una ciudad totalmente colapsada
Ariel Durán-Sergio Ferrer
Las consecuencias del accidente ocurrido en la autopista a Rosario empezaron a sentirse en Santo Tomé aproximadamente a las 7.30, cuando las avenidas 7 de Marzo y Luján se vieron atascadas debido a la cantidad de camiones, colectivos, autos y motos que querían cruzar a la capital provincial.
Bocinazos, insultos, mucha gente de mal humor, poco respeto por los demás, bocacalles congestionadas y vehículos que querían ingresar a toda costa a las avenidas troncales, eran el fiel reflejo del verdadero caos en el que se convirtió el tránsito por unas horas, pese al esfuerzo de la Policía Municipal para ordenar el mismo (que de por sí es bastante intrincado todas las mañanas en esas arterias).
Fue tal la situación imperante, que la Municipalidad de Santo Tomé se vio en la necesidad de emitir rápidamente una comunicación en la que se solicitaba encarecidamente a los santotomesinos que evitaran trasladarse a la ciudad de Santa Fe y sólo lo hicieran en caso estrictamente necesario, para no agravar las precarias condiciones de transitabilidad reinante, las que habían llevado al colapso del tráfico vehicular sobre el Puente Carretero (que quedó durante varias horas como única vía de enlace con Santa Fe) y sus accesos transversales.
