Tribuna política

Con lo que nos debe la naciÓn se podría ejecutar el Plan Director

Leonardo Simoniello (*)

En la actividad política, para quienes ejercemos responsabilidades institucionales, existen tiempos para planificar, prevenir y advertir; otros para actuar, gestionar la coyuntura y la necesidad; y por último, momentos para poner una mirada crítica sobre lo actuado y aprender de los aciertos y errores.

Por eso, pasadas las cuestiones más urgentes que debían atenderse a raíz de un evento climático como el ocurrido el jueves 11 de abril, corresponde que evaluemos y reflexionemos, tanto sobre la lluvia como sobre el contexto en que se dio.

Fueron precipitaciones que nos encontraron a los santafesinos entre gestos de solidaridad con los vecinos de La Plata, del conurbano bonaerense y de Buenos Aires; y el recuerdo ineludible que esas imágenes tenían en nuestra sensibilidad, evocándonos un pasado reciente y doloroso. Pocos días después, lluvias de magnitud nos golpearon a nosotros también casi de igual modo, porque debemos destacar que la cantidad de milímetros de agua caída en tan poco tiempo, fue muy parecida a la ocurrida en la ciudad de Buenos Aires.

Una lluvia que, a su vez, nos encontró en una situación de desigualdad con otras provincias y ciudades. No estamos mendigando recursos, sino que reclamamos lo que nos corresponde a los santafesinos por derecho propio: la Nación debe desde 2006 hasta la fecha, a la provincia de Santa Fe, 15.455 millones de pesos de una reducción de un 15% de la coparticipación, que es ilegal e ilegítima. Monto al que se suman a 1.968 millones de pesos de deuda por el incumplido convenio con la Caja de Jubilaciones. Existe una deuda mayor a 17.000 millones de pesos, cifra de la que corresponderían a nuestra ciudad más de 1.000 millones de pesos. Con esos recursos que nos pertenecen, Santa Fe no solo tendría un Plan Director diseñado y planificado, sino que lo podría ejecutar en toda su extensión.

El fin de semana posterior a las lluvias en La Plata y otras localidades, observamos en Fútbol Para Todos en un canal que termina no siendo del Estado sino de un gobierno que lo utiliza para sus intereses- que se darían ayudas a los vecinos de La Plata y del Conurbano. Y estaba bien. Pero nos preguntábamos sobre el mensaje injusto para los vecinos de Santa Fe, ya que nuevamente la ciudad no estaba en los anuncios de la presidente de la Nación.

¿Por qué los santafesinos; que vivimos las inundaciones de 2003 y 2007 y aprendimos la lección de muchas cosas que teníamos que hacer y estamos haciendo; que con discusión y con puntos de vistas diferentes aprobamos un Plan Solidario donde afrontamos 50 millones de pesos al año para la limpieza de los desagües, una vez más fuimos ignorados por la Nación?

Es una evidente injusticia, sobre la que no vamos a quedarnos de brazos cruzados. Insistiremos desde los consensos que buscamos en el Concejo Municipal, acompañando al Ejecutivo a golpear las puertas y cambiar las ideas de algunos funcionarios que viven en Buenos Aires. Reclamando lo que corresponde, para seguir adelante con el Plan Director y con las iniciativas que contribuyan a reducir la vulnerabilidad a las inundaciones, con ideas como por ejemplo, la Ordenanza de Reguladores Pluviales que impulsamos en el Concejo.

La madurez de los santafesinos

Por otro lado, es destacable la actitud y madurez de los santafesinos y sus instituciones. En el marco de lo que me toca de cerca, la prudencia y predisposición de todos los miembros del Concejo Municipal, sean del oficialismo o de la oposición, en el terreno de la solidaridad laboral. La mayoría de los Concejales tempranamente se comunicaron para ponerse a disposición en la emergencia. Es importante y vale destacarlo, porque si bien para nosotros parecería normal o común, evidentemente en otras ciudades no fue así.

Asimismo, es para resaltar el liderazgo que asumió la Municipalidad de Santa Fe, a través de su intendente, del Comité de Crisis y de los protocolos establecidos para que cada nivel del Estado supiera qué había que hacer en cada momento; con el acompañamiento del gobierno provincial y el apoyo del Concejo Municipal.

Inmediatamente, el municipio tomó la decisión de la suspender tanto las clases (junto a la provincia ), como la circulación del transporte urbano de pasajeros (hasta determinar cuáles eran las áreas críticas). Se comunicó la premisa de movilizarse solo en caso de extrema necesidad. También, se llevaron adelante los protocolos preventivos, que permitieron coordinar adecuadamente los recursos del Estado y la inmediata puesta en funcionamiento del sistema de bombeo, cuando el alerta meteorológico era inminente.

La contracara fueron actitudes inexplicables. Pudimos ver en algunos medios nacionales, imágenes de la inundación de 2003 como si fueran del 2013. ¿A quién puede interesarle esta situación, sin ningún respeto por el dolor que a los santafesinos nos produce? En el mejor de los casos, fue una actitud irresponsable. Y si se hizo interesadamente, es más aberrante todavía, porque además de golpearnos bajo, pudo preocupar a mucha gente.

Desde la gestión, tenemos fuertes convicciones acerca del rol del Estado y la solidaridad entre los ciudadanos. Y las ponemos en marcha al ejecutar las obras que entendemos impostergables para mejorar la calidad de vida. Como, por ejemplo la extensión de la red de agua potable o las obras de cloacas que se llevan adelante a través de un fondo solidario.

Las obras que los santafesinos podemos encarar desde nuestro bolsillo se están llevando a cabo. Por eso, ante una lluvia de gran intensidad (en momentos, 160 milímetros por hora) el agua comenzó a correr inmediatamente. Es indudable que podemos mejorar muchas cuestiones, que hay cosas que nos falta hacer y que están en nuestras manos, y lo seguiremos haciendo. Pero hay obras que deben realizarse para que la ciudad sea más segura, que están contempladas en el Plan Director, pero que superan en costos a todo el presupuesto municipal. Para ellas necesitaríamos otros recursos, como los que nos adeudan y que debiéramos administrar autónomamente.

Más allá de esto, no cabe duda de que a cualquier vecino que le ingrese un centímetro de agua en su casa es un vecino con una necesidad. Lo reconocemos, por más que digamos que estamos mejorando y haciendo las cosas bien. Un vecino inundado es un problema que debemos solucionar.

Estamos mejor en materia de obras, calidad institucional, de coordinación entre las distintas áreas del Estado. También, tenemos ideas y valores claros, no sólo desde la gestión local sino también por el rol que le toca a las distintas organizaciones de la sociedad civil. Por lo tanto, debemos seguir trabajando en las obras que corresponden y continuar golpeando puertas, buscando la equidad en la distribución de fondos nacionales. El que diga que el problema de la inundación en Santa Fe se solucionará, aún cuando hagamos las obras, no está diciendo la verdad, lo tenemos en claro. Pero, con los recursos que nos corresponden, vamos a tener una ciudad donde cada vez sean menos los vecinos afectados y podamos dar una respuesta cada vez más madura a una geografía que periódicamente nos pone en jaque.

(*) Presidente del Concejo Municipal de Santa Fe

Hay obras que deben realizarse para que la ciudad sea más segura, que están contempladas en el Plan Director, pero que superan en costos a todo el presupuesto municipal.