EDITORIAL

Agresiones y trabas contra el periodismo

 

Durante todo el año pasado, se registraron en el país 172 casos de ataques a la prensa, lo que implicó un incremento del 41 % respecto a lo sucedido en 2011. Así se desprende del informe del Programa de Monitoreo que acaba de ser presentado por el Foro de Periodismo Argentino.

 

El mismo relevamiento plantea que la actividad política a nivel municipal, provincial y nacional, sigue siendo el factor más hostil hacia los comunicadores. Según Fopea, en todos los niveles de gobierno, y más allá de las fuerzas políticas que integren, existen funcionarios que no respetan el ejercicio profesional del periodismo.

El problema se agrava en el interior del país y, sobre todo, en localidades pequeñas. De acuerdo con el relevamiento del Monitoreo, el año pasado se registraron 27 casos en provincia de Buenos Aires, 22 en Ciudad de Buenos de Buenos Aires, 15 en Santa Fe, 11 en Misiones y Córdoba, 9 en Río Negro y La Rioja , 7 en Salta, Entre Ríos, La Pampa y Jujuy.

Las agresiones no sólo consisten en restricciones al acceso a la información, censura u hostigamientos judiciales. De hecho, el 26 por ciento de los casos de ataques denunciados y comprobados durante 2012 fueron agresiones físicas y psíquicas. El 22 por ciento, amenazas, en algunos casos de muerte. El 17 por ciento, atentados contra la propiedad.

La situación se agrava año tras año, frente a un poder que incrementa su intolerancia ante las críticas o las investigaciones periodísticas.

Pero el informe de Fopea no fue la única señal de alerta producida durante las últimas horas. En este sentido, la Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (Adepa) acaba de emitir un comunicado bajo el título de “La prensa y el mensaje de Francisco” en el que además de celebrar la designación de Jorge Bergoglio como Papa, plantea su preocupación por la asfixia que el gobierno intenta generar en el ingreso de recursos de los medios que no le resultan afines.

El último avance del poder político en este sentido, se produjo con las restricciones impuestas a cadenas de supermercados respecto de la publicidad de ofertas en la prensa escrita. Dicho sector representa para los diarios uno de las principales fuentes de ingresos.

Se podría argumentar que la prohibición alcanza también a los medios afines al discurso del gobierno. Sin embargo, dichos medios se sostienen con la publicidad oficial que les garantiza la continuidad sin mayores sobresaltos.

“El mensaje del papa Francisco no puede ser más propicio en una época en que la Argentina vive afectada por una crispación política que socava la posibilidad de convivir armónicamente, como desea la inmensa mayoría de los argentinos”, añadió Adepa.

Las trabas a la autonomía económica impuestas a un amplio sector de la prensa apunta, en realidad, a dificultar la independencia editorial de dichos medios. Los perjuicios exceden los intereses empresariales, llegando afectar a los ciudadanos que tienen el derecho a recibir información y opiniones diversas que les permitan hacer sus propias evaluaciones de la realidad del país.