editorial

El uso de armas en Estados Unidos

Un joven militar, héroe de guerra condecorado con medallas y rescatista en el operativo de las Torres Gemelas, abrió fuego contra ciudadanos indefensos. Mató a doce personas e hirió a ocho. Este tipo de tragedias se produce con mayor frecuencia en Estados Unidos.

El episodio de un hombre armado disparando sobre ciudadanos indefensos parece ser una situación que se reitera periódicamente en Estados Unidos. Esta vez, el responsable de lo sucedido se llama Aaron Alexis. Sus antecedentes parecen ser los clásicos en estos casos: joven, militar, héroe de guerra condecorado con medallas en dos ocasiones y, curiosamente, rescatista durante el operativo de salvataje de las Torres Gemelas ocurrido hace doce años. Alexis estuvo alistado en las fuerzas armadas entre 2007 y 2011 y en la actualidad se desempeñaba como contratista militar, lo que le permitía tener acceso a las dependencias oficiales.

En este caso concreto, la tragedia ocurrió en la Comandancia de Sistemas Navales de la Marina en una zona cercana a la Casa Blanca. Según las informaciones disponibles, los muertos ascienden a trece personas -incluido el atacante- y los heridos a ocho. Alexis fue muerto por las tropas. Lo sucedido sensibilizó a la opinión pública y el propio presidente Barack Obama postergó actividades oficiales para interiorizarse de lo ocurrido y consolar a los familiares de las víctimas. “Fue un acto de cobardía”, fueron sus declaraciones al respecto.

Con motivo de lo sucedido se recordó, entre otros tantos episodios semejantes, la tragedia ocurrida en 2009 en Fort Hood en Texas, cuando el médico psiquiatra Nidal Malik Hasan mató a trece personas y dejó un número indeterminado de heridos. Hasan fue detenido, juzgado y condenado a muerte.

Lo ocurrido en estos días instala una vez más el debate alrededor de la portación de armas en Estados Unidos. A propósito de una tragedia parecida, el presidente en su momento elevó al Congreso una propuesta destinada a poner límites al uso de armas de fuego de largo alcance. Luego de un debate áspero, que se extendió a los medios de comunicación y al mundo académico, el proyecto fue rechazado.

El argumento de los opositores al desarme no deja de ser curioso ya que sostienen que para defenderse de los inadaptados o psicópatas que disparan contra la multitud se impone estar armados, cuando los estudios sociológicos y psicológicos advierten que la facilidad para la adquisición de armas es uno de los factores que explican estas tragedias que mayoritariamente ocurren en Estados Unidos.

Más allá de las especulaciones sobre las causas, lo cierto es estos episodios se reiteran con impasible frecuencia sin que las autoridades públicas puedan hacer nada para impedirlos. Atendiendo a la frecuencia, lo sucedido ha dejado de ser una anécdota o el arrebato de un inadaptado. Algo está pasando en el interior de una sociedad donde un hombre armado dispara contra la multitud, en una sociedad que se jacta de haber fundado un estilo de vida ejemplar. No se trata de un asesinato por razones económicas o pasionales, sino de masacres colectivas a inocentes. ¿Será éste el precio a pagar por ser la primera potencia del mundo? ¿La condición de imperio reproduce necesariamente estas tragedias? Buenas preguntas sobre las cuales aún no hay respuestas satisfactorias.

Con motivo de una tragedia parecida, Barack Obama elevó al Congreso una propuesta destinada a poner límites al uso de armas de fuego de largo alcance. Luego de un debate áspero, el proyecto fue rechazado.