“SEÑORITA... LE TOCÓ EL ACTO”

Para reír y reflexionar sobre la tarea docente

La obra teatral del grupo El Ogro, se presenta este sábado a las 21.30 en la Casa del Maestro.

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En la puesta, a partir de un acto escolar, estas maestras contarán sus vidas, conflictos, miserias y alegrías.

Foto: Gentileza producción

 

De la Redacción de El Litoral

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“Señorita... le tocó el acto” es el título del nuevo proyecto del grupo El Ogro, que se adelanta como una reflexión humorística sobre el quehacer docente. La obra, cuyo guión teatral y dirección pertenecen a Silvia Paredes, subirá a escena el sábado a las 21.30 en la Casa del Maestro (Bulevar 950). Aunque el grupo acostumbra realizar teatro para niños, esta vez apuesta al público adulto.

La citada obra se presentó y estrenó en Pergamino (Buenos Aires) en 2009, con dirección de Oscar Issa. Es un proyecto que despliega temas cotidianos de la labor educativa. “Y en ese devenir del trabajo en las aulas, nos cuestionamos hasta qué punto la institución educativa lucha por conservar los viejos modelos o puede creativamente flexibilizarse utilizando el potencial de sus docentes”, explican desde el grupo.

Trabajan Débora Lazzari, Carina Camarotto, Ignacio Gon y Leonidas Gnoatto; el diseño gráfico es de María José Serniotti e Ianara Maldonado; el vestuario está a cargo del grupo El Ogro; la planta de luces pertenece a Ignacio Gon y la selección musical y dirección general son de Silvia Paredes.

Un acto de catarsis

“Instituciones escolares, correr, correr, relaciones en crisis, directores, maestros porteros. Cambió mi cuerpo pero mi cabeza sigue fragmentada”, dice uno de los personajes de la obra. Maestras, “encantadas” de trabajar en dos cargos, acatar órdenes ministeriales, preparar clases, exámenes y además, corregirlos. Y, en el medio, cumplir con eternas horas de guardia en el patio o los baños, o en entrevistas con padres, tratando temas como la resolución de conflictos, el bullying, la autoestima, la desidia, las carencias, los problemas del aula.

A partir de un acto escolar estas maestras contarán sus vidas, conflictos, miserias y alegrías, no sin antes apelar al humor, parodiando las acciones que desarrolla un maestro cuando le toca realizar esta “ardua tarea docente”: el acto, el mismo en donde todos los códigos expresivos se conjugan y ponen a flor de piel los conflictos que lo involucran.

Fortalecer la vocación

La acción se desarrolla en una escuela primaria. Allí la directora -un tanto déspota- quiere imponer su modelo, y sus docentes cruzarán otras posturas defendiendo el propio. ¿Quién logrará imponerse? ¿Quién, sobreponerse? ¿Será ésta una “guerra de titanes” o un acuerdo de partes?

Los personajes “maestras” que intervienen en la obra, son un ejemplo de supervivencia. Tratarán de mejorar sus carencias resistiéndose, como puedan, al sistema que las oprime. Intentarán confrontar diferentes épocas, la actual y la pasada, buscando el modo de fortalecer su vocación para poder sentirse más felices.

En un punto, la obra pretende reflejar una visión particular de la educación de un país y el mayor (¿o menor?) compromiso de todos los actores del quehacer educativo. Apelando a la farsa y al estereotipo la obra mostrará el clima álgido de la temática que desarrolla.