DESDE ESTA NOCHE

“Una realidad aparte” en el MAC

La nota

De la Redacción de El Litoral

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Hoy, a las 20.30 en el MAC de la UNL, Bv. Gálvez 1578, quedará inaugurada la muestra: “Una realidad aparte”, de Ponchi. Inspirada en los relatos iniciáticos de Carlos Castaneda, la exposición presenta dos series: “Ctrl+t” y “Pincelada única”.

“Ambos títulos nombran instrucciones: ‘Ctrl+t’, que ordena ‘transformar’ (en referencia a una función del photoshop) y ‘Pincelada única’, que ordena ‘dé una pincelada completa por vez’ (en referencia a la ley única para la pintura profesada por el pintor chino Shitao)”, sostiene el escritor Fernando Callero.

“Lo que comienza a inquietar, una vez que nos sometemos a la hipnosis de esas formas reversibles, es si la lógica prevista en el título cae del lado de su proceso de construcción o de la gramática con que deben ser leídas. En todo caso, lo que es claro es que proponen una ‘destrucción’ de las formas convencionales que rigen el mirar para ofrecernos un proceso lateral, alternativo, que alienta una revelación. ¿Hay en esas formas sinuosas una realidad aparte o ellas constituyen la notación, los símbolos que indican esa otra realidad?”, reflexiona.

“Tiempo y espacio aparecen atrapados en una trama que apenas deja lugar a la representación. El tiempo está en la duración de los trazos, hechos de una sola vez, ‘tiempo real’ inscripto en su huella plástica. El espacio no sabe dónde acomodarse en esa trama que continuamente lo jaquea y exige renegociar sus condiciones de existencia”, afirma Callero.

“Estas obras no representan un real posible, en términos kantianos, sino en relación con el tercer término instituido por Peirce: los símbolos, una notación de posibilidad que debe ser leída, construida, no meramente contemplada. Eso que está ahí no es la representación de una realidad otra, sino una trama simbólica que invita a una interpretación y a un pasaje a otro mundo. Una actividad lenta, sesgada y, si se quiere, distraída, como una meditación. Hagan la prueba”, invita.

Instancia esencial

Por su parte Stella Arber, directora del museo, afirma: “Las obras de Ponchi Insaurralde transmiten una sensación carente de información, protegen la ausencia narrativa y la objetivación descriptiva, así, sin relato al que referirse, nos libera para poder construir sólo desde la morfología de las tramas y superposiciones, desde el color, desde el contraste, es decir de los puros términos y códigos de la práctica visual, predicados cósicos observables directamente en cada imagen”.

“Es visible también el tiempo como parte del tratamiento de ordenamiento y construcción de cada obra. Hay aquí parámetros establecidos de un sistema de representación que no evade la demostración técnica, la prolija realización y el sostenido y complejo armado de las imágenes”.

“Emplear estos métodos visuales para lograrlas, da soporte a los instrumentos de acción del artista en su modelo estructural y de equivalencias concretas. De una dinámica propia y con un dominio de la materia que transforma y convierte en casi un sistema técnico de obras, desde ella construye el acontecimiento pictórico, el objeto absoluto de la acción visual”.

“Ponchi marca su estilo hoy por hoy desde este Neoplasticismo geométrico, su expresión más acabada y concreta, aunque otras veces incurra en la evocación orgánica y nos remita a otras estructuras no tan rigurosas, casi gestuales y de un tratamiento expresivo más libre, tan depurado y de una síntesis expresiva como el anterior”.

“Regularidad en los trazos, acciones premeditadas, dominio de materiales y soportes, prácticamente nos determina las propiedades de las estructuras internas de cada imagen sólo con verlas. Entrelazados, superposiciones, yuxtaposiciones, determinan una lógica inmanente liberada de cualquier connotación externa, elimina lo superficial para dar paso a las íntimas conexiones estructurales comprendidas en las obras, su esencialismo abstracto alberga las formas exteriores pero formalmente repara en la sustancia interna de las cosas susceptibles de ser concebidas e imaginadas, no desde la apariencia que se revela sino, desde la estructura íntima que representa y da vida a la superficie final, a la traza exterior que contiene el efecto óptico que el artista desea y trasunta una percepción detrás que se manifiesta permeable en su síntesis”.

“Tensión en la acumulación de zonas focales, dan cuenta de la apropiación del conjunto, conglomerado que se observa en repetición en todo el corpus de obras. Elementos con los que determina la búsqueda lejos de lo objetivable y pretende autorreferenciarse en su propia naturaleza, con raíz en lo profundo de la existencia de un orden pleno e integral con leyes de representación propias, podemos acceder sin rodeos a sus imágenes, podemos percibir también la traza gestual, la huella que emana sin agotarse en la plena simplicidad.

“Aún en la inmensa mesura que propone, se desdobla en la manifiesta raíz del fenómeno estético y aparece la instancia esencial”.

Orden y desorden

El artista refiere, citando al autor Francois Cheng en la obra “Vacío y plenitud”: “Hacer cambiar (una cosa) de forma, me sirve como disparador para abordar analógicamente estas construcciones; el resultado siempre es un devenir incierto”.

“Dicha transformación recae primero en el material, consiste en realizar tajos en una hoja, y luego, con tiras del mismo material elaborar un tejido, utilizando una técnica similar a la del artesano de cestas de la costa del litoral, pero el ritmo que en éste es ordenado y sin variaciones, en mis construcciones se evidencian errores intencionados que alteran ese orden. El proceso busca manifestar que en todo orden existe implícitamente un desorden”.

“La línea, el color y el espacio son los protagonistas formales. Buscan de alguna manera manifestar la ‘acción’ del tejedor de cesta, entendida ésta como un acto mágico, temporal y rítmico, donde se conjura tiempo y espacio a través del devenir de la trama. Desde el vacío a lo lleno, la trama urde la acción que se traduce en forma: ‘mediante el vacío, el corazón del hombre puede convertirse en la regla o en el espejo de sí mismo y del mundo, pues al poseer el vacío y al identificarse con el vacío originario, el hombre es la fuente de las imágenes y de las formas. Percibe el ritmo del espacio y del tiempo; domina la ley de transformación”.

 

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Tiempo y espacio aparecen atrapados en una trama que apenas deja lugar a la representación.

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Ponchi expone obras realizadas con técnicas mixtas, en la muestra de septiembre del Museo de Arte Contemporáneo de la UNL.

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Lo que comienza a inquietar, una vez que nos sometemos a la hipnosis de esas formas reversibles, es si la lógica prevista en el título cae del lado de su proceso de construcción o de la gramática con que deben ser leídas.

Estas obras no representan un real posible, en términos kantianos, sino en relación con el tercer término instituido por Peirce: los símbolos, una notación de posibilidad que debe ser leída, construida, no meramente contemplada. Fotos: GENTILEZA MAC

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Para ir La exposición se puede visitar de martes a viernes, de 9 a 13 y de 17 a 20; y sábados y domingos de 17 a 20.

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“Hacer cambiar (una cosa) de forma me sirve como disparador para abordar analógicamente estas construcciones; el resultado siempre es un devenir incierto”.

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