerio de la Producción de Santa Fe. Esos espacios le permitieron concretar el trabajo que hizo en la Basílica de Guadalupe -etapas que también estarán presentes en la muestra- de restauración y también de creación de los vitrales de la fachada. “Son diseños salidos de este taller”, menciona.

CREATIVO

En el taller -que funciona desde 2007- concretan las diversas técnicas: “Está el vitraux clásico, que se arma en plomo; el tiffany que se trabaja con piezas más chicas y soldaduras más delicadas; también está la restauración dentro de lo que es la técnica de armado en plomo o estaño y en bronce”.

Para las obras trabajan con vidrios nacionales, y especialmente con una línea americana “que tiene más de 200 colores” y a veces algo de Europa. “Como arte contemporáneo ayuda mucho, logra darle esos matices a la obra, y con la ayuda de las técnicas clásicas de pinturas se logran puntos intermedios, se puede adicionar sombras, color, manchas”.

“El vitral ha sobrevivido porque se ha ido adaptando: ahora hay una variedad de colores que se fue adaptando a lo largo del tiempo y con el concepto ‘contemporáneo’ la diversidad de vidrios y la diversidad de técnicas permite la conjunción”.

“Lo que más me atrae es el resultado final, el trabajo es interesante, de paciencia, puntilloso y creativo. El vidrio tiene vida, armarlo, crear la conjunción de textura, colores, que sobre la mesa no se termina de percibir hasta que los tenés al trasluz... Tiene un toque de magia”.

La exposición puede ser visitada de lunes a viernes, de 7 a 14.

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En la muestra se podrá conocer su obra, que trasciende las fronteras de la ciudad y la provincia. Fotos: LUIS CETRARO

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Pasión

Fabio Leonel Huser

Para algunos el vitral es el arte de pintar los espacios, para otros la manera de transformar la luz en el juego de colores. En realidad para mí es el arte de reflejar el alma de la luz...

El arquitecto o diseñador encuentra su esencia en el espacio, en el vacío definido, a diferencia de otras artes. El espacio que definen los muros no es perceptible sin la luz penetrando a través de ellos. El vitral conjuga en sí mismo la tensión entre la sensibilidad instintiva hacia la luz y la necesidad de sublimar su atracción. Este precepto es fundamental al momento de pensar y entender el porqué los vitrales como los conocemos alcanzan el auge y magnificencia que perduró por siglos hasta nuestros tiempos.

Nuevas formas de pensar el oficio, sensibilizan y llevan al trabajo de taller a un plano más intuitivo, donde se entrelaza mi pasión con las más diversas ideas y ensayos al efecto de lograr un vitral puesto en un espacio real con un nuevo concepto, permitiendo al observador contemplar la naturaleza de la obra, su valor simbólico. Pero su función trasciende el mensaje y el espacio perceptible por la luz, cambia.

Este oficio medieval, hoy puesto al mandato del arte contemporáneo me lleva como vitralista a conocer nuevas fronteras, aprendiendo y compartiendo día a día nuevos desafíos, distintas formas de crear este micromundo de luz coloreada que sensibiliza los sentidos y enriquece el alma.

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