Las complicaciones aumentan y no tienen freno...

Nada bueno le pasa a Colón

  • Crisis interna, socios e hinchas enojados y un equipo que sacó 1 punto de 24 y hace 731 minutos que no hace un gol. Con Boca, 45 minutos de terror y un segundo tiempo de mejoría que no sirve para el consuelo.
Nada bueno le pasa a Colón

Sin goles y sin altura

Es tan bajo el presente futbolístico de Rubén Ramírez, que ni siquiera de arriba (que siempre fue su fuerte), puede ganar una pelota. Acá, el “Cata” Díaz despeja de cabeza casi sin oposición. Foto: DyN

 

Enrique Cruz (h)

(Enviado Especial a Buenos Aires)

No le pasa nada bueno a Colón por estos tiempos. Y lo peor de todo es que el equipo se acostumbró a perder (siete caidas en ocho partidos), ve de qué manera se le viene acortando la amplia diferencia que otrora tenía con los equipos amenazados en la tabla de promedios y hace 731 minutos que no marca un gol. No existe, desde adentro de la cancha, esa imprescindible ayuda para calmar la imagen de caos que se vive afuera; o en todo caso, lo que se vé en los 105 x 70 es el reflejo de lo que pasa afuera.

Colón tendrá que solucionar imperiosamente sus cuestiones internas entre los propios colonistas, cuyos socios son los dueños del club y sus dirigentes son los responsables de sus destinos. Esto está claro y es indiscutible. Hoy, Colón sufre un quiebre interno profundo que requiere atención y pronta solución a través de los canales estatutarios y, por ende, democráticos que dispone la institución.

Si los socios que avalaron ampliamente con su voto esta gestión, hoy no aceptan a su presidente o a toda la comisión directiva, tienen resortes estatutarios para hacer valer, más allá de hacerse sentir como lo hicieron con estas últimas manifestaciones. Son los dueños del club y es adentro del club donde se tienen que solucionar las cosas. Colón es un club que ha crecido en las dos últimas décadas y eso es algo innegable. Los que supieron de aquellas frustraciones y luchas estériles en aquellos tiempos de militancia en la B, de promesas de ascenso que nunca se cristalizaban, de tribunas de madera y problemas económicos graves, saben muy bien que desde mediados de los 90 —o un par de años antes también— este club es otro.

De hecho que hoy existen dificultades de toda índole. Pero también es cierto que el corazón del club (el fútbol) es el que está fallando y esto es lo que enoja y preocupa a la gente. Es una reacción entendible a partir de que este fútbol argentino ofrece, por estos tiempos, tremendas posibilidades que Colón no ha podido o no ha sabido aprovechar. Porque así como en el fútbol argentino se pueden ir al descenso River e Independiente en sólo dos años, o pueden estar Villa San Carlos y Brown de Adrogué compartiendo la misma categoría que el Rey de Copas o el mismo Huracán, también el fútbol argentino le ha brindado posibilidades a los clubes de chicos de codearse con la gloria. Por eso, Arsenal tiene cinco títulos, por eso salió otra vez campeón Argentinos Juniors (con un presente también complicadísimo), por eso pasó con Lanús y también con Banfield, aunque un par de años más tarde se le haya caido totalmente la estantería. La gente espera y desespera ante esta realidad. Máxime al observar de qué manera se suceden actuaciones mediocres o de mitad de tabla, salvo alguna honrosa excepción como fue, por ejemplo, aquella campaña de Sciacqua de hace dos años.

Estando en el quinto puesto (antes de jugar ayer ante Colón), Carlos Bianchi señaló que la campaña de su equipo (Boca) era “correcta”. Está bien. Lo dice Bianchi, que se encargó de ganar “más que todo” con Boca y nadie podrá quitarle la gloria conseguida y los méritos acumulados. Pero no deja de ser Bianchi y no deja de ser Boca. Sin embargo, este particular técnico (excelente en su profesión aunque lleno de ironías en sus dichos) dice lo que dice sin que se le mueva un pelo (no es una ironía) y desafiando esa máxima que dice que Boca tiene la “obligación” de pelear arriba siempre, algo que está empezando a conseguir porque Newell’s ha frenado su marcha triunfal.

Asumo que este “conformismo” de Bianchi para con su equipo no puede servir de excusa, de argumento ni de consuelo al hincha de Colón, porque su equipo hoy no brinda en la cancha ni lo más mínimo que el hincha espera. La desconfianza, la falta de jerarquía, la sumisión al rival (eso pasó en el primer tiempo de ayer, cuando Boca lo pasó literalmente por encima) representan la triste actualidad de Colón.

Obviamente que si hay algo para rescatar, es la vergüenza con la que se salió a jugar el segundo tiempo. Entonces, uno se pregunta qué pasó. ¿Se habrá despertado Colón o habrá sacado Boca el pie del acelerador?. Hubo de las dos cosas. Boca se había floreado en el primer tiempo y lo “bailó” a Colón, que asumió un papel de “partenaire” (quiero entender que no era la idea) y sufrió por una superioridad que pareció más a la de un partido de entrenamiento (ni siquiera amistoso) que a un partido oficial.

El segundo tiempo fue otra cosa. Comachi y Gandín hicieron lo que no puede Tito Ramírez (preocupante y pésimo nivel del goleador), el equipo se adelantó, ya no fue sólo el coraje y el amor propio de Meli, sino que se sumaron otros (algunas cosas de Mugni, por ejemplo) y hasta se generaron dos situaciones muy claras que pudieron terminar en gol (una de Gandín que no pudo rematar desde el punto del penal y un mano a mano desviado de Comachi). Igualmente, Boca también contribuyó porque sacó el pie del acelerador y Bianchi se encargó de cuidar a Riquelme y a Gago, síntomas claros de que, con lo hecho, era suficiente para quedarse con los tres puntos.

