Rubén Rossi, tras cuatro años de gestión...

“Me atacaron más que a cualquier otro coordinador”

No sólo habló de Colón, sino de su preocupación por el futuro del fútbol argentino. Se mostró molesto por algunas críticas y hasta lo expresó con dolor. “A mí nadie me quita el sueño de que Colón tenga un equipo que haga emocionar a su gente”, fue una de sus frases.

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Enrique Cruz (h)

El mate, la computadora y un cuadro de aquel inolvidable equipo de 1974 que él mismo se encargó de colgar con la inscripción: “El sueño es posible”. Ésa es la escenografía inseparable para Rubén Rossi en su oficina del predio sabalero. Afuera, sus entrenadores siguen perfeccionando a los Mugni, Curuchet, Graciani y Luque del futuro. Adentro, él, perfeccionista e inconformista pleno, sabe interiormente que algunos resultados ya van apareciendo. Esos resultados se ven en la cantidad de jugadores de inferiores que ya integran el plantel profesional, en los chicos de la Sub 20 y la Sub 17, en un equipo de reserva que también se nutre de algunos elementos que Sensini empieza a evaluar (como Melli, a quien llevó al banco en Rafaela) y en la chance muy firme que Lucas Mugni se convierta en gran figura y quizás en una venta que genere un ingreso histórico para la institución.

—Cuando te hiciste cargo de la conducción del fútbol juvenil en Colón, hace cuatro años, dijiste que un buen trabajo de inferiores dura 8 años. ¿Hay más resultados de los que pensaste a esta altura?

—Cuando llegué dije que esto era una revolución y quizás me expresé mal. No es una revolución por la metodología, sino por la decisión política de la dirigencia del club de llevar adelante un proyecto en serio. Los jugadores que aparecieron pueden ser la punta de un iceberg para el futuro. Veo que estamos sentando bases firmes.

—¿Se puede hablar de un proceso exitoso o todavía no es momento de hablar de éxito o de fracaso?

—Se empiezan a ver los retoños... Si tomamos en cuenta que Casa Fútbol funciona desde hace dos años, los resultados son muy buenos. Siempre digo que los grandes “títulos” del fútbol juvenil son los Mugni, los Graciani, los Curuchet, los Alario, los Callejo, los Mehring, Marcos Fernández, Luque, etcétera. Colón está sacando jugadores en un contexto del fútbol argentino donde aparecen algunos pero ya no tantos.

—¿Y eso, por qué?

—Porque hay una locura, una exacerbación del resultado deportivo, una desesperación por hacerle creer a todo el mundo que el resultado es lo único que importa, inclusive en fútbol juvenil. ¿Qué es esto de decir “vamos a formar ganadores”? Yo fui campeón mundial sin haber ganado nada en inferiores. Gonzalo Higuaín fue campeón con River en la categoría ‘87 y fue el único que llegó a Primera, ¿y los otros 19 que estaban en el plantel con él qué eran?, ¿perdedores? Entonces, detrás de ese discurso que cuando se gana está bien y cuando se pierde está mal, perdura gente que le hace muy mal al fútbol. Y los verdaderos maestros, los que enseñan, se quedan en el camino. Por eso pasan cosas muy graves.

—¿Qué cosas?

—Si se pone un volante de contención en posición de gol y lo erra, no le echen la culpa al volante. Si a un delantero se lo pone a defender y no lo hace bien, también lo critican. Cuando se trae al club a un jugador que gambetea bien, no se le puede pedir que corra, se tire al piso, defienda y cabecee en las dos áreas. Eso es lo grave, que en nombre de la polifuncionalidad o de la versatilidad, se haga creer que un defensor puede definir como lo hace un delantero. En España se hablaba antes de la Furia española, pero con la furia nunca ganaron nada. ¿Cuándo ganaron un título mundial?, cuando se dieron cuenta de que había que jugar al fútbol.

—Cappa dijo hace poco que en la Argentina no te dejan ni siquiera fracasar. ¿De quién es la culpa?

—De los dirigentes. Hay que entender de qué se trata una institución, hay que tener un modelo, un objetivo. Hay que embanderarse detrás de una idea y no crearse la obligación de salir campeón.

—Hay clubes que por querer ser campeón, se funden. Una vez Grondona me dijo que para salir campeón hay que armar un equipo con jugadores del club. ¿Coincidís?

—Si Florentino Pérez viene a Santa Fe o manda a alguien y pone 25 millones de euros por Lucas Mugni, ¿cómo hace Colón para mantenerlo? Entonces, lo que digo es que hay que armar una línea de montaje que permita que detrás de Mugni haya otro chico que entre para reemplazarlo. Si a Lerche, Moncagatta o Eusebio le dirían que si traen a 20 jugadores salen campeones, seguro que van y los contratan. Pero, ¿quién se lo asegura? Entonces, el secreto es un plantel con chicos de la cantera y cuatro o cinco que marquen la diferencia.

—Parece algo fácil de decir y difícil de hacer...

