La gripe en los adultos sanos y el ámbito laboral

Entre un 10 y 20% de los adultos sanos se ven afectados por la gripe y sus complicaciones cada invierno. A nivel laboral, implica un ausentismo promedio de 5 días y altos costos económicos para el empleador. Qué medidas tener en cuenta para prevenirla y cómo reconocerla.

FUENTE. FUNDACIÓN CENTRO DE ESTUDIOS INFECTOLÓGICOS (FUNCEI). ASESORÓ. DRA. HEBE VÁZQUEZ, INFECTÓLOGA, MIEMBRO DE FUNCEI.

 

Con la llegada del invierno, los adultos sanos deben enfrentarse al gran desafío estacional: pasar la temporada sin ser afectados por la gripe. Se estima que la incidencia de esta enfermedad en adultos oscila entre un 10 a 20%, siendo mayor en adultos jóvenes para luego declinar con el aumento de edad.

Es por ello que no resulta curioso que la gripe también se padezca en el ámbito laboral: su mayor impacto en la comunidad es debido a la pérdida de fuerza laboral y los costos que esto conlleva, ya que afecta a una parte importante de la sociedad en etapa laboralmente activa.

En general, la gripe provoca un promedio de ausentismo de 5 días por cada episodio. También se ha descripto que, en aquellos trabajadores que se reintegran a la actividad luego de un cuadro gripal, pueden presentar trastornos en el tiempo de reacción a los estímulos, hecho que es de particular importancia en personal que debe operar máquinas, conducir o manejar instrumentos de precisión.

A esto habría que agregar los costos que esto implica: en Estados Unidos, por ejemplo, se traduce en una pérdida anual de 74.000.000 de días de trabajo y pérdidas económicas de 12.000.000.000 de dólares, por lo que la prevención de la gripe en los trabajadores no debería ser un tema menor para el empleador.

La mejor medida para prevenir la gripe es la vacunación anual: a través de diferentes estudios se comprobó que la eficacia de la vacuna antigripal como método de prevención en adultos sanos es del 70% a 90%, cuando hay una buena correlación entre el virus vacunal y el que circula en la comunidad, y cuando esta correlación es pobre la eficacia de la misma es del 40% a 60%. De acuerdo a diversos estudios de costo-efectividad de la vacuna antigripal en este grupo, se estima que por cada trabajador vacunado se ahorran aproximadamente de 15 a 50 dólares.

Además, la efectividad clínica de la vacuna contra el virus de influenza ha sido valorada en diversos estudios en adultos sanos ya que se demostró que ésta reduce entre un 25% y un 40% los episodios de infecciones respiratorias altas, un 43% los días laborales perdidos por infecciones respiratorias altas, y entre un 40% a 75% de ausentismo por síndrome tipo influenza. Otro de los beneficios que conlleva la vacunación es la reducción de visitas al médico: se ha observado una disminución de más del 40% en las consultas médicas por infecciones respiratorias altas en adultos que se aplicaron la vacuna antigripal.

CÓMO RECONOCERLA

La gripe en los adultos menores de 64 años tiene las mismas características que en otros grupos etarios. La forma de presentación es variada ya que va desde la infección asintomática hasta el típico cuadro caracterizado por fiebre de aparición súbita, tos, cefaleas, mialgias y astenia.

En los adultos sanos, la enfermedad puede manifestarse con escalofríos, mareos, mialgias (dolores) intensas en la región dorsal y los miembros, síntomas en la vía aérea superior (obstrucción y descarga nasal, estornudos) e inferior (tos no productiva, dolor retroesternal), fotofobia, lagrimeo, sensación de quemazón ocular y hasta dolor a la movilización de los ojos.

Si bien estos síntomas pueden ser producidos por otros virus u otros microorganismos, hay ciertos síntomas que son característicos de esta enfermedad. Diversos estudios han demostrado que durante la época de circulación de virus de influenza en la comunidad los pacientes que presentan fiebre de aparición brusca acompañada de -por los menos- un síntoma respiratorio (tos, dolor de garganta, mocos o rinorrea) y un síntoma general (mialgias, cansancio, cefaleas) se correlaciona en un 70% de los casos con diagnóstico virológico de esta enfermedad.

Las complicaciones de la gripe se dividen en respiratorias y no respiratorias. Entre ellas, se cuentan:

- Bronquitis aguda: es la complicación más frecuente y se observa en un 30% de los pacientes con influenza, aunque es más común en aquellos con enfermedades crónicas.

- Neumonía: se ha identificado en hasta el 38% de los pacientes con influenza A y en más del 10% de los pacientes con influenza B. Existen dos tipos de presentación: la neumonía viral primaria y la neumonía secundaria o bacteriana.

- Neumonía primaria o viral: puede observarse como complicación principalmente en los ancianos, en las personas con enfermedades cardiopulmonares y en las embarazadas, pero también puede desarrollarse en adultos jóvenes durante las grandes epidemias.

- Neumonía secundaria o bacteriana: suele aparecer luego de que los síntomas gripales mejoran, habitualmente entre el quinto y el décimo día de evolución del cuadro inicial. Debe advertirse que durante las pandemias, el 30 a 50% de los pacientes con neumonía bacteriana suelen no tener ninguna enfermedad predisponente.

Consejos para embarazadas

Por Dra. Susana Nahabedian, médica especialista en Neumonología y Clínica Médica y miembro de la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria (AAMR).

La influenza o gripe es una enfermedad contagiosa producida por virus respiratorios, que se transmite rápidamente de la persona enferma a la sana cuando tose, estornuda o tocando alguna superficie contaminada y luego tocándose la nariz o boca. Las mujeres embarazadas o que han sido madres recientemente (hasta 6 meses después del parto) también son más vulnerables a tenerla.

La mayoría de las embarazadas que tienen gripe sólo experimentan síntomas leves, sin embargo, pueden asociarse a otras enfermedades graves como la neumonía, que puede requerir internación. Los síntomas de la gripe incluyen: fiebre, tos, escalofríos, cansancio, dolor de garganta, dolor de cabeza, dolores musculares, náuseas y vómitos.

Las medidas de prevención para las embarazadas son las siguientes:

- Lavarse las manos frecuentemente con agua y jabón.

- Evitar o reducir el contacto con personas con gripe y evitar, si es posible, ambientes muy concurridos donde pueda haber personas infectadas.

- Cubrirse la nariz y la boca con pañuelos descartables o con el ángulo del codo al toser o estornudar, tirarlos a la basura, y lavarse las manos después de toser o estornudar.

- Debe evitar compartir alimentos, utensilios o tazas con otras personas.

- Evite tocarse los ojos, la nariz y la garganta.

- Lleve consigo desinfectante de manos (alcohol en gel) y utilícelo con frecuencia durante el día.

- Ventilar los ambientes y permitir la entrada de sol en casas y otros ambientes cerrados.

- No fumar.

- Enseñar a los niños a lavarse frecuentemente las manos en la escuela y hogar.

- La vacunación contra la gripe en mujeres embarazadas y su hijo por nacer los protege contra el riesgo de enfermedad y hospitalización como resultado de la gripe severa.

- La vacuna también proporciona inmunidad para los recién nacidos durante los primeros seis meses de vida.

- Esta vacuna se puede dar en cualquier momento durante el embarazo, cuando la gripe está circulando. Sólo se necesita una dosis.

- Si tiene fiebre superior a 38,5º C después de la vacunación puede tomar paracetamol (no aspirina), tomar líquidos, usar ropa ligera y consultar con su médico.

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