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Un aeropuerto hecho por santafesinos fue elegido como el mejor del mundo

 

Cinter construyó la terminal aérea, que se impuso a las de Bodrum (Turquía) y la Terminal II de San Francisco (Estados Unidos). El diseño fue del arquitecto uruguayo Rafael Viñoly.

 

De la Redacción de El Litoral

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El Aeropuerto Internacional de Carrasco fue elegido como el mejor del mundo, en un concurso internacional organizado por el sitio estadounidense www.architizer.com, especializado en obras de arquitectura y uno de los más prestigiosos del mundo.

La terminal aérea uruguaya fue construida por la empresa santafesina Cinter -ubicada en el Parque Industrial de Sauce Viejo- y se impuso tanto en la votación del jurado como en la hecha por el público, unas 1.560 mil personas de todo el mundo. Sólo 14 obras, entre las 156 finalistas, lograron la doble distinción.

El obra fue diseñada por el arquitecto uruguayo Rafael Viñoly y superó en el concurso a los de Bodrum (Turquía) y la Terminal II de San Francisco (Estados Unidos). Tiene un diseño vanguardista, inspirado en formas aeronáuticas, que no reconoce antecedentes similares en la región.

El aeropuerto tiene una superficie total de 45.000 metros cuadrados, dividido en dos niveles principales: la planta baja para pasajeros que arriban y el primer piso para las partidas. Además cuenta con una importante terraza, y con 8 puertas de uso simultáneo para embarque remoto y fijo, más 4 puentes fijos para el desembarque de viajeros.

Cuenta con 4 mangas telescópicas y 44 posiciones de check in equipados con Cute (sistema de mostradores intercambiables). La planta baja dispone de 3 cintas de reclamo de equipaje, 24 mostradores de migraciones (12 en arribos y 12 en partidas), 1.200 plazas de estacionamiento vehicular, el doble que la actual, y 100.000 metros cuadrados de nueva plataforma comercial.

Para lograr las geometrías planteadas por este proyecto, Cinter debió producir más de 32.000 elementos estructurales de acero diferentes, lo que convierte a esta obra en un verdadero desafío tecnológico.

Tal como lo definió el creador del diseño, el arquitecto Rafael Viñoly, su característica más saliente tal vez sean los enormes espacios y la luz natural a través de una superficie vidriada de 8.000 metros cuadrados en su parte superior.

La nueva terminal, que supuso una inversión de U$S 165 millones, es casi cuatro veces mayor que la anterior y tiene capacidad para mover a 3 millones de pasajeros al año.