—Sí, pero depende del técnico y de lo medido que sea. Un entrenador no puede armar un equipo en dos meses. La gente cree que Sensini se hizo cargo y a los dos meses tenían que jugar como cuando estaban Cococho Alvarez, Carlitos López, Mazo y Coscia... Eso lleva tiempo... Vamos al caso de un marcador central. Viene un técnico y le dice que la idea es achicar, lo hace y a los tres partidos se va; enseguida viene otro y le dice que hay que esperar atrás y salir con pelotazos largos, y ya lo metió en un conflicto. Un entrenador necesita como mínimo dos campeonatos para poder evaluarlo.

—Difícil en este país...

—No pretendo que en Argentina haya 20 Ferguson, pero seamos más medidos... Si a vos te dicen que hagas una nota y a la mitad del trabajo te la cortan y la evalúan, seguro que no va a estar bien. La gente pide el cambio de técnico, los dirigentes lo hacen y si ese técnico nuevo no anda bien no se va a escuchar a la gente decir que “nos equivocamos en pedirle a la dirigencia que eche al técnico”. Será otra vez la culpa de la dirigencia. Por eso digo que el problema es de los dirigentes.

—¿Qué opinás cuando se dice “hay que traer un técnico saca-puntos”?

—Que es otra mentira. ¿Sabés quién es el técnico más “saca-puntos”?, Guardiola. ¿Cómo juegan los equipos de Guardiola?, ¿se meten atrás?, ¿le pegan de punta para arriba? Nunca. Van al frente, juegan al fútbol, piensan en el arco de enfrente. Lo otro es mentira, es vender humo.

—¿Creés que el mensaje de Bilardo le ha “ganado” al de Menotti por todo esto que estamos hablando?

—Mirá, hace varios años alguien dijo que en el futuro se iba a marcar con línea de tres y que los técnicos argentinos estaban 20 años atrasados. Se equivocó, porque hoy todos juegan con línea de cuatro, todos marcan en zona, no existen las persecuciones individuales. Y las apariciones de Agüero, Tevez, Messi le dan la razón a quienes señalan con precisión cuáles son los genes del fútbol argentino. No creo que en Fuerte Apache hayan habido conos o una pelota cada dos chicos para que aparezca un jugador como Tevez. ¿Cuántos campeonatos ganaron Peucelle, Duchini o Grillo?, lo que importa es la cantidad de jugadores que sacaron y lo que le aportaron al fútbol argentino. Pero volviendo a tu pregunta, te repito: ¿quién fue el que dijo que los técnicos argentinos estaban atrasados porque marcaban en zona?

—¿Te da pena ver al Barcelona y pensar que alguna vez ese fútbol no fue propiedad de los españoles sino de los argentinos?

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“A Lisandro López lo tuve un solo año en Chacarita, pero cuando salió campeón con Arsenal se acordó de mí. Entonces, ¿por qué dicen que fracasé en todas partes?” Foto: Luis Cetraro

—El día que España salió campeón del mundo le hicieron una nota en una radio argentina a un arquero que tuvo España allá por la década del ‘50. Hablaba medio atravesado, pero se le entendía. En un momento dado dijo: ‘Muchachos, no sé de qué se sorprenden si nosotros vamos a salir campeones del mundo jugando el fútbol que ustedes jugaron hace 40 años’. Y nadie se atrevió a tomar ese mensaje y valorarlo en su justa medida. Para hablar de los nietos no hay que matar a los abuelos. La referencia de los jugadores de Colón tiene que ser el Bambi Araoz, Edgar Fernández y los volantes mirarse en lo que fueron Cococho Alvarez o Carlos López. A mí nadie me quita el sueño de que Colón tenga un equipo que sirva para la emoción de la gente.

—Con mucha técnica individual, algo que no abunda...

—A veces los escucho a ustedes decir que “la táctica le ganó a la técnica”... En Barranquitas, viendo el mismo partido, hubiésemos dicho: “¡qué desastre que fue este partido!”.

—Sé que cuando firmás el contrato también le estás firmando la rescisión al presidente. ¿Alguna vez pensaste en decirle a Lerche que te querías ir?

—El presidente sabe que conmigo nunca va a haber un problema y en mi contrato figura que nunca voy a dirigir Primera. También hay una serie de documentos de mi vida personal que no voy a decir de qué se trata, que se los entrego a los dirigentes para que sepan que así como vine me voy a ir. Si en el día de mañana aparecen 15 departamentos en Miami a nombre de mi mamá, seguramente habré hecho algo indebido. Con Lerche tengo una comunión de ideas. Y si alguna vez me toca irme, lo haré regocijado de haber estado en un club con un presidente que le dio un impulso único al fútbol amateur y un grupo de colaboradores notable. Lerche, Moncagatta, Eusebio, los otros dirigentes, Cococho Alvarez, Mario Sciacqua, Pablo Virgilio, mi amigo del alma Ariel Hoffer que se nos fue hace unos días y provocó una gran tristeza en todos, Sergio Torres y mucha gente que pasa desapercibida y es desconocida y que trabaja todos los días para que aparezcan los Mugni, los Luque, los Graciani, los Marcos Fernández, etcétera... Mirá, estoy podrido de los “sacadores de jugadores”. Todos se regocijan porque salió tal o cual jugador y se lo adjudican. Pero también hay que hacerse cargo entonces de los muchísimos que dejamos libres todos los años.

