Con Morant y el Puma, la cosa va tomando color...

Colón clonó goles

Colón clonó goles.

Los 11 sabaleros que se divirtieron en el Parque y gritaron victoria por segunda vez consecutiva. Foto: Agencia Rosario

Emanuel Gigliotti metió 19 goles desde su llegada a Santa Fe y hace que no se extrañe al Bichi Fuertes, ídolo, artillero y gran figura de la historia sabalera. Los dos que hizo le dieron la gran victoria a los sabaleros

 

Enrique Cruz (h)

(Enviado Especial a Rosario)

Es tremendo lo de Gigliotti. Lleva 19 goles en la temporada y faltan 11 partidos para terminarla. El promedio de gol es superior al del indiscutido y admirado Esteban Oscar Fuertes. Y lo mejor de todo es que en la mayoría de los partidos que marcó, Colón terminó ganando o empatando. Es tremendo lo de Gigliotti, porque aparece cuando más se lo necesita. Podrá errar (¡¿qué goleador no yerra?!), pero la mete en el momento indicado, como ante Tigre. O como ayer en el imponente Coloso del Parque, en un partido “chivo”, difícil, ante un rival que siempre tuvo más tiempo la pelota. Pero del otro lado estaba Gigliotti, que tuvo tres o cuatro minutos de furia goleadora. Incluso, en medio de los dos goles tuvo otra que no lo fue de casualidad. Impresionante lo de Gigliotti.

¡Cómo es el fútbol! Creo que lo más importante es ser eficaz. Los partidos se ganan o se pierden adentro de las áreas. Es tan claro como sencillo de entender. Se habla mucho del volumen de juego y de tenencia de pelota, cosas que se pueden aceptar como estrategia de juego y hasta como sistema de defensa. No reniego de aquellos que dicen que la mejor receta defensiva es hacerlo con la pelota, sin regalarla y tratando de dársela siempre a un compañero (que si está bien ubicado y solo, mejor). Pero hay que ser claros, precisos y contundentes en las áreas, tanto defendiendo como atacando. Y esto fue Colón en el Parque. Práctico y eficaz. Tuvo a Gigliotti en el área de enfrente y mejoró mucho en defensa.

¿A qué jugó el Flaco?

Hay cosas de Morant que empiezan a verse con muy buenos ojos. En primera instancia, lo que más importa es que ganó los dos partidos que dirigió. Pero el hecho de haber convertido “dos goles y medio” por jugadas de pelota quieta, trabajadas en la semana, ya movilizan al elogio. ¿Por qué “dos goles y medio”?, porque uno fue el de Curuchet ante Tigre, el otro fue el primero de Gigliotti en el Parque y el “medio” fue el de Prediger, que arrancó en un córner que se abrió y en un toque hacia adentro de Romero que capitalizó el volante para convertir su tanto.

¿A qué juega su equipo?, todavía no se puede descifrar rotundamente. Entre la postura para enfrentar a Tigre y la de ayer hubo diferencias. Contra Tigre se salió a atacar y a pegar golpe por golpe, más allá de que a la pelota también la tuvo más el equipo de Victoria. Pero ayer fue distinto. El Flaco paró al equipo 15 ó 20 metros más atrás, achicando espacios cerca del área de Pozo y saliendo rápido por los laterales. Por momentos, dio la sensación de un repliegue casi exagerado y hasta peligroso. Pero le salió bien por una cuestión sencilla y fundamental: Morant consiguió un mejor escalonamiento defensivo y un mejoramiento que lo llevó a jugar el partido más sólido en defensa del año.

Las diferencias entre el Colón de ayer y el de la primera fecha ante Lanús, por ejemplo, o el del partido con Estudiantes, fueron rotundas. Además, lo hizo ante un equipo que atacó siempre con tres delanteros, que puso a Scocco —por el cual todos reclaman selección— más de media hora en la cancha, que abrió siempre hacia los costados, que no tiró tantos pelotazos frontales sino que metió permanentes cambios de frente buscando las espaldas de los laterales sabaleros (bien Castillo y mejorado Urribarri).

Curuchet y Gigliotti no habían aparecido en el partido hasta que el goleador tuvo esos cuatro minutos de furia. Ahí estaba para dejarlo a Curuchet y plantear un partido de contragolpe, pero Morant quiso asegurar un poco más de tenencia con Moreno. Quedaba Luque para el desborde, pero el pibe había hecho un desgaste importante en el retroceso y tuvo que salir (fue interesante lo de Urribarri cuando pasó al medio y entró Caire a jugar de marcador por izquierda) y por último metió a Bastía para darle aire y marca al mediocampo (los dos volantes centrales estaban amonestados).

 

 
 
Colón clonó goles.

Ésta pudo ser gol de Prediger. Robó la pelota en tres cuartos de cancha, dejó un rival en el camino y llegó la pierna salvadora de Heinze para tapar el remate. Foto: Agencia Rosario

 

La reconstrucción

Morant llegó a un equipo que estaba en ruinas. Trabajó en lo anímico y en lo futbolístico. Eligió primero un esquema más abierto para jugar ante Tigre y después decidió cerrarlo un poco más para enfrentar a Newell’s. La impresión que uno se llevó del Parque, es que la idea fue regalar terreno y pelota para salir rápido de contra por los costados. Si ésa fue la estrategia, eligió bien los intérpretes, porque Graciani y Luque son encaradores. Ocurre que los dos tuvieron que trajinar mucho para recuperar posiciones, el arco rival les quedó bien lejos y cuando encararon se encontraron con un Newell’s de pressing asfixiante, que les impuso superioridad numérica cuando recibieron la pelota.

