El Sol
por Jorge Ariel Madrazo
El Sol -dijo el hombrecito-
no sabe de moral:
en larvadas tardes centellea
déjase penetrar
por el pico de pelícano
del mar.
Cuando lo desea
el Sol
enracima
uvas de
la Vida.
O las calcina con
un relincho un incendio
un desangre un
galopar.
El Sol no sabe de
lenguas
nadie le reveló:
“usted se llama
Sol”.
El Sol no
habla del Sol
sale o entra
y no lo piensa.
Rayo más
rayo
menos
el Sol se parece
dulce señora
a usted
usted que
calla el propio cielo
desola el corazón
no piensa en el varón
nacido de su luz.