Eruca Sativa

Tres son multitud

Mientras disfruta del favor del público y la prensa, el trío cordobés presenta su último disco, calentando todos los escenarios.

Mientras disfruta del favor del público y la prensa, el trío cordobés presenta su último disco, calentando todos los escenarios.
 
Mientras disfruta del favor del público y la prensa, el trío cordobés presenta su último disco, calentando todos los escenarios.
Mientras disfruta del favor del público y la prensa, el trío cordobés presenta su último disco, calentando todos los escenarios.

Brenda Martin, Gabriel Pedernera y Lula Bertoldi, sacudiendo la tarde del Cosquín Rock 2013. Fotos: IAA

Ignacio Andrés Amarillo

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Eruca Sativa, el power trio cordobés integrado por los mediterráneos Gabriel Pedernera (batería y coros) y Brenda Martin (bajo y coros), y la sunchalense Lula Bertoldi (guitarra y voz) vienen arrasando en la consideración de crítica y público, con sus tres discos y sus calientes shows.

Mientras siguen girando por el país, presentando “Blanco”, su tercer disco, pasaron el aeródromo de Santa María de Punilla para integrar la grilla del segundo día del Cosquín Rock. Allí, en la tarde cordobesa, El Litoral dialogó con los artistas sobre su presente artístico.

Superación

—Otra vez banda ganadora de la encuesta del “Sí!” de Clarín, con disco nuevo... ¿Ya es un peso, o un halago?

Lula: —Bueno, está buenísimo el reconocimiento de la gente, porque es una votación. Lo tomamos como eso: más allá de decir “ganamos”, es sentir el apoyo de la gente. No estamos muy de acuerdo con la nominación en puestos de ninguna forma, en ningún tipo de arte; pero nos mueve por la gente que nos votó y por el medio que posibilita esa interacción.

Es una responsabilidad enorme, porque tenés que demostrar que realmente te merecés estar en ese lugar, al menos con la gente que te ha votado.

—Igual, con “Blanco”, revalidaron las credenciales... Casi que con la versión de “Amor ausente” (de Facundo Toro) sola... Si les faltaba algo para ser “La Aplanadora” era meterse con el folclore...

Gabriel: —Está bueno porque las canciones a veces tienen eso: que no importan de quién sean: si están buenas, y suenan bien, y el intérprete vocal (en este caso Lula, que hizo una interpretación magistral) logra transmitir lo que el compositor quiso, es cuando la canción funciona.

En la grilla

—Ahora, ¿no va siendo tiempo de tocar más tarde en Cosquín, siendo además el crédito local?

Brenda: —Puede ser un poquito más tarde... En principio cuando supimos que estábamos terceros en la grilla nos pareció que era bueno, que podía estar bien, que era el mismo horario que tuvimos el año pasado; y que esta vez capaz podía venir más gente. Está bueno también colaborar con el festival y traer la gente uno, no querer tocar más tarde.

Lo que pasó es que hubo muchas más bandas que el año pasado en el escenario principal. Por suerte, quedamos cuartos, así vamos subiendo de a un escalón. Pero si se sigue agregando bandas vamos a tocar a las cinco de la tarde y vamos a estar en el lugar ocho.

Gabriel: —Hicimos una entrevista con José Palazzo y dijo que nos pedía disculpas públicamente por el horario, porque a él le hubiera gustado más tarde. Y más allá del horario está bueno que nos llamen, que tengan en cuenta y que seamos un grupo importante para ellos, que nos pongan en este escenario a tocar con estos grupos, en el mismo escenario donde tocaron genios de la música, como Fito (Páez), Charly (García) o Pedro (Aznar), para nosotros es un premio.

Punto de quiebre

—Volviendo a “Blanco”, ¿Qué significa este tercer escalón en la carrera?

Brenda: —Fue muy importante en este disco grabar juntos, tocando en vivo los tres, creo que marca un antes y un después. Porque grabando de la otra forma (las batas, los bajos y así) podíamos escucharnos nosotros mismos habiendo grabado el disco, pero no las canciones interpretadas por nosotros: es una sensación que está buenísima. Y poder elegir la toma más que por la perfección de la misma por lo que nosotros sentimos cuando la tocábamos. No creo que tengamos vuelta atrás en eso: vamos a grabar siempre en vivo.

A nivel de las canciones, la pasamos muy bien mientras estuvimos componiendo. Llegamos a un momento en el que los tres sentimos que tratamos de cerrar una etapa, esta trilogía que teníamos planeada de hace un tiempo, y empieza algo nuevo. Y tiene que ver con algo que no conocemos, evidentemente, porque está en el futuro. Pero es muy interesante que vayamos sintiendo lo mismo los tres a la vez.

—El disco está producido por ustedes tres.

Brenda: —Siempre tenemos gente amiga, grandes músicos que nos dan su visión, pero creo que nuestro productor es la intuición: si nos cierra, está bien. Por el momento, estamos explorando por ese lado, de nosotros ir maquillando las canciones, armándolas y dándoles forma. Nos admiramos mucho entre los tres, y confiamos mucho en la opinión del otro: eso hace que sepamos que somos muy objetivos trabajando en función de las canciones.

Objetivos

—¿Esa síntesis lleva mucha pelea o va saliendo consensuada?

Lula: —Hay de todo.

Brenda: —Habría que ver la unidad de medida de la pelea. Porque por ahí nos peleamos una sola vez, pero muy intensa (risas).

Lula: —La síntesis a la que hemos llegado es dejar un poco de lado esos egos de artista que uno siempre tiene (no es que desaparecen) para buscar algo en común que es la canción, que es para lo que estamos trabajando: para el disco, para la banda. Cuando eso empieza a ponerse encima de todo ya son mucho más objetivas las opiniones, porque hay un objetivo en común que es que trabajar para que esa canción cumpla su fin, que es comunicar un sentimiento, un mensaje.

Es muy difícil llegar a eso en una banda: si fuéramos como los Auténticos Decadentes, que son 15, la verdad es que sería bastante difícil. Entre tres es más fácil.

—De estrofa en estrofa...

Lula: —Vamos negociando.

—¿Hay bloques?

Lula: —Con Brenda somos más pasionales y chocamos mucho, y Gaby hace el mediador.

Brenda: —Depende, a veces nos complotamos en contra tuyo.

Lula: —Eso es cierto.

—Lula pierde siempre...

Brenda: —No... (risas).

Voz en cuello

—¿Qué entrenamiento vocal tenés para forzar la voz sin que te perjudique?

Lula: —Me lo preguntan mucho, y si doy clases. No doy clases vocales (sí de guitarra) porque no sé; me he hecho muchos estudios para ver qué hago con la voz, y todavía no entiendo. Tampoco la fuerzo, es una fuerza que viene de la panza. Los médicos aún no comprenden cuál es.

Gaby: —Se hace gárgaras con clavos...

Brenda: —Aclaro lo del complot: así como ella es muy pasional, así como la ves en el escenario, que te empiece a gritar así en la sala... (risas). Es ese impulso que tiene, él y yo somos más fríos para algunas cosas.

Lula: —Brenda o yo (que somos las que más componemos), logramos sacarnos un poco los filtros (uno es muy autocensurador) y llevamos lo que hay. Tratamos de eliminar ese proceso previo. Entonces los otros opinan y dicen: “Realmente es malísimo” o “Está bueno”, o “Sirve esta partecita”.

A medida

—¿Están usando instrumentos de luthería?

Lula: —Sí, estamos trabajando con un luthier que se llama Alejandro Baccaglioni, de Buenos Aires, que hace todos los instrumentos de cuerda que tenemos arriba del escenario.