¿Qué más decir de Colón?. Que se necesita urgente que algo bueno pase, pero urgente en serio. Todo lo que ha ocurrido en los últimos tiempos creó esta imagen de enojo, dudas y caos afuera, y de una debilidad extrema adentro de la cancha. Es hora de que se revierta todo. Aún hay tiempo.

 
Nada bueno le pasa a Colón

Lo gritó y se arrepintió...

Emanuel Gigliotti hizo un gol a lo Gigliotti. Centro sin mirar de Sánchez Miño y el goleador se anticipó a Landa y metió un cabezazo que disparó la pelota con inusitada violencia y superó el vuelo de Montoya. Arrancó gritándolo y luego frenó su festejo y su carrera por respeto a su ex club. Foto: DyN

De “hijo”

En los últimos siete partidos que jugaron Boca y Colón, los “xzeneizes” ganaron en 6 oportunidades y Colón apenas si pudo alzarse con un empate.

Colón ha tenido éxitos en la Bombonera, tanto en la década del 70 (una vez ganó 3 a 2 con Cococho Alvarez jugando de marcador central) como en la del 90, cuando se recuerda aquel triunfo del equipo de Pancho Ferraro, por el mismo marcador, y otros triunfos más acá en el tiempo. Incluso, en la cancha de Colón se obtuvieron varias victorias muy recordadas y trascendentes también.

Ultimamente no le ha ido bien a los sabaleros contra este rival. Incluso, en el partido de reserva, Colón también perdió. Fue 5 a 1, con gol de Argüello, en el cotejo jugado en Casa Amarilla. Ahora, los sabaleros, dirigidos por Marcelo Goux, marchan en la cuarta posición de este torneo.

síntesis

Boca 2

Colón 0

Cancha: Boca.

Arbitro: Fernando Rapallini.

Boca: Orión; Méndez, Díaz, Pérez y Zárate; Gago, Bravo, Sánchez Miño y Riquelme; Martínez y Gigliotti. A.S.: Trípodi. Estuvieron en el banco: Burdisso, Riaño y Blandi. D.T.: Carlos Bianchi.

Colón: Montoya; Castillo, Carniello, Landa y Saín; Graciani, Meli, Prediger y Callejo; Mugni y Ramírez. A.S.: Bailo. Estuvieron en el banco: Alcoba, Urribarri y Leys. D.T.: Mario Sciacqua.

Goles: en el primer tiempo, a los 19 m Gigliotti (B) y a los 20 m Martínez (B).

Cambios: en el segundo tiempo, al comenzar, Comachi (C) y Gandín (C) por Ramírez y Callejo; a los 21 m Luque (C) por Graciani; a los 26 m Joel Acosta (B) por Riquelme; a los 30 m Ribair Rodríguez (B) por Gago y a los 32 m Cángele (B) por Martínez.

Amonestados: en Colón, Meli y Comachi.

Bajo la lupa

MONTOYA (5).- Poco y nada para hacer. En los goles no tuvo responsabilidad y tapó bien un par de jugadas peligrosas.

CASTILLO (4).- Muy complicado en el primer tiempo, confundido y desubicado. Mejoró en el segundo.

CARNIELLO (4).- No dio las muestras de seguridad de otros partidos. Gigliotti fue un problema para él y para Landa. También levantó en el segundo pero con todo definido.

LANDA (4).- Arrancó haciendo prevalecer su fuerza para el mano a mano pero fue sólo un gesto que no se repitió. Tuvo problemas como el resto de sus compañeros.

SAÍN (4).- No tiene la velocidad de un marcador de punta y por eso sufrió en el primer tiempo con los desbordes del “Burrito” Martínez.

GRACIANI (5).- Intentó meterse en el partido pero no le alcanzó para mucho. Debe entender que su virtud es la potencia y tiene que aprovecharla.

MELI (6).- El único para rescatar. Fue el que enarboló la bandera de la dignidad y el sacrificio. Su respuesta fue pareja en todo el partido, aún en los momentos difíciles.

PREDIGER (4).- Generalmente ha sido el que empujó al equipo. Ayer, ese rol lo ocupó Meli. Algunas cosas de las habitualmente buenas y otras en las que mostró imprecisiones.

CALLEJO (4).- Sintió el peso del partido. No sabía si tenía que replegarse o si su posición era para atacar a Méndez. Salió en el entretiempo.

MUGNI (4).- Voluntad para buscar la pelota, lentitud y poca claridad para jugarla. Levantó en el complemento, pero hizo poco.

RAMÍREZ (3).- ¡Qué lejos está esta versión de Tito de aquella de otros tiempos en Colón o del mismo arranque del torneo! No ganó una sola vez y fue reemplazado en el entretiempo cuando su equipo perdía 2 a 0.

COMACHI (5).- Entró bien el pibe y tuvo un mano que definió en forma desviada. Voluntarioso, fuerte, mostró personalidad en momentos muy complicados.

GANDÍN (4).- Es otro que está lejos del que alguna vez fue. Igualmente, se replegó bien unos metros, jugó a espaldas de Bravo y tuvo dos o tres encuentros interesantes con Comachi y Mugni.

LUQUE (4).- En el mano a mano, Méndez —con experiencia— pudo más que él.