Llegan Cartas

A mi Madre

Magdalena Julia Argentina París (*)

L.C. 1.527.239.

Dicen Madre que hoy es tu día.

No sé quién o quiénes así lo dispusieron ni por qué.

Si para mi Madre y con mayúscula fuiste siempre, desde el día que al ver la luz de este mundo me trajiste y aunque ahora tu presencia física ya no tengo, tu imagen sigue viva en mí y desde aquel nefasto día no he dejado jamás de memorarte.

Cuando una pena, una angustia o tal vez una fugaz alegría mi corazón invade, nombrarte Madre me inunda de paz y sosiego, y siento renacer las fuerzas perdidas y nuevos bríos y deseos de seguir bregando por los que más quiero.

Madre: en el hogar que tú fundaste, aprendí que la dicha más perfecta sólo la consigue una mujer trabajadora, honrada, cristiana, amable, cariñosa y seria, trocando en agradable el penoso trajín de las faenas, mansas las penas, austeros los placeres y pura la conciencia. Así fuiste Madre mía.

(*) Magdalena escribe para ella, desde muy joven. Sólo comparte algunos escritos con sus familiares más cercanos. El texto “A mi Madre” se lo dedica a la suya, Lucía Petrozzi de París, ya fallecida. Fue madre de ocho hijos.