11 de septiembre, Día del Maestro

Querer al alumno y creer en él,

una buena manera de educar

El plantel docente de una primaria de Alto Verde cuenta cómo es enseñar a chicos en contextos de pobreza. Destaca la importancia de educar en valores, la pérdida de sentido de la palabra, la necesidad de contención y afecto.

Querer al alumno y creer en él, una buena manera de educar
 
 

Mariela Goy

[email protected]

La postal de viviendas bajas y precarias, con frentes de ladrillos y cemento sin pintar, denota la condición social de la población. Gente de changas, albañiles, algunos pescadores, unos pocos empleados formales y muchos planes sociales. A un costado, el río; del otro lado, un interminable caserío cortado por calles de tierra poceadas, difíciles de transitar. En la manzana 7 de Alto Verde, se erige la escuelita buscada: la primaria Nº 533 Victoriano Montes, una construcción baja, con fachada color crema y verde, que se mimetiza con el entorno agreste de árboles y suelos tonos arena. Sólo desentonan con el paisaje, las rejas de las ventanas, un intento por mantener lejos de las aulas a la delincuencia y violencia creciente de la calle.

Hasta allí llega todos los días, un grupo de maestros con una clara opción por los chicos en situación de vulnerabilidad social. Ellos aseguran que la mejor, sino la única, manera de educar en contextos de pobreza es “querer al alumno, creer en él y confiar en que puede”.

“Venir acá es una elección. Soy reemplazante y podría trabajar en otras escuelas, pero me acostumbré al cariño sincero de los chicos de Alto Verde”, dice Laura Pascutto, maestra de 5to grado. Opina que “a nuestros alumnos les falta atención en el hogar ya que los papás tienen que salir a changuear y las mamás, a pedir. Entonces tienen un vacío de afecto y quizá lo encuentran en nosotras, las maestras”.

A su lado, Erica Campagnolo, de 6to grado, señala que la tarea docente es gratificante. “Es una vocación hermosa, que te llena día a día. Vengo contenta a trabajar, a pesar de la lluvia que hace que llegar acá sea una travesía, a pesar de los padres que a veces son complicados. Llegás a fin de año y quizá no diste todo el programa de Matemática pero viste que ese chico creció como persona. Y esa es una gran recompensa”.

No todo es color rosa

Graciela Peretti tiene una trayectoria de 22 años como maestra de Música. Aclara que “no todo es color de rosa” en el ejercicio de la docencia y advierte que el maestro debe apelar a todas las estrategias posibles para enseñar. “Los grupos no están todos los días iguales. Influye mucho lo que les sucede en su contexto familiar y social y uno tiene que pensar qué es lo que les viene bien ese día, para sacar lo mejor de ellos”.

Alto Verde tiene una realidad social compleja. Tiempo atrás, la escuela Simón de Iriondo -otra primaria ubicada más al centro del distrito- fue noticia porque sus docentes les enseñaron a los escolares cómo resguardarse de una balacera, una situación de riesgo que se repite en el barrio.

A Erica le preocupa la percepción de sus alumnos sobre los hechos delictivos. “Ellos ven a los tiroteos y robos como una gran hazaña que hay que festejar. Mi desafío diario es crear un vínculo fuerte con los chicos, dejar un poco de enseñarles conceptos para explicarles -por ejemplo- los peligros y las consecuencias de que el día de mañana lleguen a involucrarse en algún hecho de este tipo. Tengo charlas extensas con ellos sobre los peligros, la conducta, el respeto por el otro; eso también es parte de la tarea docente”, explica.

Laura repite una y otra vez que “creer y confiar” en el alumno es fundamental. “Ganarme día a día la confianza del niño, no sólo como maestra sino como persona. Que ellos crean en mí y yo creer en ellos, respetar sus diferencias. Que puedan sentir que lo que quiero transmitirles es sincero, porque en estos contextos si no educamos así, es imposible. Por eso dedicamos tiempo a hablar sobre lo que sucedió en la casa o en el barrio. Y sacamos buenos frutos de esas charlas”, dice.

Educar en valores

En la cartelera de la escuela, se destaca un afiche con la consigna en mayúsculas: “Perdonar es el valor de los valientes”. Debajo, los chicos pegaron papeles escritos por ellos con disculpas a sus compañeros de clase: “Perdoná cuando te dije tuerto”, “Perdón por decirte malas palabras o por pegarte”.

