Periodismo de campo

Hoy se conmemora el día del periodista agropecuario. El oficio, que nació incluso antes que la Patria, se debate hoy en varios frentes que obligan a reivindicar los objetivos por los cuales se creó.

Federico Aguer

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Pese a los intentos por reescribir la historia, la producción agropecuaria y su reflejo periodístico son datos fundantes del oficio de comunicar -en particular- y de la Argentina como país -en general-. Por eso, bien vale la fecha para destacar que ya los primeros medios de comunicación que existieron en esta parte del mundo dedicaban grandes espacios a la información sobre la producción y el comercio de productos del campo.

“Una década antes de la Revolución de Mayo, Hipólito Vieytes se convertía en el primer periodista del Río de la Plata, al editar el Seminario de Agricultura, Industria y Comercio”, dice la información del CAPA, entidad que hoy nos nuclea.

Vieytes, en el número cero, expresaba que no es posible que pueblo alguno pueda prosperar una vez que llegue a desatender a su agricultura, “siendo cierto que la grandeza de las naciones, es un edificio cuyos primeros materiales se sacan del producto de sus tierras”.

Mucho tiempo después, en 1956, un grupo de periodistas especializados decide crear el Círculo Argentino de Periodistas Agrarios. En ese momento, ya tenían largo rodaje revistas dedicadas pura y exclusivamente al sector rural, como Chacra y Anales, (el órgano de prensa de la Sociedad Rural Argentina). Los grandes diarios de aquel entonces, como La Prensa y La Nación, ya contaban con suplementos específicos sobre el campo.

Pese al imaginario urbano, los periodistas agropecuarios no somos productores agropecuarios. Es más, se trata de una profesión ejercida mayormente desde la ciudad: en las redacciones de los diarios, los estudios de TV o de radio; pese a que con la diversificación tecnológica se registró una proliferación de programas, sitios web y hasta canales enteramente dedicados a la información sectorial. Sin embargo, exige estar “tranqueras adentro”, sumando kilómetros y hablando con los protagonistas de primera mano.

Hoy, la profesión se debate en varios frentes: los menos, tenemos la fortuna de percibir un salario y de disponer los recursos y la estructura para realizar el despliegue que la tarea requiere. Los más, bajo el formato del monotributo se las “rebuscan”, combinando la labor periodística con la venta publicitaria para subsistir en el ejercicio de este noble y apasionante oficio.

En momentos en que se reafirma la importancia de la comunicación para explicar cómo funcionan las cadenas productivas, el rol de los periodistas y comunicadores agrarios crece día a día.