En el Senado hay dos bloques justicialistas, en Diputados 10

PJ: todos hablan de unidad pero sólo para definir listas

En el justicialismo santafesino, como ante cada elección, vuelve a hablarse de la unidad partidaria. Sin embargo, al ejercer su rol opositor en la Legislatura, se hace evidente otra realidad.

Luis Rodrigo

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Tras la renuncia de María Eugenia Bielsa a su banca de diputada provincial, el 27 de febrero pasado, el peronismo santafesino ha vuelto a su debate interno. En las últimas semanas, a un costado de discusiones sobre asuntos nacionales o de la provincia, se pueden encontrar numerosas apariciones de dirigentes del PJ que llaman a la unidad partidaria con vistas a las elecciones de este año.

El primero en reclamar unidad fue el diputado nacional Agustín Rossi. Lo hizo antes del (calculado) portazo de la arquitecta Bielsa, quien no ahorró críticas a sus pares del peronismo, dentro y fuera de la Cámara Baja de la provincia. “La unidad se construye todos los días y no al momento de armar las listas, como pretende Agustín Rossi”, dijo al abandonar la banca.

Unos días después, cuando el cimbronazo parecía haber terminado, hubo una polémica entre el diputado nacional Jorge Obeid y su par Oscar Martínez en los que -entre palos y reproches- abundaron los llamados a la unidad.

El dos veces gobernador agregó un condimento fuerte a su propuesta: subrayó que busca la unidad del PJ “a pedido de Cristina”, tras reunirse con la presidenta.

“No tiene sentido armar listas y salir terceros”, dijo Obeid, que también había recibido -durante la segunda semana de marzo- críticas desde otro sector: el Movimiento Evita.

El diputado provincial Gerardo Rico, jefe de ese sector, pidió también unidad, pero sobre todo puertas adentro del kirchnerismo. El mensaje fue para Agustín Rossi, Omar Perotti, Alejandro Ramos y también María Eugenia Bielsa.

En apoyo de Obeid, días atrás, otro diputado provincial dijo que lo necesario es la unidad “de todo el peronismo”. Mario Lacava le respondió a Rico que “Cristina quiere que presentemos una lista única que nos englobe a todos”.

No fue diferente de lo que expresó la diputada nacional Celia Arena, del Frente para la Victoria: “El peronismo de Santa Fe necesitará ser generoso y construir la unidad”, observó.

Contracara

El discurso de la unidad tiene su contracara en ambas Cámaras, donde el justicialismo ejerce un rol opositor clave, ya que dispone en sendos recintos de la mayoría.

En el Senado santafesino, dos bloques van a marcar el año legislativo. Hasta ahora ha sido la Cámara de origen elegida por el gobernador Bonfatti para la sanción de las leyes que necesitó.

Hay una novedad, dentro del equipo de once senadores, en 2013 la mayoría ya no es kirchnerista, sino sciolista.

Cuando se pregunta de quién es tal o cuál senador, la respuesta -entre bambalinas- suele ser “de su departamento”.

Se dice que son los senadores provinciales los actores políticos del justicialismo que con más velocidad “captan el sino de los tiempos”; los que con más olfato huelen el aire de los liderazgos en el peronismo y que suelen ser los primeros en acomodar sus velas a la cambiante dirección del viento.

En Diputados los números hablan. La mayoría que logró el PJ santafesino se divide en una decena de bloques, y con tantas divisiones las denominaciones a veces se parecen, tal como ocurría con los sublemas, años atrás. Por ejemplo, hay cuatro bloques que incluyen las palabras “del Frente para la Victoria”, pero no hay un bloque del FPV.

En Diputados, la salida de María Eugenia Bielsa no ha cambiado las cosas. Sus solitarias acusaciones sobre la connivencia de sus pares para con el gobierno provincial no han incomodado a nadie de entre sus ex compañeros de lista.

La constelación de bloques peronistas, dentro y fuera del PJ (hay diputados del PRO justicialistas) crea dificultades para que haya posiciones partidarias únicas en Diputados. Les cuesta acordar, incluso para oponerse.

Números no tan absurdos

2,8. Ese es el resultado de dividir 28 sobre 10. El número de bancas del PJ en Diputados sobre el de los bloques en que se ha dividido el justicialismo da ese políticamente incorrecto, pero matemáticamente certero, coeficiente para medir la proclamada unidad justicialista en la Cámara Baja de la provincia.

5,5. Tampoco da un número entero el mismo juego aritmético al sopesar las 11 bancas justicialistas del Senado divididas en (sólo) dos bloques. El cálculo es arbitrario, pero no tanto si se trata de señalar qué Cámara es más poderosa.

11: 5 + 6. Según sus distancias y proximidades con el kirchnerismo (o si se prefiere, ahora con el sciolismo) se suman los senadores de la oposición. El bloque que en el Senado tiene la mitad más uno de los justicialistas desde este año respalda al gobernador bonaerense. De todas formas, en una y otra línea, como siempre, hay históricos y repentinos; de cuna y conversos.

¿-1+1: 0?. A María Eugenia Bielsa se atribuyen los votos que le dieron al peronismo la mayoría en la Cámara de Diputados. Su nombre y su foto encabezaron la lista ganadora. Su renuncia del 27 de febrero y la jura de un nuevo diputado, al día siguiente, ¿dan en política un resultado tan neutro como en matemáticas?