De domingo a domingo

Entre la fragata Libertad y la falta de esfuerzo común contra el narcotráfico

Hugo E. Grimaldi

(DyN)

¡Albricias! Por primera vez, en casi toda la era kirchnerista, durante la última semana saltó al ruedo el embrión de un debate en serio, no sólo sobre los instrumentos del modelo, sino también sobre los llamados fundamentales de la economía y sus preceptos ideológicos.

Algo parece estar cambiando entre las fuerzas políticas, ya que economistas de la agrupación kirchnerista La Gran Makro y otros del PRO se trenzaron, documento va y documento viene, en una discusión sobre el modelo que, de ahora en más, podría enriquecerse, a partir de sumar menos chicanas y más conceptos.

Y asociado con esto mismo, la novedad se hizo democráticamente más sabrosa, porque por fin hubo quienes se le animaron a las ideas del Gobierno sin temor a que se los tilde de tal o de cuál cosa y sin miedo, sobre todo, de ponerse a la sociedad en contra.

En el mismo sentido, los radicales empezaron a asomarse para sumar sus propias ideas a una mesa de discusión más amplia, mientras todos los ex cancilleres de la democracia (Caputo, Cavallo, Rodríguez Giavarini, Vernet, Ruckauf, Bielsa y Taiana) se declararon de modo inédito y sin excepción, en línea con una política de Estado (“de la Nación, no de un gobierno”, aclaró un vocero de los firmantes), que apunte a conseguir la restitución de la Fragata Libertad.

¿Un kirchnerismo “destituyente”?

En contrapartida, varias muestras de cinismo también coparon el escenario, casi todas bajo el común denominador que la jerga popular llama “escupir al cielo”.

La más vomitiva fue la declaración de los diputados nacionales por Santa Fe del Frente para la Victoria, quienes exigieron la presencia de la prensa en la reunión a la que los había convocado el gobernador de esa provincia, Antonio Bonfatti para explicar cómo el narcotráfico había infiltrado las estructuras policiales de la provincia.

A la hora de golpear al adversario político, una práctica que el kirchnerismo llama “destituyente” cuando le toca, los legisladores K no le hicieron asco a la excusa para castigar a los socialistas por su grave defección institucional, mientras pretendieron utilizar al periodismo como escribano de la situación.

El caso que inhabilita moralmente al oficialismo es que se trata de la misma prensa a la que habitualmente los funcionarios ningunean y a la que la presidenta de la Nación le había dado lecciones durante la semana, cuando le dijo a un grupo de estudiantes cordobeses que los periodistas “deben preguntar y no afirmar”. Inmediatamente después, cuando los veteranos cronistas de la Casa de Gobierno la interrogaron por la Fragata Libertad, Cristina Fernández dejó a todos sin respuesta.

Algo parecido hizo Héctor Timerman (ex periodista) cuando salió a leer una Declaración con la nómina de 28 embargos que habían presentado los denominados “fondos buitres” (el funcionario remarcó el término una docena de veces, como si hubiera que bajar una línea sobre el concepto) contra bienes del Estado Nacional.

Se admite una sola pregunta

Lo que fue anunciado oficialmente como una “conferencia de prensa” admitió una sola pregunta y recogió 19 palabras del canciller en la respuesta.

La novedad fue la riqueza informativa del listado, que incluyó desde satélites, el Tango 01, cuentas y propiedades diplomáticas y hasta la casa en la que murió José de San Martín, en Boulogne sur Mer y, sobre todo, la admisión por primera vez de los embargos y de los levantamientos que se consiguieron en medio mundo.

Con la Justicia de Ghana parece que será diferente, aunque el ministro de Defensa, Arturo Puricelli dijera que “en diciembre” se solucionaba el caso.

Sin embargo, el optimismo se fue por la alcantarilla en 24 horas, ya que el viernes una Corte de Apelaciones de los Estados Unidos le exigió a la Argentina que considere a los bonistas litigantes de ese país que no entraron en el canje en un pie de igualdad con los que se avinieron.

Más allá de que el procedimiento y la cifra final surgirá de una determinación del juez Thomas Griesa, que deberá ratificar el tribunal del alzada y que puede merecer un reclamo a la Corte Suprema de Justicia, lo verdaderamente terrible fue para el país fue un párrafo del fallo sobre los más de 40 mil millones de dólares de reservas que tiene la Argentina y que, por lo tanto, puede pagar.

