Inseguridad

Maniatados y en el piso

En las últimas horas, dos hogares de la ciudad fueron blanco de asaltantes. Uno se ubica en barrio Sur y el otro en Guadalupe.

De la Redacción de El Litoral

Dos casas de nuestra ciudad fueron asaltadas en las últimas horas por delincuentes que redujeron a sus víctimas, maniatándolas y tirándolas al suelo.

En el sur

El primero de los incidentes ocurrió el jueves por la tarde en una vivienda de calle Moreno al 3300, donde vive Enrique Blank (de 68 años) junto a su hermana Nélida (de 70). Hace 29 años que residen en el lugar y nunca habían pasado por una situación similar.

Enrique repara máquinas de coser desde hace más de 40 años y tiene el taller en una de las habitaciones que da a la calle.

“Eran aproximadamente las 16.30 y yo estaba trabajando cuando un sujeto, desde la vereda, me golpeó el vidrio de la ventana. Le dije que estaba muy ocupado y que no podía atenderlo. Me mostró una máquina y me suplicó que se la mire para ver qué problema tenía. A mí me gusta mucho mi profesión, así que finalmente le abrí la puerta”, recordó Enrique Blank.

En ese momento, atrás del hombre que tenía la máquina entró velozmente otro que tomó al dueño de casa por el cuello, lo dobló y lo arrojó al piso. “Primero pensé que era una broma macabra, pero cuando me amordazaron y me ataron las manos atrás con una cinta adhesiva ya no tuve dudas de que era un asalto”, contó.

En total, tres delincuentes ingresaron a la vivienda. Uno quedó con Enrique y los otros dos subieron a la pieza, donde estaba Nélida, que también terminó en el piso, maniatada.

“Pensé que nos iban a matar -dijo Enrique-, porque pedían dinero o cosas de valor, y acá no tenemos nada de eso. Revolvieron toda la casa, nos dejaron toda la ropa desparramada, pero afortunadamente no nos lastimaron. Todo duró 15 minutos, aunque me parecieron siglos”.

Enrique Blank todavía caminaba con dificultad esta mañana, por una lesión que sufrió durante el ataque y por la que está tomando una medicación analgésica.

En Guadalupe

En horas de la noche de ese mismo día, una vecina de Guadalupe fue víctima de un golpe similar.

El asalto tuvo lugar en un inmueble de calle Larrea al 500. Dos ladrones altos y de buen aspecto doblaron los barrotes de una reja, accedieron al patio delantero y sorprendieron acostada en una pieza a la dueña de casa, de 73 años.

La mujer fue inmediatamente maniatada con una soga que había en el jardín. “Eran aproximadamente las 20.50 cuando los vi. Me ataron, me tiraron al piso y me arrojaron una colcha encima. Me ‘dieron vuelta’ la casa. Buscaban dinero y joyas... Billetes encontraron pocos, porque no había, pero alhajas se llevaron muchas, como medio cajón. Eran de mi madre y tenían gran valor no sólo monetario, sino también afectivo”, narró la mujer.

“Les dije que se llevaran lo que quieran -agregó-, pero que no me hagan nada... tenía terror de que me golpearan. Por fortuna, no lo hicieron”.

Finalmente, los asaltantes se dieron a la fuga con unos pocos pesos, muchas joyas y un juego de cubiertos que estaba destinado a un regalo de casamiento.

Minutos más tarde, la mujer logró zafar de sus ataduras con los dientes y pedir auxilio a un vecino que llamó a la policía.

“Es la primera vez que me pasa algo así y hace 21 años que vivo en este lugar”, concluyó.