Fraudes con tecnología

Empresas en la mira del ciberdelito

De la redacción de El Litoral

Télam

Los delincuentes que atacan empresas e individuos a través de Internet suelen posar sus ojos sobre las firmas que tienen el nivel de seguridad más bajo y un volumen de operaciones económicas atractivo. Argentina integra el segundo grupo de países de la región con más ataques registrados, y junto a Perú, Chile, y Colombia; México y Brasil es la más expuesta.

El responsable por Negocios AntiFraude de la consultora RSA para Brasil y Cono sur, Denyson Machado, explicó que “en Europa los cibercriminales conforman grupos que intercambian información entre ellos; en cambio en América Latina hay grupos que difícilmente se contacten con otros de la región”.

Apuntó que en Latinoamérica el ciberdelincuente “hace todas las etapas de la operación”: la detección del vulnerable, la inteligencia y captura de datos y el ataque. “Los europeos son más especializados” porque el que se dedica a capturar datos no es el mismo que el que realiza el fraude.

El gerente de tecnología de CertiSur, Armando Carratalá, comentó que “los especializados buscan volumen”, como por ejemplo los que venden números de tarjeta y sus respectivas contraseñas; mientras que “a los criminales de América Latina con un ataque les alcanza”.

En materia de prevención, como sucede en todo el mundo, el sistema financiero es el más activo en la inversión de seguridad. Norberto Marinelli, “todos miran qué hace el sector financiero” y destacó que la Argentina fue el primer país de la región en tener una norma que obliga a los bancos a tener un mínimo parámetro de seguridad informática.

Según la encuesta difundida por CertiSur, en la Argentina el 69% de los usuarios utiliza la propuesta de home banking de la entidad financiera con la que opera, lo que representa un incremento importante respecto del año 2006, cuando el porcentaje era del 43%.

La clave

“Ventana”

El uso de dispositivos personales en el ambiente corporativo renueva un desafío. Carratalá explicó que “las empresas tienen necesidades de expansión, pero cada aplicación que baja un empleado a un teléfono sin antivirus representa una amenaza a toda la corporación”. Así como antes había un “bache” por empleados que se “reenviaban” a su mail personal documentos empresariales para continuar trabajando en otra máquina, hoy la “ventana” está en cada dispositivo (teléfono o tableta) que por ser de uso individual del empleado no tiene medidas de seguridad adecuadas.