Documento de la Conferencia Episcopal Argentina

Compromiso público de los obispos de revisar archivos de la dictadura

 

La síntesis del encuentro es en respuesta a afirmaciones de Jorge Videla. En el texto, no hay mención a la situación actual del país.

De la redacción de El Litoral

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La Conferencia Episcopal Argentina rechazó declaraciones de que haya habido connivencia entre la Iglesia y la dictadura militar, y expresó su compromiso de revisar los archivos eclesiásticos para avanzar en el conocimiento de la “verdad dolorosa” de esa época marcada por la tortura, el robo de bebés y la desaparición de personas a causa del terrorismo de Estado.

Los obispos reiteraron su pedido de perdón ante la acción u omisión de la Iglesia durante la década del ‘70, período en el que, reconocieron, “hemos discriminado a muchos de nuestros hermanos, sin comprometernos suficientemente en la defensa de sus derechos”.

“Es totalmente alejado de la verdad que haya habido una suerte de connivencia de lo que hicieron los obispos involucrados en ese momento”, aseveraron citando declaraciones recientes del presidente del Episcopado, monseñor José María Arancedo. El párrafo fue en respuesta a afirmaciones en ese sentido del dictador Jorge Rafael Videla, preso por delitos de lesa humanidad, a quien los obispos definen en el texto como el ex presidente de facto.

El Episcopado exhortó, más de 30 años después, a quienes tengan datos sobre “el paradero de niños robados o conozcan lugares de sepultura clandestina, se reconozcan moralmente obligados a acudir a las autoridades pertinentes”.

Nada de hoy

La carta al pueblo de Dios fue difundida en el marco de la 104ta. Asamblea Plenaria del Episcopado, que desde el lunes sesionó en la casa de retiros el Cenáculo-La Montonera, de Pilar, y concluyó ayer sin un pronunciamiento sobre la realidad del país y la masiva protesta nacional del 8N en contra de la gestión de la presidenta Cristina Fernández.

Los obispos argentinos dijeron en la misiva querer ser “servidores de la reconciliación” de los argentinos, pero advirtieron que ésta “no es borrón y cuenta nueva y menos impunidad. Es necesario: el empeño en la búsqueda de la verdad, el reconocimiento de cuanto sea deplorable, el arrepentimiento de quienes sean culpables, y la reparación en justicia de los daños causados. También debemos reconocer que el perdón y la reconciliación son dones de un Dios, que nos hace hermanos”, subrayaron.

Tras afirmar que “hemos colaborado con la Justicia, cuando se nos solicitó información, de la cual podíamos disponer”, dijeron “no poder ni querer eludir la responsabilidad de avanzar en el conocimiento de esa verdad dolorosa y comprometedora para todos”. “Nos sentimos comprometidos a promover un estudio más completo de esos acontecimientos, a fin de seguir buscando la verdad, en la certeza de que ella nos hará libres. Por ello, nos estamos abocando a revisar todos los antecedentes a nuestro alcance”, subrayaron al plantear la posibilidad de abrir a investigadores los archivos de esa época oscura del país.

Los obispos expresaron que “nos queda la preocupación por completar un estudio demorado pero necesario” y sostuvieron que quieren estar “cerca de cuantos sufren todavía por hechos no esclarecidos ni reparados”, al asegurar que “cuando la justicia es demasiado largamente esperada, deja de ser justicia, y agrega dolor y escepticismo. Sabemos que en miles de familias hay heridas abiertas y angustiosas, por lo acontecido después del secuestro, detención o desaparición de un ser querido. Compartimos el dolor de todos ellos y reiteramos el pedido de perdón a quienes hayamos defraudado o no acompañado como debimos”, afirmaron.

Heridas

“Queremos estar cerca de cuantos sufren todavía por hechos no esclarecidos ni reparados. Cuando la justicia es demasiado largamente esperada, deja de ser justicia, y agrega dolor y escepticismo. Sabemos que en miles de familias hay heridas abiertas y angustiosas, por lo acontecido después del secuestro, detención o desaparición de un ser querido. Compartimos el dolor de todos ellos y reiteramos el pedido de perdón a quienes hayamos defraudado o no acompañado como debimos”.

Punto 7 de la Declaración de la Conferencia Episcopal Argentina.

/// EL DATO

Franzini, de Rafaela a Mendoza

El papa Benedicto XVI promovió a arzobispo de Mendoza a monseñor Carlos María Franzini, de 60 años, actualmente obispo de Rafaela, en nuestra provincia. Al mismo tiempo el Sumo Pontífice aceptó la renuncia al gobierno pastoral de la arquidiócesis mendocina al actual arzobispo, monseñor José María Arancibia, presentada oportunamente por haber alcanzado la edad indicada por la norma canónica.

Franzini nació en Buenos Aires el 6 de septiembre de 1951 y fue ordenado sacerdote en la catedral de San Isidro, en 1977. El 29 de abril de 2000 Juan Pablo II lo eligió obispo de Rafaela cargo que ocupa hasta hoy.

En la Conferencia Episcopal es presidente de la Comisión de Vida Consagrada y su lema episcopal es ‘Servidor y testigo’.

Monseñor Franzini fue uno de los cuatro obispos argentinos que participaron en el Vaticano en el reciente Sínodo de los Obispos para la Nueva Evangelización.