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“26 personas para salvar al mundo”

“Veintiséis es el número de Dios”, oyó Jorge Lanata que sentenciaba uno de los mayores especialistas mundiales de Cábala en Nueva York. Y ese número mágico signó el número de los veinte capítulos televisados de 26 personas para salvar al mundo que durante dos años el famoso periodista realizó a través de todo el mundo para echar al ruedo una pregunta “tan ingenua como poderosa”: ¿Es posible salvar al mundo? ¿De quiénes y cómo?

La transcripción de esos encuentros se presenta ahora en el formato libro en 26 personas para salvar al mundo, publicado por Sudamericana. Distintos capítulos agrupan a los distintos entrevistados, cuyo eje (existencial y discursivo) varía desde lo religioso a lo artístico, de la actividad en el campo social a la actividad en el campo de las vanguardias comunicacionales.

El notable escritor inglés Martin Amis puntualiza con sensatez la respuesta a la pregunta que motiva estos encuentros: la idea de cambiar el mundo, dice, “es una idea un poco inocente. Soy un gradualista, no un utopista, un revolucionario. Creo que las cosas se pueden cambiar o mejorar pero no a través de medios radicales. El enemigo siempre elige el extremismo. ¿Qué han hecho los extremistas por el mundo? Nada. Así que, gradualmente... La revolución es una forma de acelerar la historia, es excitante e intoxicante, pero siempre se corrige demasiado y se va muy lejos. Esa no es mi naturaleza, yo no creo en la utopía. ¿Cómo se vería la utopía? Es un noción repulsiva, siempre lo fue. La utopía literaria, a través de la historia, desde Platón en adelante, se dio en lugares donde uno no querría vivir. También, como novelista, creo que la utopía es repulsiva, porque uno escribe, en realidad, sobre tensiones, conflictos y no sobre armonías. La armonía se utiliza bien para inmortalizar palabras como ‘felicidad’, casi imposible de escribir”.

Matthieu Ricard, francés (hijo del filósofo Jean-Francois Revel) abandonó su carrera científica para concentrarse en la práctica del budismo. Es monje y vive en un monasterio en Nepal, habla de la compasión como eje de la serenidad, de la sabiduría y de la paz: En francés [como en castellano] compasión suena a lástima. “En el budismo, la raíz es amor desinteresado. El deseo de que todos los seres vivos, todos, no sólo los seres humanos, sino todos los seres vivos, encuentren la felicidad y la causa de la felicidad. Eso es lo primero. Por lo tanto, esta bondad, este amor desinteresado, orientado no solamente hacia los seres queridos sino hacia todos, se encuentra con el sufrimiento, entonces se vuelve compasión. Y en el budismo, la definición de compasión es: ‘Que todos los seres vivos estén libres del sufrimiento y de las causas del sufrimiento’”.

Mario Vargas Llosa apunta al rol que puede jugar el azar, tanto en la salvación como en la destrucción del mundo: “Yo creo que si el mundo se destruye, lo más probable es que sea por un accidente. Un accidente nuclear, por ejemplo, algo que, hasta hace relativamente poco tiempo, parecía que la tierra podía evitarlo. Luego del terremoto y el tsunami de Japón descubrimos que no, que podía ocurrir un accidente nuclear de grandes proporciones en el que, si no desaparecía todo el mundo, podía desaparecer una buena parte del planeta”.

El sociólogo Zygmunt Bauman, como otros entrevistados, se refieren a las grandes revoluciones tecnológicas de los últimos tiempos. Sin embargo, él señala que “nuestra imaginación moral no se ha desarrollado más allá de Adán y Eva. Aún nos encontramos en el mismo nivel. Vemos a todos nuestros vecinos, nuestra familia, nuestra tribu, vemos a nuestra nación, nuestro barrio, nuestra ciudad, y nuestra imaginación moral no trabaja más allá de esa frontera. Por lo tanto, allí hay una brecha. Una brecha entre nuestra capacidad para hacer cosas y la habilidad para planear las cosas y controlarlas. Lo repito, hay una brecha entre el poder y las políticas”.

Así, Carter Emmart, Robert Gupta, Juan José Millás, Eduardo Galeano y Fabio Gándara, entre otros, tienen su visión y enseñanza que aportar sobre esa pregunta esencial, tan ingenua como poderosa.

“26 personas para salvar al mundo”

El periodista Jorge Lanata. Foto: Archivo El Litoral