El término “default técnico” comenzó a escucharse y a leerse cada vez más en los informes de Wall Street. Las permanentes menciones a la fortaleza de la economía, ideal para el marketing interno, le ha jugado en contra una vez más al país.

Por ese motivo, lo acosan no sólo los “buitres”, sino los organismos internacionales y el Club de París, pese a las promesas de arreglo que la propia Presidenta hizo hasta por cadena nacional, con compromiso de envío de carta incluida, en un discurso que contó con los vítores y aplausos de siempre.

Algo menos notoria, fue la palabra comprometida ante el presidente Barack Obama, que nadie desmiente, de pagarle a una empresa estadounidense un fallo del CIADI, aunque hay todavía varios más que esperan en la cola.

Las 20 verdades en discusión

Todas estas complicadas relaciones con el mundo que han llegado a afectar emocional y materialmente la soberanía tras la rapiña del buque-escuela en el puerto ghanés de Tema, aunque los diplomáticos dicen que la Presidenta la embarró con su mención a que “podrán quedarse con la Fragata”, no han motivado ni media palabra de solidaridad de nadie a nivel internacional.

Es este divorcio el que mantiene hoy a la Argentina con el mercado cerrado para el Estado y las empresas, algo de lo que está dando cuenta la YPF de gestión estatal, que no sabe cómo hacer para juntar las monedas para poner a funcionar la compañía desde los costosos procedimientos de exploración y extracción, sobre todo en el yacimiento no convencional de Vaca Muerta.

También en la última semana quedó en claro quién es quién en materia de calidad crediticia: con su prontuario a cuestas y para conseguir fondos, la Argentina deberá pagar más de dos dígitos; en tanto, Bolivia colocó U$S 500 millones en bonos soberanos a 10 años de plazo y a 4,875 por ciento anual.

El documento sobre las “20 Verdades para entender y defender el modelo” que sacaron a la luz los economistas de La Gran Makro, una de las varias y hasta contrapuestas usinas económicas que alimentan al Gobierno, fue respondido al toque y verdad por verdad por los economistas del PRO.

Allí, también se aborda este problema de la deuda, aunque sólo desde el ángulo del “desendeudamiento” y se llega hasta el canje de 2010. Lo importante es que, lejos del inveterado temor del Gobierno de tocar temas-tabú y de mirar conspirativamente a todo aquel que piensa diferente y con cuidado de no dejar mal parado a nadie y menos a la presidenta de la Nación, el Documento K se animó, entre otras cosas, a mencionar aunque sea de costado a la inflación, el atraso cambiario, el cepo, los déficits y el mantenimiento del mínimo no imponible.

En el cruce de visiones con los economistas del PRO, ¿cómo justificó La Gran Makro el alza de precios?: obedece principalmente al “crecimiento de los precios internacionales de los alimentos” que impactan en “la mesa de los argentinos”, dijeron. ¿Cómo refutaron el punto los macristas?: “el argumento se cae por su propia torpeza. Con este criterio, toda Latinoamérica tendría una tasa de inflación de 25%”.

¿Y la restricción para la compra de dólares? Los economistas del kirchnerismo señalaron que fue una “decisión estratégica para profundizar el proyecto nacional” y que por eso era necesario “cuidar los dólares para pagar importaciones prioritarias para el país y la deuda”. En tanto, los del PRO respondieron que “nunca en la historia sobraron tantos dólares en el mundo” y que su falta en la Argentina responde a “la desconfianza en la moneda, la inflación y la fragilidad de las instituciones, que incentiva una sostenida fuga de capitales”. Y así con cada uno de los temas.

Desde la política, este fresco cruce de pensamientos, bien podría ser sólo una golondrina que finalmente no haga verano, pero también el origen de una movida que comience a posicionar a los hombres sin amontonarlos y no ya por su carisma personal, sino en función de las ideas, un reclamo que se escucha desde hace tiempo en buena parte de la sociedad.

Entre la fragata Libertad y la falta de  esfuerzo común contra el narcotráfico

La mala práctica de hacer sólo política y no trabajar por el bien común se demostró en la ausencia de un esfuerzo común para luchar contra el narcotráfico, tal como quiso plantear el gobernador de Santa Fe. Foto: Archivo El Litoral