Unión empató en el último minuto adicionado

La empujó Galván pero lo hizo la gente

Con una convocatoria y aliento espectacular en día y horario laborable, el pueblo tatengue volvió a jugar y ganar su partido en las tribunas. El aguante llegó al gol.

La empujó Galván pero lo hizo la gente
 

Darío Pignata

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A treinta segundos de la peor racha de profesionalismo rojiblanco de los últimos tiempos. Y encima con el fantasma 2003 dando vueltas: la última vez que Unión perdió seis partidos seguidos en un campeonato de Primera División se fue al descenso, según un dato que me aportaba hoy el “Turco” Mazzi, periodista de estudios centrales de LT 10. Por eso tanto desahogo en ese grito de corazón. Que Nery lo gritó como lo que es: un hincha más, como cualquiera de esos miles y miles que estaban en las tribunas del 15 de Abril, a media tarde de un lunes laborable.

Lo del equipo, en ese primer tiempo, no tiene explicación. Jugando así, ni Nery más Guardiola lo salvan. Lo de la gente tampoco tiene explicación.

Cuesta creer, en el contexto de un fútbol exprés cada vez más resultadista, la actitud que tomó la gente con este equipo. Porque los números de Unión meten miedo por todos lados. Por eso a Pumpido, Alí y compañía nadie podrá discutirle esta decisión profesional que tomaron. Porque si bien todos cobran —como corresponde, por otro lado—, desde afuera se advierte claramente que volver a Unión en este momento implica más cosas para perder que para ganar.

Pero hay un tema: a eso lo puede razonar alguien de afuera. Y en el caso de Nery y del “Turco”, tratándose de Unión no lo razonan sino que lo sienten con el corazón de hinchas. Ese viejo dicho tan vigente: “El corazón tiene razones que la razón no entiende”.

Para la gente, lo mismo. O más. Porque el hincha de fútbol es el que siempre da todo en una cancha sin medir el canje. En realidad, es al revés: gastan plata, pierden tiempo, dejan la familia, viajan, se comen la bronca y hasta inventan obligaciones, actos escolares o certificados médicos como hicieron ayer en Santa Fe.

Me preguntaba en el descanso, con Unión perdiendo su sexto partido consecutivo, en descenso directo, último solo sin puntos y superado por un limitado Tigre: ¿qué sería de la vida naturalmente complicada de este equipo si encima la gente lo insultara por sus errores y horrores?

En San Juan, Miadosqui lo echó a Sava; en Independiente, los socios insultaron al presidente Cantero; en San Lorenzo, en lugar de prenderle velas a un Santo se las prendieron al CBU de Tinelli. Todos sangran por la herida. Acá, increíblemente por ahora, la gente de Unión se la banca y aguanta el momento a puro aliento.

La llegada de Pumpido con Alí fue el mejor combustible para esta fogata de amor en López y Planes. Esto va más allá de cómo termine esta historia que, repito, arrancó mal escrita: una plantilla anterior desguazada sin inteligencia y dudosamente reforzada para esta segunda temporada. Pero en la decisión técnica sí surge el aval a la decisión dirigencial: Pumpido era la única opción seria que tenían después del ciclo de Kudelka.

Nada salió como Nery lo imaginó en el primer tiempo. Y muchos cosas se acomodaron con el mensaje del entrenador en el entretiempo y los cambios que metió a tiempo. Porque se le jugó y le salió bien, máxime tratándose de un DT que no es muy amante del “todos al ataque como sea”.

Hasta que cayó del cielo esa última pelota al área de García, parecía imposible que Unión abriera por arriba lo que no pudo hacer por abajo. La garra de Correa, el oficio de Galván y la vergüenza deportiva del resto alcanzó para respirar sobre la hora.

Un punto que suma mucho en el vestuario y casi nada en la tabla. Un punto que, por cómo llegó, puede ser de partida.

Pumpido, los jugadores, los dirigentes y la gente saben que Unión juega de ahora en más un campeonato de 32 fechas donde están obligados a sacar la mitad de los puntos en juego. Se sabe, empatando no llega, no le dan los números.

Lo mejor que le puede pasar a este equipo, con este técnico de la casa y en este complicado momento es lo que genera su gente. Si sus hinchas, en lugar de alentar, insultaran a estos jugadores, estarían prácticamente decretando el descenso de un equipo al que le falta de todo y no le sobra casi nada.

La fría estadística, que no lleva AFA pero sí los medios, dirán que el lunes 10 de septiembre Unión le empató sobre la hora a Tigre en Santa Fe. Y que al gol lo hizo Diego Galván. Habrá que corregir la síntesis. Porque es cierto que la empujó Galván pero al gol lo hizo la gente.

Sri Sri Ravi Galván

El arte de resucitar. Verdaderamente el gol agónico del experimentado Diego Galván le enseñó a respirar a los hinchas de Unión que estaban ahogados en medio de la sexta derrota consecutiva, algo que se dio muy pocas veces en la historia tatengue. Sólo faltaban treinta segundos en el cronómetro de Pitana y Dios se acordó de Unión. Foto: Mauricio Garín

/// SÍNTESIS

UNIÓN 1

TIGRE 1

Unión: Limia; Bianchi, Avendaño, Correa, Maidana; Montero, Donnet, Míguez, Alemán; Cavallaro y Jara.DT: Nery Pumpido.

Tigre: García; Donatti, Echeverría, Orbán; Galmarini, Escobar, Pío, Leone; Pérez García; Ftacla, Maggiolo.DT: Rodolfo Arruabarrena.

Goles: en el primer tiempo, a los 23 min Ftacla (T); y en el segundo tiempo, a los 48 min Galván (U).

Cambios: en el primer tiempo, a los 14 min Galván por Montero (U); en el segundo tiempo, en el inicio Núñez por Cavallaro (U), a los 12 min Díaz por Pérez García (T), a los 16 min Franzoia por Maidana (U), a los 21 min Ferreira por Ftacla (T), y a los 29 min Malagueño por Escobar (T).

Incidencia: en el segundo tiempo, a los 11 min expulsado Orbán (T).

Árbitro: Néstor Pitana.

Cancha: Unión.

La empujó Galván pero lo hizo la gente
La empujó Galván pero lo hizo la gente

Tanto aguante...

... Merecía no perder

“Las buenas ya van a venir”. Los hinchas tatengues llenaron la cancha un lunes a las cinco de la tarde, después de cinco derrotas consecutivas, en descenso directo y para ver un equipo al que todo le cuesta. Eso sí: le dieron la bienvenida que Nery se merece. Pumpido en el banco, un tatengue en serio. Foto: Flavio Raina

Zarpazo contra Tigre. Se moría el partido en el 15 de Abril y apareció la jerarquía de Diego Galván para definir mejor que cualquier número “9”. Lo que mejor hizo Núñez (9) fue molestar con el cuerpo a uno de los defensores de Tigre y desacomodarlo. Todo lo otro lo hizo el domador de camisetas. Foto: Flavio Raina