al margen de la crónica

¿Quién asesinó a Kennedy?

Casi 50 años después del asesinato del presidente estadounidense John F. Kennedy, un ingeniero español realizó una investigación en la que concluye que el inculpado del magnicidio, Lee Harvey Oswald, no pudo ser el autor de los disparos que acabaron con su vida.

El 22 de noviembre de 1963, Kennedy fue asesinado en Dallas, al ser alcanzado por dos disparos en la cabeza. Lee Harvey Oswald fue el único inculpado por el crimen, según las tres investigaciones realizadas por el gobierno de los Estados Unidos. Fue detenido a pocas horas del atentado, y asesinado dos días después por Jack Ruby, cuando iba a ser trasladado de prisión. En 1979, el Comité Selecto de la Cámara sobre Asesinatos concluyó que, si bien Oswald fue el autor de los disparos, el asesinato del presidente Kennedy podría ser producto de una conspiración, aunque no fue capaz de identificar individuos u organizaciones que pudiesen estar involucradas.

Ahora, en base a unos estudios que incluyen numerosos parámetros científicos, el experto español Francisco Javier Carretero López publicó una investigación científica con el título “Rescate en el tiempo de J.F.K.”, que espera de ser editado como libro.

El autor adelantó que la parte científica del trabajo utiliza datos del informe de la Comisión Warren -hecho público el 6 de septiembre de 1964-, las declaraciones del personal médico del hospital Parkland en Dallas, las fotografías de la autopsia, entre otros.

También se analizan los disparos recibidos por el entonces gobernador de Texas John Connally, quien sobrevivió al atentado, aunque el estudio se centra en los daños sufridos por Kennedy al paso de la comitiva presidencial por Dallas.

La investigación deja al descubierto que “no existió ningún disparo que alcanzara al presidente Kennedy desde el punto de tiro atribuido a Lee Harvey Oswald porque él estaba, como él mismo especificó, no en la sexta planta del Texas School Book sino en la cafetería de la segunda planta del mismo edificio”.

Francisco Javier Carretero López argumenta que los resultados científicos “son irrefutables, ya que las dos heridas expuestas por la Comisión Warren fueron provocadas al presidente Kennedy por disparos frontales y no desde atrás”.

El experto aseguró que “al descubrir que el disparo que hirió a Kennedy fue de frente comprobé que lo que parecía una sola herida de bala eran en realidad dos heridas distintas por balas distintas, una convencional y otra explosiva”.

Por ello, exculpa a Lee Harvey Oswald: “Mi único deseo es reunirme con las hijas de Oswald y su familia para darle a conocer este resultado y que puedan decir con orgullo que su padre dijo la verdad cuando afirmó que él no había disparado a nadie y que era un cabeza de turco”.

En su opinión, “el personaje era parecido a Oswald pero no era Oswald y la clave está, entre otras, en las expresiones faciales del impostor que se hizo pasar por Oswald”.