Para Néstor Papagna, vicedirector de la escuela, Alto Verde no es más ni menos inseguro que otros barrios de Santa Fe y sus alumnos están atravesados por los mismos problemas que otros chicos. “Está muy fuertemente perdido en todos lados el sentido de la palabra. Y eso no solamente pasa acá; se perdió en todos lados. Hace 15 años me paraba delante del grado y se callaban todos. Hoy eso es imposible. Ahí está la habilidad docente de llegar de otra manera al niño, que no sea por medio de lo tradicional que fue siempre la palabra del maestro”.

La mirada social es muy crítica de la educación: se dice que los chicos aprenden poco o que no saben nada. Según el vicedirector, “en la primera línea de fuego está el docente, a quien se le echa la culpa”.

Con 32 años de trayectoria, Papagna considera que los chicos tal vez aprenden poco en función de los conocimientos medibles, pero asegura que hay algo que ninguna evaluación nacional o internacional puede calificar. “Usamos minutos y a veces horas del día para explicarles a los chicos que hay que comer sentados, pedir ‘por favor’ o hablar para solucionar un problema. Nadie puede medir cuánto un chico se educó en valores”.

“Y es lógico que si estamos enseñando valores, esas horas no estamos dando sustantivos y adjetivos. Hacer ese afiche llevó horas de diálogo. Entonces no es tan cierto que los chicos saben menos o aprenden poco. Están aprendiendo quizá otras cosas que la sociedad también nos está demandando. Y ésa es la labor muy distintiva que estamos llevando a cabo hoy los docentes”, cierra.

Los docentes de la Victoriano Montes: Cecilia Sager, Laura Pascutto, Evelin Ditieri, Graciela Bergia, Graciela Peretti, Erica Campagnolo, Patricia Juncos, Fernando Boira, Néstor Papagna, Adriana Kaplan, Laura Durán, Mariana Farinón y Liliana Frías. Foto: Guillermo Di Salvatore

 

Actos

Hoy, a las 17, en la Casa del Maestro (bulevar Gálvez 950), el Instituto Sarmientino de Santa Fe y Amsafe La Capital rendirán homenaje a Sarmiento, con motivo de recordarse el 124º aniversario de su muerte. Luego, harán entrega del Premio Maestro 2012 a Hilda Catalina Bugna de Nicola, docente jubilada de San Justo. En tanto, mañana, en el Teatro Municipal, el intendente José Corral distinguirá al Docente Destacado 2012, tras un proceso de postulaciones docentes que realizan las propias escuelas. Ayer, en el Foro Cultural, la UNL rindió homenaje a la memoria de Amelia Martínez Trucco, recientemente fallecida. También disertó el británico Michael Young sobre los contenidos de la escuela del Siglo XXI. Esta mañana tuvo lugar la conferencia central en Ciudad Universitaria.

Salutaciones

En el marco del Día del Maestro que se celebra hoy en todo el país, el gobernador Antonio Bonfatti agradeció desde Rosario a todos los docentes. “Gracias a la comunidad educativa, a los maestros, a los asistentes escolares, a la cooperadora, a los papás, por lo que hacen todos los días, por el compromiso de interpretar la cultura, nuestra identidad nacional, nuestros valores, nuestra pertenencia, que va mucho más allá que transmitir conocimientos”, expresó. Del acto, realizado ayer en la Escuela Primaria Nº 1289 Río Paraná, del barrio Rucci, participó también la ministra de Educación, Letizia Mengarelli.

Por su parte, el gremio Amsafe desea un muy feliz Día del Maestro y celebra el día con la consigna: “Educar es un acto de resistencia a la reproducción de la desigualdad”. Agrega que “pensarnos trabajadores de la educación y desandar nuestros pasos es una tarea cotidiana para mejorar nuestras prácticas, para profundizar nuestro compromiso con la educación, la escuela pública y la lucha por más derechos para nuestros alumnos y los trabajadores”.

En un tramo de su salutación, el Sadop señala: “Como docentes sabemos que pocas veces tendremos la recompensa o el reconocimiento de todo este esfuerzo y quizá tampoco lo busquemo tanto, por eso somos docentes, porque sembramos en los surcos que nos presenta la vida, pero no nos quedamos a disfrutar de la cosecha, seguimos con nuestra tarea. Disfrutemos de ser docentes, celebremos nuestra vocación educadora y festejemos con nuestros compañeros este maravilloso trabajo transformador. ¡Feliz día docentes!”.

La Asociación de Jardines Maternales desea a todos los docentes de nivel inicial el más sincero reconocimiento “al esfuerzo, la pasión, la responsabilidad, la convicción, la contención, el amor, el respeto, la paciencia y la comprensión que brindan día a día significado a la profesión”.