¿Pagar todo por no ofrecer un poco?

La decisión inflexible abrió un riesgo mayor

Embargos de pagos a acreedores que entraron al canje, derrumbe de los bonos, interrupción de créditos comerciales para importaciones y exportaciones. Son parte de las consecuencias de la estrategia argentina, que asistió a la acción judicial pero advirtiendo que no acataría un eventual fallo en su contra. Pero en Nueva York el relato del atril no funciona.

“Ni un peso para los buitres”, fue la orden de la presidenta. Y Griesa replicó: “es la opinión de la Corte de Distrito que estas amenazas de desafío no pueden pasarse por alto, y que se requiere una acción”.

El magistrado neoyorkino había abierto la posibilidad de que la Argentina ofreciera pagar a los “buitres” con iguales términos de quienes ingresaron al canje que aceptaron quitas de hasta un 70 %. Hubo empecinamiento político en la Casa Rosada a pesar de las advertencias del propio Hernán Lorenzino, que fue puesto en el ministerio precisamente por ser especialista en materia de deuda.

El titular del Banco Ciudad, Federico Sturzenegger, opinó que el gobierno nacional “consiguió enojar al juez” e hizo “todo lo posible para lograr este fallo que es el peor que se podía esperar”.

Por su parte Daniel Artana coincidió en que “Argentina debería haber sido más enfática en decir ‘yo le ofrezco a esta gente que me está litigando los mismos términos que le ofrecí a los que entraron al canje’. Eso quizá mejoraría las posibilidades delante la Cámara de Apelaciones”.