En su cuarto día de visita

Francisco conquistó a Varginha

Tras recibir las llaves de Río de Janeiro y bendecir las banderas de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de 2016, el Papa visitó la favela, donde dijo que “nadie puede permanecer indiferente ante las desigualdades que existen en el mundo”.

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Francisco recorrió la favela con el papamóvil y luego caminó por las calles bajo la lluvia y seguido por cientos de personas.

Foto: Agencia EFE

 

Redacción de El Litoral

Agencias EFE/DPA

El papa Francisco visitó hoy el complejo de favelas de Manguinhos, en la zona norte de Río de Janeiro, donde viven unas 2.000 personas en casas hechas con cartón y materiales de derribo, donde pidió a los poderes públicos que trabajen por un mundo más justo.

La visita papal se produjo en una mañana lluviosa y fría y en medio de fuertes medidas de seguridad, en una zona que el año pasado era controlada por narcotraficantes y fue recuperada para la ciudad.

El Papa, que llegó en un pequeño “Fiat”, que después cambió por el papamóvil, caminó por las calles de la favela bajo la lluvia y seguido por cientos de personas, entró en una casa para saludar a sus habitantes y después se reunió con la comunidad en un campo de fútbol.

Sin lugar a la indiferencia

También visitó la pequeña iglesia levantada en la favela, donde bendijo el altar y regaló un cáliz.

“Me gustaría hacer un llamamiento a quienes tienen más recursos, a los poderes públicos y a todos los hombres de buena voluntad comprometidos en la justicia social: que no se cansen de trabajar por un mundo más justo y más solidario. Nadie puede permanecer indiferente ante las desigualdades que aún existen en el mundo”, afirmó.

El papa exhortó a todos, “según sus posibilidades y responsabilidades”, a contribuir para poner fin a las injusticias sociales.

“No es la cultura del egoísmo, del individualismo, que muchas veces regula nuestra sociedad, la que construye y lleva a un mundo más habitable, sino la cultura de la solidaridad; no ver en el otro un competidor o un número, sino un hermano, subrayó.

El Papa también se dirigió a los jóvenes, de los que resaltó que tienen una “especial sensibilidad ante la injusticia” y que a menudo se sienten defraudados por los casos de corrupción, “por las personas que, en lugar de buscar el bien común, persiguen su propio interés”.

Así mismo, destacó los esfuerzos que la sociedad brasileña está haciendo para integrar a los que más sufren o están necesitadas.

Francisco aseveró por su parte que su visita a Varginha -la primera que hizo un papa a una favela de Río desde que Juan Pablo II estuvo en la comunidad de Vidigal, en 1980- es un símbolo de su deseo de “visitar todos los barrios de esta nación”.

“Habría querido llamar a cada puerta, decir ‘buenos días’, pedir un vaso de agua fresca, tomar un ‘cafezinho’ -no un vaso de ‘cachasha’-, hablar como amigo de la casa, escuchar el corazón de cada uno, de los padres, los hijos, los abuelos... Pero Brasil, ¡es tan grande! Y no se puede llamar a todas las puertas”, lamentó.

El dato

El viernes 26

Por la mañana, Francisco confesará a jóvenes en el Parque de la Quinta da Boa Vista a Río de Janeiro. Luego, rezará el ángelus desde el balcón del palacio arzobispal de San Joaquín. A las 13 hs., almorzará con un grupo de jóvenes, y a las 18 hs. presidirá el tradicional Vía Crucis de estos encuentros en el paseo marítimo de Copacabana.