PROPUESTA DE LA BIODANZA

La vida en el centro

Se trata de un sistema de integración afectiva, renovación orgánica y reaprendizaje de las funciones originales. El fin es poner la vida en el centro de todo, con danza, canto y situaciones de grupo.

De la redacción de El Litoral

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Biodanza es un sistema de integración afectiva, renovación orgánica y reaprendizaje de las funciones originales de vida, basada en vivencias inducidas por la danza, canto y situaciones de encuentro en grupo. En Santa Fe tiene un nuevo espacio el encuentro de grupo que propone la escuela de Biodanza: en el Solar de las Artes (9 de Julio 2955) a las 14.30 y a las 18.30; y la escuela que reúne a Santa Fe y Paraná está ubicada en las afueras de la capital de Entre Ríos y requiere 3 años de formación.

Víctor Beziner -director de la Escuela de Biodanza- explicó que “la escuela es una instancia superior, nosotros proponemos primero a la gente que se acerque a los grupos para la práctica para luego ver si quieren tomar esta herramienta para aprenderla, para llevarla adelante como un modo de vida”.

En la escuela proponen un espacio de convivencia que sucede una vez al mes durante un fin de semana. “Intentamos que sea una práctica de lo que se aprende, en una hora, dos horas está todo bárbaro, la historia es cuando estás con otros en un tiempo mayor. Ahí se aprende más”.

Según comentó Víctor -que hace 18 años lo practica y aprendió con el creador chileno, Rolando Toro- actualmente hay formadores que están trabajando con biodanza en distintos grupos: integrantes de una ONG ecológica, para perspectivas de género, en la cárcel de Paraná con las reclusas, en geriátricos, en educación, también con niños y adolescentes en prevención de enfermedades. “Ahora vamos a intentar hacer resiliencia, personas con licencia por stress para generar un ámbito en el que puedan recuperar las ganas”.

REAPRENDER

“La experiencia a nivel mundial es amplísima. Hay una rama, biodanza clínica, destinada a médicos: hace que el médico cambie la mirada. Tenemos un sistema médico que actúa sobre el síntoma y no en relación al mundo que está viviendo la persona, la propuesta es el principio biocéntrico, poner la vida en el centro de todo, la vida en el centro de la medicina y no lo económico. Lo central es el vínculo con la vida, para qué vivir, es el punto, en el grupo de biodanza nos repreguntamos, reaprendemos el sentido”, señala Víctor.

“Los grupos nunca cierran, siempre están abiertos, no tienen un proceso lineal, cada persona tiene un proceso en el grupo pero es de ellos, cuando está abierto siempre se está nutriendo. No enseñamos nada que no se sepa, lo cotidiano nos hace mirar para otro lado, proponemos reaprender las cosas simples”, y da un ejemplo: “En una clase se puede aprender a caminar, no estamos caminando, caminamos mecánicamente, tenemos la cabeza tan llena de cosas que cuando caminamos no disfrutamos del caminar. Todo el mundo está yendo hacia un lado y cuando llega tampoco está ahí, nunca estamos en el lugar, siempre estamos más adelante”.

Cabe mencionar que el sistema utiliza la música como instrumento de mediación entre la emoción y el movimiento corporal. Estimula la danza expresiva, la comunicación afectiva y la vivencia de sí mismo. Es un lenguaje universal accesible a niños y adultos de cualquier época y región.

Su influencia va directamente a la emoción sin pasar por los filtros analíticos del pensamiento. En Biodanza se utilizan músicas especialmente seleccionadas por su cualidad integradora a nivel orgánico.

La música es el instrumento de mediación entre la emoción y el movimiento corporal. Foto:ARCHIVO EL LITORAL El principio biocéntrico

La música es el instrumento de mediación entre la emoción y el movimiento corporal. Foto:ARCHIVO EL LITORAL El principio biocéntrico

 

“La cultura realiza un vasto proceso de traición a la vida, en el que participan consciente o inconscientemente, millares de personas. En nuestra cultura se separan las nociones de cuerpo y alma, hombre y naturaleza, materia y energía, individuo y sociedad. Esta cultura disociativa descalifica la vida presente, la desacraliza y sabotea su valor y su significado intrínseco, para ponerla al servicio de los valores materiales.

Nuestra cultura infiltra todos los ámbitos del saber. Esta disociación se proyecta patológicamente en la Educación, en la Psicoterapia, en la Medicina, en la Sociología y en general en las Ciencias del Hombre.

La educación está infiltrada por la cultura disociativa. No obstante, la evolución de la ciencia y del pensamiento complejo se orienta actualmente hacia la integración de conceptos que permanecieron separados durante muchos siglos y que dieron origen a la civilización antivida. Por eso, Biodanza propone la integración Biocéntrica de la cultura y su ejercicio operacional en Educación”.

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Más información en http://santafebiodanza.com.ar/

/// EL DATO