Que el frío no te detenga

Que el frío no te detenga
 

Mantener un ritmo adecuado de actividad física durante los meses más fríos ofrece todo tipo de ventajas, tanto a la salud como a la estética y al estado de ánimo. Algunas recomendaciones para evitar lesiones y efectos negativos, en esta nota.

TEXTOS. REVISTA NOSOTROS. FOTO. MAURICIO GARÍN.

GRANDES VENTAJAS

Ejercitar el cuerpo en invierno representa beneficios para la salud, la estética y el estado de ánimo. Aquí, cinco razones para mantenerse en movimiento.

• Llegar en forma al verano: si se comienza desde ahora, no habrá que realizar grandes esfuerzos a la hora de reemplazar abrigos por ropa liviana.

• Entrar en calor: el ejercicio físico es una buena forma de calentar nuestro cuerpo mediante el movimiento; mientras permanezcas activo, no sentirás las bajas temperaturas.

• Compensar: en esta época los hábitos alimentarios se modifican y, por lo general, las calorías se incrementan. Si se mantiene la actividad física, se podrá evitar el aumento de peso.

• Diversión: conviene buscar el ejercicio que resulte más agradable para quemar calorías y sentirte mejor.

• Salud: ejercitarse en invierno puede aliviar el estrés, prevenir estados depresivos propios del frío, mejorar las defensas, fortalecer los músculos, y favorecer el funcionamiento de todo el organismo.

Cuando llega el invierno y baja la temperatura, muchas personas abandonan la actividad física que les ha permitido mantenerse en forma en los meses anteriores. En poco tiempo, vuelven a subir de peso y alimentarse mal, y cuando desean recuperar el tiempo perdido les cuesta el doble.

Una de las excusas habituales para abandonar la actividad física es evitar un resfrío, la gripe u otra enfermedad habitual de la época invernal; pero lo que pocas personas saben es que manteniendo una rutina de ejercicios consiguen activar su sistema inmunológico y tener mayores defensas contra las enfermedades. Además de que la persona logra mantenerse con un peso equilibrado, la energía que se consigue con el ejercicio levanta el ánimo y ayuda a combatir la depresión, que en muchas personas aumenta en los días con poco sol y muchos días grises.

Ejercitarse permite, además, que disminuyan los niveles de ansiedad y que el corazón se fortalezca. No es necesario recluirse durante horas en el gimnasio. A veces alcanza con caminatas tres veces a la semana y una serie de ejercicios que se pueden hacer en alguna parte de la casa e, incluso, en el propio cuarto.

CONSEJOS

Cualquiera sea la actividad física que se elija, conviene seguir algunas recomendaciones para lograr buenos resultados y evitar complicaciones propias de las bajas temperaturas.

- Ropa: lo ideal es vestirse en capas, con una prenda encima de la otra, y que ninguna sea muy gruesa. Esto permite ponérsela o quitársela con facilidad en la medida que sube o baja la temperatura corporal. La primera prenda debe ser de algodón.

- Manos, pies y cabeza: cuando la temperatura baja, las extremidades son las que más sufren el efecto, ya que la sangre se concentra en el centro del cuerpo. Para evitar el enfriamiento excesivo hay que proteger las manos con guantes impermeables por fuera. Se recomienda usar un gorro que proteja toda la cabeza y una bufanda para la nariz y la boca para las personas que sufren de alguna alergia por el frío. Para los pies, las medias deben ser más gruesas y de algodón, y conviene cambiarlas cuando se termina la actividad. Elegir calzado deportivo, impermeable y de suela antideslizante.

- Hidratación: cuando se hace ejercicio, aun en invierno, el cuerpo pierde líquidos que se deben recuperar bebiendo agua antes, durante y al finalizar la actividad.

- Cambios: después de terminar la actividad hay que cambiar la ropa húmeda (incluso la ropa interior), y abrigarse antes de que el cuerpo empiece a bajar de temperatura.

- Calentamiento: la persona que hace una actividad física debe aumentar sus pulsaciones; por eso el calentamiento debe basarse en elevar el ritmo cardíaco sin que haya un déficit de oxígeno. Se recomienda empezar con rotaciones de las articulaciones de los tobillos, luego con las rodillas y otras partes del cuerpo. Se puede continuar con trotes ligeros si la actividad se va a realizar al aire libre.

- Alimentación: el consumo calórico debe ser mayor, sobre todo de carbohidratos. Pero si el consumo calórico es mayor que el gasto, el cuerpo lo guarda y lo transforma en grasa. Se recomienda sumar a la dieta frutas de estación.

- Humectación: en esta época del año la piel se reseca como una medida de protección. Para evitar daños, se recomienda usar cremas humectantes y elegir la adecuada, previa consulta con un dermatólogo.

SIN LESIONES

TEMPERATURA

Mantener las áreas de estar y dormitorios a una temperatura agradable (18 a 21 grados) para evitar malas posiciones ocasionadas por el frío.

POSTURA

Una forma incorrecta de sentarse, asociada con el frío, puede producir contracturas al forzar el cuello o la espalda.

CALZADO

Usar zapatos con suelas antideslizantes para evitar caídas en suelos húmedos, más característicos de esta época.

EQUILIBRIO

Realizar ejercicios sencillos para mantener el cuerpo en forma y reducir la posibilidad de una lesión con resbalones o torceduras.