“Tu alimento es tu medicamento”

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Comer bien, optar por alimentos saludables, mantener un peso apropiado y realizar actividad física con regularidad son claves para llevar una vida sana. Pero también serían estrategias eficaces para la prevención primaria de algunos tipos de cáncer.

TEXTO. DR. CRISTIAN J. MEYER, ESPECIALISTA EN NUTRICIÓN Y DIABETES. CENTRO NUTRICIÓN INTEGRAL.

Desde el año 1981, el 16 de octubre se celebra el Día Mundial de la Alimentación. Esta fecha se escogió por ser el día en que se fundó la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), en 1945. Todos los años y en especial ese día, se intenta, de forma más intensa, luchar contra el hambre y la pobreza en el mundo, bajo un lema en el que se centran todas las actividades.

Haciendo referencia a este tema, es bien conocido y ampliamente difundido que una alimentación saludable previene patologías como obesidad, diabetes, hipertensión arterial, problemas óseos y articulares. Pero muy poco se habla de que el acto de comer saludablemente bien estaría relacionado, además, con la prevención del cáncer.

Una larga lista de cánceres frecuentes parecen estar estrechamente relacionados con la alimentación. Las estadísticas más drásticas, revelan que hasta un 30% de éstos podrían tener relación directa con el tipo de alimentación que llevamos, por lo que una dieta más sana, variada y equilibrada es una medida eficaz de prevención primaria del cáncer y otras enfermedades ya mencionadas.

La mayoría de las personas creen que los factores que escapan al control de uno mismo, como la genética, son los principales causantes del cáncer, más que los que tienen que ver con la propia responsabilidad individual, como los malos hábitos alimentarios y el sedentarismo.

El peso corporal, las elección de los alimentos y el nivel de actividad física son los tres factores susceptibles de ser modificados (no genéticos), siendo estos los que más inciden sobre el riesgo de padecer cáncer en quienes no consumen tabaco.

PREVENCIÓN Y BUENOS HÁBITOS

La Sociedad Americana de Cáncer destaca cuatro pilares esenciales para la prevención de esta dolencia:

1) Mantener un peso saludable a lo largo de la vida.

2) Seguir una alimentación saludable, con especial énfasis en los alimentos de origen vegetal.

3) En caso de beber alcohol, limitar su consumo.

4) Adoptar un estilo de vida activo desde el punto de vista físico.

En base a estas consignas, se pueden establecer algunas recomendaciones a tener en cuenta:

- Optar por una alimentación basada principalmente en vegetales, rica en diversidad de verduras y frutas, legumbres, raíces y tubérculos. Elegir, dentro de este grupo, los alimentos que menos deben procesarse; alimentos almidonados, mínimamente refinados y cereales (granos); frutas y hortalizas, al menos 5 raciones al día; pan, pasta, arroz o papa, etc, varias veces a la semana y de ser posible, integrales; legumbres, 3-4 veces por semana; frutos secos; 3-7 puñados a la semana, y aceite de oliva, mejor si es virgen, tanto para cocinar como para condimentar. Limitar, tanto como se pueda, el consumo de carne roja y procesada y aumentar la ingesta de pescados de mar.

- Limitar el consumo de azúcar refinado y de alimentos grasos, especialmente aquellos de origen animal.

- Disminuir el consumo de alimentos salados, y el uso de la sal en la cocina y en la mesa.

- Mantener un peso corporal razonable. Evitar el sobrepeso y/u obesidad es una de las medidas que más beneficios reporta a la salud; tenemos que ser consciente de que cualquier pequeña pérdida de peso mantenida en el tiempo tiene beneficios, y este siempre es un buen punto para empezar.

- Dedicar una hora al día a la actividad física aeróbica ayudará a la prevención primaria del cáncer.

- El sedentarismo, la mala alimentación en cantidad y calidad, así como la desorganización que nos lleva a improvisar en el momento de la elección de los alimentos, parecen estar implicados en la mayor prevalencia de patologías neoplásicas como la de mama, colon, vejiga urinaria, próstata, esófago, estómago, pulmón, cuello del útero, endometrio, ovario, vesícula biliar, hígado y páncreas.

Es una lista suficientemente larga, y alguna de las patologías neoplásicas aquí enunciadas son tan importantes y frecuentes como para tomar en consideración la alimentación de cada día.

Hace ya 2500 años Hipócrates decía: “Que tu alimento sea tu medicamento”.

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EL LEMA

Al comienzo de cada año la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) establece un lema sobre el que se desarrollan las actividades vinculadas con la conmemoración del 16 de octubre. Para este año, el tema elegido fue “Sistemas alimentarios sostenibles para la seguridad alimentaria y la nutrición”.