Preocupante

Dos robos en barrio Candioti

Delincuentes hicieron de las suyas en domicilios de Chacabuco al 1300. En ambos casos se llevaron dinero y alhajas.

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Chacabuco al 1300, entre Güemes y Lavalle. La cuadra donde se consumaron los golpes. Foto: Mauricio Garín

 

Danilo Chiapello

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La peor de las pesadillas se hizo piel en Héctor Capellini (71), un empresario jubilado que la noche del sábado fue víctima de un violento asalto domiciliario.

Eran cerca de las 21 cuando Héctor llegó a su domicilio de Chacabuco 1338 luego de hacer unos trámites personales en la zona del centro.

Tal como es su costumbre, antes de la cena el nombrado decidió darse una ducha mientras su esposa terminaba con algunas tareas de la casa.

Fue en dicha circunstancia cuando la desdicha se hizo presente.

Estando bajo la lluvia de la ducha el empresario fue sorprendido por un sujeto que ingresó al baño con el rostro cubierto y empuñando un arma blanca.

La fantasmal aparición encontró al dueño de casa en la más absoluta situación de indefensión.

Del recién llegado se supo que era un hombre joven, el que ocultó su fisonomía con una prenda de vestir que enrolló en su cabeza.

A punta de cuchillo, el malviviente obligó al empresario a salir del baño y dirigirse hacia uno de los dormitorios. Minutos después sumó al calvario a la esposa del nombrado.

A cada momento, el intruso dio claras indicaciones a sus víctimas para que no lo miren. En simultáneo comenzó a reclamar a viva voz por “el dinero y las armas”.

Los reclamos del malviviente fueron subiendo de tono y a medida que pasaban los minutos las presiones fueron cada vez peores: “¡Si llego a encontrar plata sin que ustedes me digan el lugar..., los mato a los dos!”

Con las víctimas bajo su control, el caco procedió a requisar cada uno de los ambientes de la casa. La revuelta hubo de culminar poco después cuando el sujeto halló algo de dinero. No conforme con lo hecho hasta allí sumó su botín las alhajas que encontró en el inmueble.

Una vez consumado el atraco su autor se retiró del lugar por la puerta principal llevándose consigo las llaves de la casa.

Esta mañana, en diálogo con este diario, Héctor precisó que “el malviviente ingresó por los fondos de la casa. Luego violentó una puerta que da a un patio y desde allí se ganó al interior de la vivienda.

Por último, Héctor reveló que no es la primera vez que es golpeado por la delincuencia. “Ya he sufrido robos anteriores y la verdad es que ya perdí toda esperanza de que esto se solucione”, sentenció.

Por los techos

Pero las malas nuevas no terminaron allí.

Frente a la casa de Capellini se ubica el domicilio de un abogado, el que también fue “visitado” por los amigos de lo ajeno.

En este caso, el robo se consumó en ausencia de sus moradores, los que se anoticiaron de la desagradable sorpresa recién sobre el mediodía del domingo que fue cuando se produjo su regreso.

Un desorden singular en todas las dependencias de la casa fue lo que indicó que los malvivientes habían andado por el lugar.

El o los ladrones llegaron hasta el inmueble por los techos. Desde allí se descolgaron hacia una terraza donde violentaron una abertura que les permitió el acceso a la vivienda.

Una vez en su interior requisaron todo hasta que encontraron dinero. También se llevaron una importante cantidad de objetos de oro.