Fingió un secuestro

Desopilante aventura

De la Redacción de El Litoral

Un joven de 19 años oriundo de Plaza Clucellas, en el departamento Castellanos, denunció ayer en la comisaría del pueblo haber sido víctima de un extraño secuestro, aunque al cabo de algunas preguntas terminó por confesar que había mentido. En realidad había recibido una golpiza en una casa de campo a la que había ido a beber con otros parroquianos.

En su huida, intentó montar una yegua para retornar al centro, pero ésta lo derribó y en ese estado fue alcanzado por la policía, informaron desde la oficina de prensa de la Unidad Regional V.

Los efectivos de la Subcomisaría 7a. que labraron el informe calificaron el hecho como “falsa denuncia y tentativa de robo”, delitos de los cuales se deduce el “arresto” del impostor, que fabuló una desopilante historia al momento de ser sorprendido en zona de campo.

Visiblemente golpeado en el rostro, el joven llamado Cristian contó que fue secuestrado a las 3 de la mañana del viernes, cuando cuatro personas que circulaban en un automóvil lo sujetaron y lo encerraron en el baúl.

Según consta en la primera versión policial, el muchacho narró que lo maniataron y lo llevaron a un campo, de donde logró huir mientras se producían disparos de arma de fuego.

Pero a poco de iniciada su declaración, comenzaron las contradicciones e incongruencias en sus manifestaciones, hasta que confiesa que nada de eso era cierto.

En cambio relató una historia que aunque curiosa resulta en este caso creíble y que tuvo lugar a la salida del bowling. En vez de regresar a su casa, el joven se fue hasta un campo de la zona a seguir bebiendo con otros conocidos. Pero nublados por la bebida comenzaron una acalorada discusión, que terminó con el denunciante con un golpe en el rostro.

Ofuscado por el castigo, pero también porque se encontraba lejos de su casa, se metió en un campo vecino donde no había cuidadores e intentó montar una yegua que estaba encerrada en un corral.

Tal vez por la falta de destreza criolla, acaso por falta de equilibrio, el joven Cristian terminó de bruces en la gramilla cuando el equino se resistió a transportarlo hasta el pueblo. En esa situación, fue hallado por una patrulla que lo tomó por un ladrón de animales y lo puso bajo arresto.