Cumple un año en el Planeta Rojo

Exitosa labor del Curiosity en Marte

  • Con una celebrada llegada a Marte y continuas noticias científicas exitosas, el Curiosity se convirtió en el vehículo-robot preferido en el mundo de la ciencia y la tecnología.
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Vista de la cámara ubicada en el mástil del Curiosity que muestra el suelo marciano. Foto: Archivo El Litoral

 

Christina Horsten

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DPA

El objetivo declarado de la misión, que era descubrir indicios de una posible vida en el pasado en el Planeta Rojo, ya fue cumplido desde hace tiempo por el Curiosity y, al mismo tiempo, su historia de éxito, sumada a una enorme maquinaria de publicidad, mejoró considerablemente la imagen de la agencia espacial estadounidense Nasa.

Este martes, 6 de agosto, se cumple un año desde que el Curiosity se posó sobre suelo marciano. Es la mitad del tiempo planeado originalmente para la misión que costó unos 2.500 millones de dólares (1.900 millones de euros), y que desde hace tiempo se decidió prolongar “lo más posible”.

El vehículo-robot se podría quedar tal vez una década, dijo recientemente Sarah Marcotte, miembro del equipo responsable de la misión, en una entrevista. “Tiene una construcción muy robusta. Por ese motivo esperamos que dure más que los dos años originalmente planeados”.

Todo esto es un bálsamo para el alma de la Nasa, afectada por las reducciones presupuestarias. Tras el fin de la era de los transbordadores, vuelve a tener una superestrella.

“Cumpleaños” marciano

Para el día del aniversario de la llegada del Curiosity a Marte, la agencia tiene previsto realizar en honor a su robot favorito una fiesta pública en la sede central en Washington, en la que el director de la Nasa, Charles Bolden, y los astronautas que se encuentran actualmente en la Estación Espacial Internacional (ISS), entre otros invitados, podrán ver en un video los hitos logrados por el Curiosity en este año.

Comenzará con el impresionante aterrizaje en agosto de 2012. El rover de la Nasa hasta ahora más caro y más perfeccionado desde el punto de vista técnico había recorrido inimaginables 570 millones de kilómetros y se posaba en suelo marciano con ayuda, entre otros, de un paracaídas, de sogas y toberas de corrección.

La complicada maniobra de aterrizaje había sido bautizada previamente por expertos de la Nasa como los “siete minutos de temor torturante”. Cuando fue superada con éxito, el júbilo y los aplausos estallaron en el centro de control. Muchos científicos tenían lágrimas en los ojos.