Está claro que hay que seguir trabajando, que hay que potenciar el funcionamiento y que hay que mejorar. Varios jugadores que venían mal ahora están bien (Raldes y Pellegrino hicieron un buen partido, Bernardello es muy correcto en todo lo que hace y los pibes aportan lo suyo). Tiene a un Gigliotti encendido y voraz. Los resultados ayudan para ganar en confianza y también para desactivar infundados miedos vinculados con un promedio que Colón mantiene en un nivel que no da para sustos ni para inquietarse. Pero además, el Flaco es consciente de que no se puede armar un buen equipo sobre la base de una mala defensa o de un sistema desequilibrado. Por eso, hay indicios que marcan una tendencia: trabajar sobre la solidez del medio hacia atrás.

Decisión arriesgada, difícil y convincente

Cuando renunció Sensini y la gente se enojó con los dirigentes (personificando en la figura del presidente), con los jugadores y con el técnico, hubo que tomar una decisión clave y complicada. Colón estaba último, se despedazaba en lo futbolístico y el clima estaba caliente porque el corazón de la institución es el fútbol. Era el momento de tomar una decisión clave. Y si bien se barajaron nombres y hasta hubo algunos contactos, algo quedó siempre en claro: el que viniera debía adecuarse a un proyecto deportivo que Colón, guste o no, está llevando a cabo desde hace tiempo y que genera estas apariciones en la primera (Curuchet, Castillo, Luque, Mugni, Graciani, Bailo, Conti, etcétera) más una actuación relevante de la reserva, constituida por chicos de inferiores y no por los profesionales suplentes de la primera.

Colón clonó goles.

Era una decisión que se tomaba a corazón abierto. Traer a Fossati, Falcioni o Arruabarrena, por nombrar sólo algunos, hubiese sido una receta más “segura”. Pero en fútbol nadie puede garantizar nada (y si no, fijarse lo que pasa en Boca con el incansable ganador llamado Carlos Bianchi). Y se apostó acertadamente —con los riesgos del caso— a un técnico de la casa con un cuerpo técnico también de la casa. Y la cosa arrancó bien, porque el “Flaco” reconstruyó el equipo, puso a Castillo, a Bailo, a Luque, a Graciani, a Curuchet, a Mugni, lo llevó a Conti al banco, sacó resultados, lo mejoró en lo táctico y estratégico y hasta hizo goles en jugadas preparadas y ensayadas en la semana.

Había que poner coraje y confiar. Ésa es la clave. Confiar. Hay que creer más en lo nuestro. Y Colón sabe de esto. ¿O acaso Mario Sciacqua no fue el técnico más exitoso después de Mohamed en los últimos tiempos?

Bernardello hizo otro buen partido, llegó a la quinta amarilla, no jugará ante Vélez y se fue ovacionado por las dos hinchadas (jugó en Newell’s). Foto: Télam

¿Por qué Flaco?

  • Después del partido, Pablo Morant dijo que “me considero un entrenador interino porque dejaré de serlo cuando tenga la chance de armar el equipo con los dirigentes y de hacer una pretemporada”.
  • Respetando el sentimiento de Morant, la realidad indica lo contrario. Los dirigentes han confiado en él y hoy es el técnico de Colón con amplias facultades para desarrollar su trabajo.
  • Es obvio que, como cualquier entrenador, dependerá su suerte de los resultados. Si el equipo anda bien y suma, Morant estará en carrera para continuar en la temporada que viene y hacer lo que pretende: armar el plantel y hacer una pretemporada. Esto también echa por tierra con algunos rumores que llegan de Capital Federal y que sindican a Pepe Romero como el futuro entrenador de Colón.
  • Hoy, en Colón están muy conformes y contentos con Morant, porque su respuesta no hizo más que ratificar la decisión de los dirigentes al darle el cargo de entrenador.

síntesis

Newell’s 1

Colón 2

Cancha: Newell’s.

Árbitro: Juan Pablo Pompei.

Newell’s: Peratta; Veloso, Ortiz, Heinze y Cristian Díaz; Orzan, Mateo, Bernardi; Muñoz, Urruti y Tonso. A.S.: Guzmán. Estuvieron en el banco: Vergini, Casco y Villalba. D.T.: Gerardo Martino.

Colón: Pozo; Castillo, Pellegrino, Raldes y Urribarri; Graciani, Bernardello, Prediger y Luque; Curuchet y Gigliotti. A.S.: Bailo. Estuvieron en el banco: Conti, Mugni y Achucarro. D.T.: Pablo Morant.

Goles: en el segundo tiempo, a los 7 min Gigliotti (C), a los 11 min Gigliotti (C) y a los 12 min Orzan (NOB).

Cambios: en el segundo tiempo, a los 11 min Scocco (NOB) por Urruti; a los 11 min Moreno y Fabianesi (C) por Curuchet; a los 16 min Figueroa (NOB) por Mateo y Hachen (NOB) por Muñoz; a los 25 min Caire (C) por Luque y a los 36 min Bastía (C) por Prediger.

Incidencias: a los 35 min del segundo tiempo fue expulsado Pablo Morant, entrenador de Colón.

Amonestados: en Colón, Bernardello y Gigliotti.