—¿Creés en los maestros?

—El gran maestro de los jugadores es el juego. En el fútbol se transmiten conceptos, pero no recursos. Tengo al máximo goleador del fútbol argentino en toda la historia de manager y al goleador histórico de Colón de nexo con el fútbol profesional. ¿Ustedes creen que no los tendría enseñándoles a los jugadores a definir? Si fuese tan fácil, ¿no tendría Brasil a Pelé y a Romario enseñándoles a los chicos a hacer goles?, ¿o Independiente a Bochini diciéndole a los jugadores cómo se encuentra el pase-gol? Eso no puede ser. El recurso técnico no se transmite.

—¿En algún momento te sentiste criticado o hubo ingratitud de la gente hacia tu trabajo?

—Lisandro López me dedicó el título de Arsenal cuando yo, en realidad, estuve con él sólo un año en Chacarita. Las críticas me duelen sólo por lo que sufren los que me quieren a mí. Mi mamá tiene 80 años y a veces escucha cosas sin fundamentos, pero las tomo por la personalidad conflictiva que tengo, porque nunca busqué caerle bien a nadie. Mi papá decía que caminaba por San Martín con la frente alta y yo hago lo mismo. Yo no soy una figura convocante para el periodismo y sé que mis opiniones son discutidas. Y no creo que haya habido en la historia de Colón un coordinador más atacado que yo. No lo recuerdo. Pero pongo la cabeza en la almohada y duermo tranquilo.

—¿En qué te sentís atacado?

—Me molestan que se digan mentiras, que se diga que “Rossi fracasó en todos los clubes que estuvo”. En Chacarita lo tuvimos a Lisandro López; en Quilmes a Cerro, Corvalán, Kalinski; en River a Gonzalo Higuaín, Radamel Falcao... Hay un periodista que tiene un salvoconducto de por vida conmigo porque fue muy querido por mi padre y eso, para mí, es suficiente para no dejar de quererlo y respetarlo, pero sus críticas han sido muy duras.

—¿A quién te referís?

—No te lo voy a decir... Hay periodistas que venden desde la polémica, otros desde la inteligencia y otros desde la docencia. Respeto las opiniones, pero uno escucha a veces a cada uno que no resistirían ni dos minutos de discusión.

—Se te nota con cierto resentimiento, ¿me equivoco?

—Te repito que no conozco a alguien a quien hayan atacado tanto como a mí. Yo no voy a andar refregando los jugadores que salen, no los haré míos porque es para lo que me contratan. Me puedo equivocar y no me la creo. Pero en el mundo del fútbol hay dos personas que me interesa lo que digan de mí. Uno es mi papá y se murió hace muchos años; el otro es el Flaco Menotti. Hablé de un periodista porque no sé qué pasó y por qué dijo lo que dijo de mí. Me duele por haber estado en su casa y porque él también estuvo en la mía y fue amigo de mi padre... Cuando uno es de la ciudad sufre y no sé por qué... Mántaras fue técnico mío en River, Kudelka en Unión y Marito Sciacqua en Colón y anduvieron muy bien, quizás mejor que cualquiera. A veces se ve mejor lo de afuera que lo de acá, hasta que viene alguien de afuera, lo valora y se lo lleva.

Un chico puede salir con una chica un día pero no puede salir todos los días y con chicas distintas. También puede tomar una latita de cerveza un día, pero no un cajón de porrón. Nosotros no estamos para dar consejos, estamos para educarlos y decirles qué se puede y qué no”

Rubén Rossi

Director del Departamento infanto-juvenil de Colón.

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Una postal inolvidable para Rubén Rossi. Fue su llegada al aeropuerto de Sauce Viejo luego de salir campeón del mundo con la Selección de Menotti en 1979.

Foto: Archivo El Litoral

Opina del Bichi

—¿Cómo se inserta el Bichi Fuertes en esta estructura?

—Es un ídolo, un tipo querido, un referente en todo sentido. Tanto Batistuta como Fuertes se insertaron bien y los roles están perfectamente definidos. No se hizo en forma arbitraria como algunos creen o traído de los pelos, nada que ver. Cuando yo estaba en Guaraní Antonio Franco y Germán Lerche me llamó, siempre me habló de construir un futuro grande en la institución. Él y su directiva pergeñaron y organizaron todo esto. Batistuta, Fuertes, Sensini, Sciacqua, yo y los técnicos de inferiores somos los operarios de un proyecto que es grande y ambicioso. A nadie debiera sorprender que Esteban esté con nosotros, trabajando en el club que tanto quiere.