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“Malaparte. Vidas y leyendas”

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Curzio Malaparte (Italia, 1898-1957) es el autor de dos libros memorables: “La piel” y “Kaputt”, donde describe con un realismo que por momentos se exalta al expresionismo, la guerra desde el punto de vista de los vencidos (en “La piel”, que transcurre en los años 1943-1945, cuenta los desastres y humillaciones de la Italia vencida, en manos de los nuevos ocupantes, los estadounidenses). Pero es también un “personaje expresionista” de su tiempo. “Curzio Suckert, conocido como Malaparte, toscano maldito, artista y mártir, es el perfecto ejemplo del buen escritor que paga su talento con los defectos y aun los vicios del ser humano: mitómano, exhibicionista, persona ávida de dinero y de placeres, ‘camaleón’ dispuesto a servir a todos los poderes y a servirse a su vez de ellos, especie de Cagliostro de las letras modernas”, así comienza señalando Maurizio Serra en la excepcional biografía, Malaparte. Vidas y leyendas, aunque advirtiendo enseguida que su libro pretende refutar esa negativa imagen multifacética, defendiendo en cambio “la coherencia íntima y la modernidad de un escritor que fue un intérprete profético de la decadencia de Europa frente a las nuevas potencias mundiales (la Unión Soviética, Estados Unidos, China) y a la ideologías de masas: fascismo, comunismo, tercermundismo”.

Malaparte participó en el ejército francés en la Primera Guerra Mundial, entró luego en la carrera diplomática, se dejó seducir por Mussolini cuando éste era todavía socialista, adhirió más tarde al partido fascista, donde fue funcionario y director de publicaciones. Sus excentricidades y libertades, sin embargo, empezaron a molestar, hasta que llega a atacar a Hitler y Mussolini en su Técnica del golpe de Estado. Cae entonces en desgracia, renuncia al partido en 1931, es enviado al exilio de 1933 a 1938, y después arrestado en Roma en varias ocasiones. En los intervalos actuó como corresponsal y parte del cuerpo diplomático italiano. Después de la guerra intentó integrarse a la izquierda, sumándose al Partido Comunista Italiano. En 1950 dirigió un film, Cristo prohibido. Escribió obras de teatro y produjo espectáculos de variedades. En sus últimos años, se interesó en el proceso maoísta en China.

Éstos no son más que los más gruesos rasgos de una vida plena de aventuras, intrigas, romances y virajes políticos que Serra sigue con minuciosa y documentada habilidad. Cuenta del viaje por ejemplo que Malaparte emprende en 1952 hacia América del Sur, y del romance con la joven sobrina del escritor José Donoso. “Estuvo con él dos o tres años. Juntos alcanzan la frontera con Argentina y recorren Uruguay, de Montevideo a Punta del Este... En su periplo de ‘hombre a caballo’, que dura casi cuatro meses planea una expedición siguiendo las huellas de la civilización inca...”.

Siempre elegante, narcisista, mundano. “Lo halagaba figurar en la lista de los hombres más elegantes de Italia, junto con Luchino Visconti, el pianista Arturo Benedetti Michelangeli y Gianni Agnelli, ‘sin los excesos que yo atribuyo a la invasión de pederastas. La tendencia a desvirilizarlo todo está acabando con la civilización burguesa’”.

“¿Dónde está la clave para interpretar plausiblemente a un escritor que hizo todo lo posible por confundir? Volvemos otra vez al misterio de Malaparte. El observador atento ve en su culto hipertrófico del Yo demasiadas grietas como para no poner en cuestión su imagen oficial y, de algún modo, des-malapartizarla. Este desclasado de la historia hizo tantas cosas y tan mal muchas de ellas, que no podemos creer que fue siempre y en todas las circunstancias dueño de su destino. Estoy convencido de que a él no le habría gustado este libro, aunque confío en que habría apreciado su vocación de imparcialidad”, escribe Serra. Publicó Tusquets.