En Reconquista

Usurpaciones: la Iglesia culpó al

Estado por la falta de respuestas

Un documento crítico fijó la postura de la institución ante las tomas de terrenos. Compartieron su redacción espacios sociales nucleados en el Obispado de Reconquista. Señaló la inacción de gobiernos municipales en el tema hábitat.

 

Gustavo Capeletti

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Con un documento titulado “Con espíritu evangélico y responsabilidad cívica”, la Pastoral Social, Cáritas, Justicia y Paz, y la Pastoral Aborigen se expresaron sobre las tomas de tierras en Reconquista, que alteraron el clima social en esta ciudad y que persisten en la actualidad.

Estos espacios sociales referenciados en el Obispado de Reconquista pronunciaron su reflexión sobre los recientes acontecimientos que tuvieron y tienen su centro en esta ciudad relacionados con la toma de tierras por numerosas familias de vecinos.

Con “espíritu evangélico y con responsabilidad cívica queremos acompañar y bregar juntos por el bien común de todos”, manifestaron, citando la encíclica “Gaudium et Spes” del Concilio Vaticano II en su pasaje que reza: “Dios ha destinado la tierra y cuanto ella contiene para uso de todos los hombres y pueblos. En consecuencia, los bienes creados deben llegar a todos en forma equitativa bajo la égida de la justicia y con la compañía de la caridad”.

Con ese fundamento teologal, las organizaciones de base de la Iglesia norteña opinaron que lo que actualmente sucede en Reconquista “pone al desnudo el problema de déficit habitacional y la búsqueda de muchas familias que aspiran a una vivienda digna, a un techo propio”.

Pero también, y aún más grave, esta situación “desnuda la falta de respuestas de los sucesivos gobiernos locales, para dar solución a una problemática tan sensible para todos, y a su vez tan conocida en todos los niveles del Estado (provincial y nacional), que debería destinar recursos y medios adecuados para paliar la situación”.

Tras enfocar a los que sugieren como responsables de la crisis habitacional que derivó en las usurpaciones, pusieron el acento en afirmar que es “sumamente necesario implementar juntos caminos de diálogo y espacios de sincera búsqueda de solución en forma progresiva y participada, atendiendo a los distintos puntos de vista, pero sin perder de vista el bien común”.

Implícitamente, la Pastoral Social, Cáritas, Justicia y Paz, y la Pastoral Aborigen, abrevan de nuevo en las directivas del Concilio Vaticano II, más precisamente en la línea fijada para la propiedad privada, reválida de la Encíclica Rerum Novarum del Papa León XIII que estableció la licitud de bienes propios.

En ese camino, sostuvieron que “el respeto por el derecho de todos y de cada uno nos impide justificar como un medio justo de demanda la usurpación de terrenos, sea del municipio o de particulares. Sólo habrá justicia, también en este campo, cuando se garanticen los legítimos derechos de todos los vecinos”, apuntaron.

Paradigmas

La Iglesia, a través de Cáritas, de la Comisión Justicia y Paz, junto con otras ONGs e instituciones como el Servicio Jurídico Solidario “es testigo de la lucha de muchas familias, que sin renunciar a su responsabilidad cívica, procuran obtener un pedazo de tierra, un techo propio para vivir y educar a sus hijos con dignidad”, mencionaron, con el afán de destacar paradigmas que puedan servir como guía y rescate al sector de la sociedad que se inclina por usurpar tierras.

Asimismo, indicaron que con este mismo espíritu “seguimos acompañando procesos de participación en la gestión, adjudicación, apropiación para el acceso y regularización de tierras y vivienda, tratando de que estas experiencias inspiren y generen políticas públicas de inclusión y arraigo”.

A la vez que agregaron que “estamos convencidos de que para un verdadero cambio social el compromiso debe ser de personas e instituciones, de todos y cada uno desde el lugar en el que nos toca”, aseguraron, parafraseando lo expresado por el documento episcopal “Una tierra para todos”, alumbrado en la Conferencia de Estadística de las Américas, que sesionó en Santiago de Chile en 2005.

“Los auténticos cambios sociales son efectivos y duraderos sólo si están fundados sobre un cambio decidido de la conducta personal”. A las personas les compete el desarrollo de las actitudes morales, fundamentales en toda convivencia verdaderamente humana (la justicia, la honradez, la veracidad, etc.), que de “ninguna manera se puede esperar de otros o delegar en las instituciones”, sostuvieron con fuerza.

A todos, y particularmente a quienes de diversas maneras están “investidos de responsabilidad política, jurídica o profesional frente a los demás, también la Iglesia, corresponde ser conciencia vigilante de la sociedad y primeros testigos de una convivencia civil y digna del hombre”, concluyeron, argumentando en base a la misma normativa teológica que articula el Catecismo de la Iglesia Católica.

Larga data

Por su parte, el obispo diocesano Ramón Dus dijo en su programa de la radio oficial del Obispado que “el tema de la tierra nos preocupa y nos duele por esas personas que hoy están viviendo en esta situación. Es un tema sentido por la misma Iglesia, pero también trabajado desde hace tiempo, acción que lleva adelante por ejemplo el Servicio Jurídico desde hace tantos años”.

Puntualizó que el deseo es “superar estas situaciones dolorosas. Queremos ir construyendo también esta convivencia que no es fácil. Desde hace muchos años, el tema del acceso a la tierra y a la vivienda es una constante para la Iglesia de Reconquista. Es una aspiración indispensable del ser humano que también debemos cuidar y debemos ayudar a alcanzarla”.

En referencia especial a las tomas, Dus precisó en Radio Amanecer que “no es una problemática de ahora, no es de estos días; emergen con fuerza quizás en estos días pero es de larga data y necesita urgente atención. Nosotros también recibimos las quejas de la gente que está cansada de golpear, de llamar, de escuchar promesas y no ser atendidas y ser siempre postergadas”.

Su tono de preocupación también quedó expuesto al reclamar que “eso es también un dolor a considerar, pero también creemos que nos parece que el reclamo debe ser en el marco de la legalidad y no debe salirse de ese cauce del respeto hacia el otro”.

Usurpaciones: la Iglesia culpó al  Estado por la falta de respuestas

La “ocupación ilegal’’ de terrenos ha alterado el clima social en la ciudad cabecera del departamento General Obligado. Foto: Agencia Reconquista

Caminos de solución

La usurpación “siempre es rechazable”, pero, “la idea es ver cómo buscamos juntos los caminos de solución a estos problemas”. Esta disposición de todas las instituciones, el Estado y organismos la favorecemos para “crear esos espacios y lograr esta construcción social que nos merecemos y es la gente que menos tiene la que hoy está aspirando a esto”, propuso el obispo de Reconquista.

Ramón Dus puso de relieve que “no hay actitud violenta, hay demanda que se expresa después de mucho tiempo. Aun dentro de la gravedad que vivimos en los barrios, lo que salva es la actitud de cercanía para no ser más tensionante esta situación. Juntos debemos superarlas, no renunciar, sino trabajarlas hacia un camino justo. Porque un reclamo justo merece una respuesta justa”.