Las carpetas que debían llegar al Papa

Angelelli iba a informar a Zazpe sobre dos sacerdotes asesinados

DyN

Testimonios de religiosos insisten en que el obispo riojano Enrique Angelelli tenía, al momento de su muerte, información producto de la investigación sobre la muerte de los sacerdotes de Chamical durante la dictadura.

El juicio por el secuestro, torturas y asesinatos de los sacerdotes Carlos de Dios Murias y Gabriel Longueville continuó esta semana durante dos jornadas de audiencias en las que participaron los tres imputados: el ex general Luciano Benjamín Menéndez por videoconferencia desde el penal de Ezeiza y el ex vicecomodoro Luis Fernando Estrella y el ex comisario riojano Benito Vera desde el edificio del Tribunal Oral Federal.

La monja Lilia Cabas, quien declaró por video desde Chaco, recordó ayer que estaba en la casa parroquial de Chamical cuando los represores, que se presentaron como “policías” fueron a buscar a los sacerdotes “para que declaren en la capital, por unos detenidos”.

Como pasaban las horas y no tenían noticias, “y Gabriel nos dijo que si no volvían los busquemos y le comentemos todo a monseñor Angelelli”, las monjas se fueron a la capital, acotó.

Allí, Angelelli inició las averiguaciones “y al otro día nos enteramos que unos empleados ferroviarios los habían encontrado asesinados al lado de las vías del tren”.

La monja dijo que no pudo reconocer a los secuestradores “porque estaba muy oscuro” pero en el pueblo “se comentaba, muy poco, porque había miedo” a “la Triple A”.

Relató que a mediados de 1976 “había persecuciones todo el tiempo” y que sobre ella, “que trabajaba como empleada doméstica” habían averiguado antecedentes y “después realizaron un allanamiento en la casa parroquial donde vivía”.

En su testimonio, la monja dijo que Angelelli “recopiló datos sobre el hecho y los llevaba en una carpeta en su portafolio personal del que nunca se separaba” ni tampoco el 4 de agosto cuando fue asesinado.

“Cuando ocurrió su muerte, yo llegué quince minutos después al lugar y a pesar de que Gendarmería no me dejaba acercar a él, me acerqué igual y tras comprobar que todavía estaba calentito, vi que su portafolios ya no estaba y nunca más apareció, por lo que no sé si descubrió a los asesinos”, añadió. En las audiencias de ayer, también declaró el entonces vicario, el sacerdote Oscar Duarte, quien estaba en la catedral junto al obispo cuando se enteraron de lo ocurrido en Chamical. Duarte dijo que ellos sabían “por comentarios que los asesinos eran parte de un grupo que vino de fuera de la provincia y que monseñor Angelelli le pidió a una religiosa que le llevara un informe de la investigación a monseñor Zazpe para que éste se lo diera al papa Pablo VI; pero no sé si llegó a concretarse”.

El jueves, el Tribunal Oral Federal escuchó el testimonio de un ex integrante de la comisión pastoral de la iglesia riojana, Rafael Scifré, quien también dijo que Angelelli “llevaba una carpeta con información” sobre el asesinato de los curas el día que lo mataron. Y, apuntó que según esa información, habría estado “involucrada la Aeronáutica”.

El testigo dijo que supo esto “después”, ya que estuvo secuestrado en Mendoza junto a otro sacerdote, adonde fueron torturados. “Nos dijeron que nos fuéramos del país o nos iban a matar y posteriormente nos dijeron que Angelelli era subversivo”, rememoró.

Acerca de la carpeta, Scifré conoció esa versión en Bélgica, al contactarse con las “hermanas francesas de la Asunción”. En esa carpeta, añadió, “había una lista con las personas que estaban detenidas y con información que había recabado sobre la muerte de los curas”.

El testigo también dijo que “Angelelli en varias ocasiones le pidió ayuda al cardenal Primatesta, pero éste se negó a ayudarlo; por eso una frase de monseñor nos quedó grabada, decía: ‘Ojalá que mi sangre le sirva al episcopado para darse cuenta de todo lo que está pasando’”. Las audiencias continuarán el próximo 1º de noviembre.