Errores arbitrales y una polémica peligrosa

Críticas desmedidas y amenazas inentendibles

El juez Carlos Maglio cometió fallas importantes que influyeron en el triunfo de Boca ante Belgrano. Jugadores y parte de la prensa cuestionaron sin tapujos su buena fe y el saldo fue lamentable: el árbitro y su familia recibieron amenazas de muerte por teléfono.

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La misma historia. Los árbitros se equivocan y los cuestionamientos caen sin medir posibles consecuencias. El que sufrió esta realidad ahora es Carlos Maglio. Foto: Flavio Raina

 

Redacción de El Litoral

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Télam

El árbitro Carlos Maglio, quien aceptó públicamente que se equivocó en los fallos que perjudicaron a Belgrano en su derrota ante Boca, denunció hoy que lo “amenazaron de muerte” a él y a su familia, por su labor en el partido disputado el miércoles pasado en Córdoba.

“Recibí llamados telefónicos tanto yo como varios de los integrantes de mi familia con amenazas de muerte. Ya radiqué la denuncia y tengo mi teléfono intervenido. Quedaron los números grabados y son todos de Córdoba”, expresó Maglio.

El juez, de 48 años, cometió errores que beneficiaron a Boca en su triunfo ante Belgrano por 2-1, por la segunda fecha del Torneo Inicial, y ayer tras observar las jugadas polémicas (dos goles mal anulados en off side y un penal no cobrado), reconoció que se equivocó pero que fue “sin mala intención”.

“Una página de Internet publicó los teléfonos y con la psicosis con la que se vive el fútbol en este país parece que uno no se puede equivocar. Entiendo la bronca del hincha, que la gente se haya sentido mal, pero jamás se me hubiese ocurrido llamar y amenazar de muerte a alguien”, explicó.

“Todo influye para generar malestar: canales de TV que titularon ‘La Gran Estafa’, periodistas chistosos que hablan de cuánto valió mi pase a Boca, jugadores que tuitean que son unos ladrones y los robaron...”, agregó a TyC Sports. “No tuve más alternativa que radicar la denuncia. Me quedaron todos los números, vienen de Córdoba, y así como yo dije que ‘me tengo que hacer responsable de mis errores’, cada uno se tendrá que hacer responsable ahora de lo que dijo”, completó.

Maglio, por último, resaltó la actitud del presidente de Belgrano, Armando Pérez, y del técnico, Ricardo Zielinski, quienes “se portaron muy bien”. “El presidente me consultó en el vestuario sobre mi apreciación de los fallos y le expliqué lo que me había parecido. Se portó muy bien conmigo al igual que el entrenador de Belgrano”, finalizó.

Habló Scime

Por su parte, el director de Arbitraje Nacional, Miguel Scime, reconoció ayer que el juez Carlos Maglio “se equivocó” en tres jugadas puntuales “que incidieron en el resultado” del partido entre Belgrano y Boca. “Maglio se equivocó al anular los dos goles de Jorge Velázquez, porque estaba bien habilitado en ambos, y también al ignorar la falta penal que le cometió Emanuel Insúa a Carrera”, precisó Scime en una entrevista con el programa radial Deportivo Télam.

“En las dos jugadas en las que anuló los goles de Belgrano por presuntas posiciones adelantadas tuvo responsabilidad el juez asistente (Ariel Scime, justamente hijo de Miguel), quien tendrá que trabajar más para corregir su posicionamiento en paralelo a la línea de la jugada”, advirtió. Scime aclaró que estas apreciaciones “ya fueron habladas previamente con ambos y Maglio reconoció sus errores, pero si va a ser sancionado o no es una pregunta que tiene una respuesta obvia”.

“Uno puede considerar que los errores constituyen en definitiva fallas humanas, pero no es posible quedarse en eso, porque de lo contrario no se corregirían ni se mejoraría en nada”, apuntó. Scime vaticinó que en “tres años se cumplirá una renovación total del arbitraje argentino. En este momento estamos por comenzar a tener el nivel que siempre tuvimos”.

“Porque atención que los árbitros también son felices cuando desarrollan buenas actuaciones y se angustian cuando se equivocan. No les da todo lo mismo, porque son buenos profesionales pero, antes que nada, seres humanos”, resaltó. “Y en comparación con otros países, el arbitraje en Argentina está bien”, argumentó finalmente Scime.