Balance mensual de la CICCRA

Lapidario informe cárnico

La entidad que agrupa a los frigoríficos nacionales expone las cifras de una crisis que crece, expulsando del sistema a empresas y trabajadores, y haciendo retroceder al país como proveedor mundial de carnes de calidad.

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Crisis nacional y popular. El sector frigorífico vacuno, así como los demás sectores económicos, enfrentará desafíos cada vez más complejos para mantenerse en funcionamiento.

Foto: Archivo

Campolitoral

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En cuanto a la faena y producción de carne, según las estimaciones de la entidad, en octubre se faenaron alrededor de 1.060.000 cabezas de ganado vacuno y se marcó el nivel de actividad más alto del año. “En relación a un año atrás la faena creció 15,7% y se ubicó 12,2% por encima del promedio de los primeros diez meses del año. En términos absolutos, se sacrificaron 145 mil cabezas más que en octubre de 2011”, comienza el informe.

“Pero, aún con esta mejora, el nivel de actividad de octubre de 2012 ocupó la posición 18º sobre entre los últimos 33 octubres”, aclara.

Según la CICCRA, en los primeros diez meses del año se faenaron casi 9,5 millones de cabezas, lo que arrojó una mejora de 5,5% anual. “En términos absolutos se habrían sacrificado alrededor de 500 mil cabezas más que en los primeros diez meses de 2011. Nuevamente, quedó en evidencia el lento ritmo de avance sectorial, ya que la faena de enero-octubre de 2012 resultó ser la tercera más baja de los últimos 23 años (sólo superó a las registradas en los mismos períodos de 2011 y 1998)”, continúa.

¿Recomposición?

En lo que respecta al estado del ciclo ganadero, en octubre la participación de las hembras en la faena total fue de 41,7% y, de esta manera, el proceso de recomposición de vientres cumplió dos años y medio sin interrupciones. No obstante ello, es dable destacar la pérdida de intensidad del proceso (+5,4 puntos porcentuales con respecto a octubre de 2011), a raíz de la pérdida de rentabilidad que viene enfrentando el productor (producto de la estabilidad del precio de venta del kilo vivo combinada con el aumento continuo de los costos de producción). En el acumulado de los primeros diez meses la participación de las hembras fue de 40,5%.

En octubre la producción de carne vacuna habría totalizado 241 mil toneladas res con hueso (tn r/c/h) y habría resultado 14,6% mayor a la de un año atrás. El mayor nivel de faena sólo fue morigerado muy parcialmente por una leve retracción del peso promedio del animal en gancho (15,7% vs. -0,9% anual, respectivamente). En términos absolutos, la producción ascendido en casi 31.000 tn r/c/h con relación a octubre de 2011.

“En los primeros diez meses de 2012 la producción habría ascendido a 2,144 millones de tn r/c/h y habría crecido 3,4% anual. En este caso la expansión interanual de la producción habría sido de 71.126 tn r/c/h. El peso promedio de la res en el gancho habría registrado una pérdida de alrededor de 2% anual, al pasar de 231 kg r/c/h a 226 kg r/c/h.”, agrega.

Consumo interno

Respecto a este tema, hay cifras interesantes. En octubre, al igual que en agosto, la producción de carne vacuna aumentó con relación a un año atrás (+ 31.000 tn r/c/h) y, adicionalmente, los volúmenes exportados volvieron a disminuir (-3.500 tn r/c/h), merced a la continua pérdida de competitividad que viene enfrentando la industria frigorífica, forzando al mercado interno a absorber una creciente cantidad de carne vacuna (+34.500 tn r/c/h).

“La industria frigorífica, al igual que el resto de la producción nacional, está siendo afectada por el persistente deterioro del tipo de cambio real, pero enfrenta la necesidad de mantener el nivel de utilización de la capacidad instalada, lo que provoca el sobreabastecimiento del mercado interno”, acusa la entidad .

Es cierto que el deterioro del tipo de cambio real está explicado por la debilidad del dólar a nivel internacional, lo cual es producto de la política monetaria expansiva que viene implementando el Sistema de la Reserva Federal de EE.UU. en los últimos tiempos (tasas de interés nominales cercanas a 0% y provisión casi irrestricta de liquidez). Pero, en una economía que está operando casi al máximo de sus posibilidades, el gobierno argentino está profundizando el problema a través de la expansión del déficit presupuestario (financiado con creciente emisión monetaria), lo que se traduce en una mayor presión inflacionaria.

Recomendaciones y utopías

En el contexto actual “sería recomendable que, entre otras medidas, el gobierno nacional encarara una reforma integral de la política fiscal, que transformara el déficit en superávit y que utilizara el excedente fiscal para sostener el tipo de cambio nominal y real en un nivel elevado (y superior al actual), contrarrestando de esta forma los efectos negativos de la política monetaria expansiva que viene implementando EE.UU”, propone la entidad. “Adicionalmente, debería revisarse la estructura impositiva para otorgarle un sesgo pro agregación de valor en origen. Esto es, adoptar medidas que contribuyan a recomponer el tipo de cambio efectivo para la exportación de cortes vacunos”, agrega. Y, por último, “debería volver a prevalecer la racionalidad en materia de gasto público, comenzando por el restablecimiento de los precios relativos de los bienes y servicios públicos, de forma tal que la producción local tenga sentido y que el derroche no sea una opción para los consumidores”, se ilusiona finalmente.

“Claramente, esto constituiría un cambio esperanzador para toda la economía. Pero, lamentablemente, las probabilidades de que el gobierno nacional modifique voluntariamente y a tiempo la política económica actual parecen mínimas. En consecuencia, el sector frigorífico vacuno, así como los demás sectores económicos, enfrentará desafíos cada vez más complejos para mantenerse en funcionamiento.

Al considerar los primeros diez meses del año, se produjeron 71.126 tn r/c/h más de carne vacuna (3,4%) y se exportaron 61.663 tn r/c/h menos con relación a enero-octubre de 2011 (-28,7%; -74,8% con relación a igual lapso de 2005).

Cerrando las fronteras

La retracción de los negocios de exportación hizo que el volumen total certificado por el Senasa a lo largo del año que está por finalizar resultara sólo mayor al registrado en el mismo lapso del crítico 2001 (14,8%), cuando la mayoría de los mercados externos bloqueó el acceso a la carne vacuna argentina, a raíz de la reaparición de focos de fiebre aftosa en el rodeo nacional. Como consecuencia de lo expuesto, la participación del consumo interno en la oferta total de carne vacuna llegó a 92,9% en los primeros diez meses del año, cuando un año atrás era de 89,6%. A la inversa, las exportaciones vieron disminuir su importancia relativa de 10,4% a apenas 7,1% entre los períodos considerados (este último guarismo sólo fue comparable con el registrado en los primeros diez meses de 2001, cuando llegó a 6,4%).